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Sociedad|Martes, 13 de mayo de 2008
Aseguran que los betabloqueantes favorecen las muertes en cirugías

Una droga bajo sospecha

El estudio de investigadores canadienses, publicado en The Lancet, revela que ese medicamento, utilizado contra la insuficiencia cardíaca, aumenta la probabilidad de sufrir accidentes cerebrovasculares en cirugías no cardíacas. Cómo se usa en la Argentina.

Por Adrián Pérez

Un grupo de investigadores canadiense anunció ayer que, durante la última década, se produjeron al menos 800 mil muertes en todo el mundo por el suministro de betabloqueantes, drogas cuya función es disminuir la progresión de la insuficiencia cardíaca. Si bien su uso disminuye la probabilidad de sufrir un ataque cardíaco, los investigadores aseguran que, cuando se utiliza en intervenciones quirúrgicas, aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular e, inclusive, puede llevar a la muerte.

El estudio, publicado en la revista médica británica The Lancet, advierte que en el uno por ciento de las operaciones no cardíacas “se producen graves complicaciones asociadas a una mayor concentración de catecolominas, sustancias que aumentan las pulsaciones, la presión sanguínea y los ácidos grasos, elevando las demandas de oxígeno del corazón”.

El alto índice de muertes fue comparado con “una guerra mundial” por Philip Devereaux, el director del estudio, que se realizó en 23 países. El científico canadiense consideró que el fenómeno puede deberse a que muchos sanitaristas están usando la droga “sin tener en cuenta sus efectos secundarios”. El resultado, precisó, es tal que “han perdido más vidas de las que han salvado”.

La investigación se realizó al azar sobre 8350 pacientes de cirugías en 190 hospitales alrededor del mundo y determinó que aquellos a los que se le administró betabloqueadores doblaron su riesgo de un ataque cardíaco, del 0,5 al uno por ciento de los casos, y que aumentaron en un tercio su riesgo de morir hasta un mes después de la operación, del 2,3 al 3,1 por ciento.

Consultado por Página/12, Fernando Tau, jefe del Servicio de Cardiología del Instituto de Diagnóstico de La Plata, aseguró que los betabloqueantes “no se utilizan de rutina en operaciones no cardíacas como un arma terapéutica” y que su aplicación se vincula únicamente “con aquellos casos en los que su uso deriva de un alto riesgo de problemas coronarios o hipertensivos”.

Según el especialista, los betabloqueantes son “medicamentos muy nobles que con una precisa indicación del especialista pueden ser de vital importancia en la solución de enfermedades como hipertensión arterial, cardiopatías coronarias y arritmias”. Se administran desde que el paciente ingresa al hospital hasta que es dado de alta y se utilizan en el país desde hace cuarenta años, aproximadamente.

Sobre su utilización en intervenciones quirúrgicas, Tau aclaró que en general “los betabloqueantes suelen suspenderse cuando hay una cirugía, para que no entorpezcan las reacciones cardiovasculares normales que el organismo tiene como reflejo o como respuesta al trauma quirúrgico”.

El equipo investigador calificó de “arriesgado” el hecho de dar por supuesto que la administración de betabloqueadores tiene sólo beneficios y no entraña peligros y agregó que “es poco probable que los pacientes acepten los riesgos” derivados de ese tratamiento.

Por ello, los expertos recomiendan llevar a cabo nuevos estudios para determinar los riesgos exactos de utilizar betabloqueadores tras una operación quirúrgica y mejorar los tratamientos.

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