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El gobierno porteño resolvió endurecer, desde el 1º de mayo, las sanciones para los que conduzcan vehículos en estado de ebriedad, en el ámbito de la Capital Federal. Todos los choferes que no superen el test de alcoholemia, sin excepción, deberán dejar el rodado en una playa de estacionamiento pública y recién podrán retirarlo al día siguiente, además de afrontar el pago de la multa correspondiente. En forma paralela, la Fiscalía General de la Ciudad de Buenos Aires dio instrucciones a los fiscales bajo su dependencia para que apliquen la pena de arresto, de seis a diez días, a todos los que, mientras manejan, pongan “en peligro inminente la vida o la integridad física de terceros”. La aplicación del arresto quedará a criterio del fiscal interviniente en todos aquellos casos en los que, sin que se haya producido el accidente, se hubiese estado a punto de provocarlo cometiendo algún tipo de contravención. “La instrucción del fiscal general ya está vigente y se planteó cuando todavía no se ha aplicado nunca el arresto a ningún conductor”, explicó a Página/12 una fuente del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño.
Al precisar el cambio que se producirá a partir del miércoles próximo, el vocero recordó que “hasta ahora, si alguien conducía ebrio y estaba acompañado por otra persona, podía seguir viaje dejando el manejo al acompañante o podía continuar conduciendo él luego de que desaparecieran los efectos del alcohol. Ahora no podrá hacerlo y tendrá que dejar el vehículo en la playa de estacionamiento hasta el día siguiente”. La medida anunciada ayer por la vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, y por el ministro de Justicia y Seguridad, Guillermo Montenegro, forma parte del Plan de Seguridad Vial de la ciudad, que fue evaluado por los padres del Colegio Ecos y por las Madres del Dolor, organizaciones sociales integradas por familiares de víctimas de accidentes de tránsito.
Los controles de alcoholemia están a cargo del Cuerpo de Agentes de Control de Trámsito y el Transporte de la ciudad, que ahora contará con grúas en cada lugar, para acarrear hasta las playas de estacionamiento los vehículos de los choferes que no superen el test. En la ciudad de Buenos Aires hay entre 24 y 28 puestos de control, todos los días de la semana, con un refuerzo especial desde las 19 del sábado hasta el mediodía del domingo. “Antes, el refuerzo era hasta las seis de la mañana del domingo, pero se extendió hasta las 12, porque ahora hay boliches donde la actividad se prolonga hasta esa hora”, comentó el vocero.
Por otra parte, el gobierno lanzará, a mediados de mayo, el programa Conductores Responsables, una campaña de concientización orientada a los jóvenes. Esto se hará en conjunto con una serie de locales nocturnos ubicados en la zona de los arcos de Palermo y con la participación de la cervecería Quilmes, aunque –como se dijo– se trata de una campaña en contra del consumo de alcohol. “Lo que pretende el programa es que los jóvenes no consuman alcohol si van a manejar. Para lograrlo, uno de los chicos, por cada grupo, debe tomar la responsabilidad de no beber alcohol durante su permanencia en el boliche.”
El que asumió el compromiso, al salir del local, deberá sortear en forma exitosa el test de alcoholemia y de ese modo logrará que “todo el grupo recibirá beneficios, como ser el consumo gratuito de bebidas sin alcohol y entradas sin cargo para presenciar los recitales organizados por la cervecería Quilmes”, precisó la fuente consultada por este diario.
Respecto de las instrucciones de la Fiscalía General, se hizo saber también que en los casos de infracciones en las que se permita una probation para sancionar a un conductor alcoholizado, en todos los casos a la persona se le retirará la licencia de conducir durante el tiempo fijado para cumplir la medida dispuesta.
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