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Sociedad|Domingo, 14 de septiembre de 2008
El huracán causó graves daños y víctimas en Galveston, Texas

Ike golpeó con toda dureza

Tocó la costa de EE.UU. con mucha violencia y siguió al norte ya degradado a tormenta tropical. Galveston, sobre una isla costera, sufrió lo peor, con vientos de 200 kilómetros por hora que inundaron las calles y causaron víctimas.

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Los botes fueron tirados por los potentes vientos sobre las autopistas de la ciudad.

La pequeña localidad costera de Galveston, en el sur de Texas, fue arrasada por el huracán Ike, que dejó un paisaje desolador. Las autoridades locales dijeron que hubo “algunas víctimas”, sin dar mayores precisiones. El problema central es que no se podía acceder a una parte muy inundada de la isla sobre la que se erige la ciudad. Sólo pudo hacerse una evaluación aérea, sobrevolando la zona en helicópteros. El mar estaba negro de barro y los vientos, que superaron los 200 kilómetros por hora durante la noche del viernes, se habían moderado en el mediodía de ayer. El huracán Ike, que se dirigió hacia el norte, se degradó a tormenta tropical luego de pasar por Texas, informó el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami, Florida. En Houston hubo al menos tres muertes confirmadas. En la mañana, Ike ya estaba unos 25 kilómetros al este-noreste del aeropuerto de Houston y había comenzado a perder fuerza.

Desde el aire, en Galveston, sólo se veían postes y palmeras por el suelo, cables destruidos, semáforos que colgaban, vidrios quebrados, techos arrancados, barcos arrastrados a tierra firme. Esos son los daños visibles en los barrios situados a pocos metros sobre el nivel del mar. Las autoridades del lugar aseguraron, sin embargo, que el desastre “pudo haber sido peor”.

Una institución de Galveston, el Balinese Ballroom, un restaurante que fue el orgullo de la estación balnearia en los años ’20, quedó totalmente destruido. Había casas que aún ardían ayer por la mañana por incendios provocados por cortocircuitos. Las casas son de madera y las llamas se propagaban de una casa de madera a otra. “Fue horrible. A tres bloques de casas del sitio en el que estábamos ardió una casa hasta la última viga”, contó Lila Goff, una asistente médica que se quedó durante el paso de Ike para ocuparse de uno de sus pacientes.

“La noche fue ruda –comentó John Calvington, de 43 años, que no abandonó la isla porque se le estropeó el auto–. Y además, teníamos la impresión de que (el huracán) nunca se acabaría.” Calvington sostuvo que la gente “todavía no se ha dado cuenta de que lo peor está por venir”, comentó el residente aludiendo a lo difícil que será reconstruir la ciudad después del paso de Ike. El gobernador de Texas, Rick Perry, dijo que Ike no causó el peor de los escenarios, como se había temido inicialmente.

“Afortunadamente, el peor escenario que se había proyectado en algunas áreas no ocurrió, particularmente en el canal Houston”, dijo Perry, que admitió de todos modos que “hubo muchos daños en otras partes”. El secretario de Seguridad Nacional, Michael Chertoff, declaró por su parte que informaciones iniciales daban cuenta de algunos muertos: “Hemos recibido unas primeras informaciones que dan cuenta de algunos muertos, pero el balance podría aumentar en las próximas horas, particularmente entre las personas que no evacuaron la zona crítica”.

Unos 2,2 millones de personas fueron evacuadas en Texas y más de 130.000 en Luisiana, donde el huracán golpeó ciertas zonas costeras, precisó Chertoff. “Nuestro principal desafío será restablecer la corriente eléctrica”, reconoció. Entre dos y tres millones de personas carecen de energía eléctrica en Texas después del temporal, estimó Chertoff. Luego de golpear las costas de Texas, el huracán Ike se degradó a tormenta tropical el sábado a las 18H00 GMT, anunció el Centro Nacional de Huracanes.

Cuando su centro tocó las costas texanas, el viernes por la noche, Ike era un huracán de categoría 2 en la escala de Saffir Simpson (de 5), con vientos de 175 kilómetros por hora, con ráfagas que superaban los 200 kilómetros por hora. Luego se fue debilitando, a medida que penetraba en tierra. A las 18H00 GMT, la fuerza de los vientos no superaba los 95 kilómetros. Ike podría debilitarse aún más y transformarse en depresión tropical en la noche, dijeron los expertos.

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