Página/12 :: Sociedad :: A la búsqueda del ADN acusador

“De las muestras recogidas en la zona vaginal y vulvar de Nora Dalmasso surgen dos perfiles genéticos completos. Uno, pertenece a Marcelo Macarrón, el esposo de Nora. El otro no lo tenemos identificado todavía.” Una altísima fuente de la fiscalía que encabeza Javier Di Santo, y que investiga el crimen de Río Cuarto, resumió así la conclusión fundamental del estudio de ADN enviado por el FBI la semana pasada. Parece claro que el segundo perfil genético correspondería al homicida, pero hasta ahora el trabajo de los norteamericanos sólo fue analizado por el fiscal y los abogados, que expresamente admiten que se trata de una serie grande de números y letras que no logran entender. Por de pronto, el abogado de Gastón Zárate, el ya famoso “perejil”, dio a entender que ese segundo perfil genético corresponde a Facundo Macarrón, pero en la fiscalía consideran que el letrado hizo una lectura equivocada de la traducción. Es seguro que Di Santo enviará a Estados Unidos las muestras de sangre de todos los que han tenido relación con la causa y será el FBI, aunque más específicamente el Instituto Genético de la Universidad de La Florida, el que hará el estudio final. Eso sí, cada parte tiene ahora los elementos como para hacer su propio cotejo, ya que cuentan con el informe del FBI, los estudios de ADN de su defendido y algún genetista contratado que realice el análisis.

El tercer patrón genético que aparece en las muestras analizadas corresponde a material que estaba fuera de la zona genital, por lo que, se supone, es una contaminación: por ejemplo, alguna persona que manipuló el cadáver durante los primeros momentos de la investigación.

Pese a que muchos creían que era fácil sacar conclusiones una vez terminada la traducción del estudio hecho en Estados Unidos, tanto el fiscal como los abogados se encontraron con gráficos y textos que sólo pueden ser interpretados por especialistas. Cuando se retiraba de sus oficinas el martes a la noche, el fiscal Di Santo fue ejemplo de ese fenómeno: “Por ahora estoy muy confundido. No entiendo lo que dice el informe. Me lo estoy llevando a casa para analizarlo”, les dijo a los periodistas.

Lo mismo ocurrió ayer, aunque quien rompió el hielo fue Enrique Zabala, el abogado del albañil y pintor Gastón Zárate. “Está claro que ninguno de los perfiles genéticos encontrados es de mi cliente. Desde el punto de vista procesal, el caso está resuelto. Hay que cotejar los ADN completos encontrados en la zona vaginal y se sabrá, como mínimo, quién mantuvo relaciones sexuales con Dalmasso antes del asesinato.” Unas horas antes, Zabala sugirió que los dos perfiles genéticos encontrados en la vagina, el ano y la vulva corresponden a un mismo aplotipo Y, o sea al linaje Macarrón. Entrelíneas sostenía que quienes mantuvieron las relaciones sexuales fueron Marcelo Macarrón, antes de viajar a Punta del Este, y Facundo –el hijo de la pareja– antes de cometer el homicidio. PáginaI12 consultó esta versión con una fuente confiable de la fiscalía: “Nos parece que Zabala entendió mal la traducción. El informe no dice eso. Como todavía no entendemos bien el contenido científico, no descartamos del todo esa posibilidad, pero el FBI no dice que las muestras del área genital tengan el mismo aplotipo masculino”.

La genetista Ana María Di Lonardo, fundadora del Banco Nacional de Datos, le explicó a este diario que “no es raro que se haya encontrado el perfil genético de Marcelo Macarrón en las muestras. En el líquido seminal no sólo hay ADN en los espermatozoides, que seguramente no sobrevivieron esos cuatro días. Hay otras células del líquido espermático en las que existe un 0,6 por ciento de chances de obtener el ADN, pero con las técnicas modernas se consigue casi siempre. O sea que no me extraña que aparezca el ADN de Marcelo Macarrón. Respecto de si el otro ADN puede pertenecer a Facundo, nadie lo puede saber, porque en la causa judicial no figura el perfil genético del linaje femenino de Facundo. Lo que diferencia a Marcelo Macarrón de Facundo es justamente el linaje femenino, porque la madre de Marcelo es otra que la madre de Facundo, que fue Nora Dalmasso. Ese cotejo habrá que hacerlo ahora. Por ello es que siempre me pareció descabellada la acusación contra Facundo. Se lo imputó porque aparecía aplotipo Y, el linaje masculino, pero está claro que podía pertenecer al padre, a Marcelo. Y es lo que ahora quedó claro”.

Marcelo Brito, defensor de Facundo, analizaba anoche los resultados del texto del FBI. “Estamos recurriendo a especialistas. A primera vista, diría que se mantiene, por ejemplo, la hipótesis de que más de una persona participó de la violación y el asesinato”, sintetizó el letrado.

En cualquier caso, cada una de las partes puede ahora trabajar en la parte científica, algo que ocurrió en el expediente en el que la fallecida Marta Holgado trató de probar que era hija de Juan Domingo Perón. Isabel Martínez mandó a hacer un cotejo de ADN: fue en el Ceprocor. La jueza ordenó el estudio oficial en la Fundación Favaloro. Holgado contrató al laboratorio británico más grande y hubo un cuarto trabajo a cargo de otro genetista, Gustavo Penacino. Tres de los cuatro estudios fueron coincidentes: Holgado no era la hija de Perón. El trabajo restante sólo decía que necesitaba más material para expedirse. En el caso de Río Cuarto puede ocurrir lo mismo.

Más allá de que Di Santo resuelva hacer el cotejo en Estados Unidos, y eso tarde bastante, las partes pueden ordenar los estudios correspondientes ya mismo. Y la lógica es que haya alguna conclusión en los próximos días.

Un perfil genético, en el centro de las dudas del caso Dalmasso

A la búsqueda del ADN acusador

De los tres patrones genéticos encontrados en las muestras, uno es del esposo de Nora Dalmasso y otro estaba fuera de la zona vaginal. El misterio entonces se centra en el perfil restante. Las hipótesis y los estudios que aún restan.