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La Legislatura porteña resolvió devolverles a las cooperadoras escolares los subsidios destinados al mantenimiento edilicio de las escuelas, que el propio cuerpo les había quitado en noviembre, a propuesta del ministro de Educación, Mariano Narodowski. El recorte dejó a las escuelas sin fondos para afrontar los gastos de mantenimiento más urgentes, como cambios de vidrios, cerrajería, iluminación o destapaciones, entre otros. El objetivo del gobierno macrista era centralizar esa actividad en el ministerio, pero la demanda no pudo ser atendida y el sistema fracasó en menos de seis meses.
El recorte al subsidio formó parte de la sanción de la Ley de Emergencia en la Infraestructura Escolar, aprobada antes de la asunción de Mauricio Macri, que autorizó una partida especial para la reparación de escuelas. Ahora, la iniciativa de los diputados Verónica Gómez (Partido Socialista) y Aníbal Ibarra (Diálogo por Buenos Aires) reconoce la labor de las cooperadoras y la ausencia de herramientas para dar respuesta a las necesidades emergentes y reintegra los subsidios. Fue aprobada por unanimidad.
“El call center que implementó el gobierno para atender los problemas cotidianos de las escuelas fracasó y la incapacidad de resolver temas de mantenimiento menor terminaron convirtiéndolos en problemas estructurales”, argumentó la diputada Gómez.
El presidente del bloque kirchnerista, Diego Kravetz, sostuvo que “como las escuelas siguen padeciendo necesidades que el Ejecutivo, por desidia o falta de gestión no pudo solucionar, creemos indispensable que sean las cooperadoras las que sigan haciéndose cargo del mantenimiento menor”.
“Las cooperadoras tienen la inmediatez necesaria para resolver los problemas de las escuelas con eficiencia, por eso es que votamos devolverles los subsidios de mantenimiento, en un acto de estricto reconocimiento a su labor”, expresó el vicepresidente del bloque de la Coalición Cívica, Sergio Abrevaya.
El restablecimiento de los subsidios venía siendo reclamado por las cooperadoras, integradas por los padres de los alumnos, tras advertir la “ineficiencia e inoperancia” del plan para revertir la emergencia edilicia en las escuelas, según expresaron en documentos que hicieron llegar a los diputados, a la Defensoría del Pueblo y al Ejecutivo.
Las escuelas recibían subsidios para mantenimiento edilicio, que eran administrados por las cooperadoras. Con esos fondos se ocupaban de resolver problemas de electricidad, destapaciones, recarga de matafuegos y limpieza de tanques de agua, entre otros.
Ante el fracaso del call center, el ministerio propuso asignarles a los directores una caja chica para atender esos problemas, pero ese sistema nunca llegó a implementarse.
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