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Sociedad|Martes, 30 de septiembre de 2008
Primer día de carriles exclusivos con cumplimiento parcial y poco control

No terminan de encarrilarse

La medida generó quejas de los colectiveros, por el tránsito lento de los taxis vacíos. Incluso de 17 a 20, algunos desafiaron la prohibición para levantar pasajeros. Los escasos agentes de tránsito que controlaron el cumplimiento de la medida labraron 457 actas.

Por Pedro Lipcovich
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“Esto va a salir mal”, pronosticó un representante de una cámara que nuclea a empresarios de colectivos.

Con escaso control de las autoridades y acatamiento parcial de los conductores, volvieron a funcionar los carriles exclusivos para transporte público en la ciudad de Buenos Aires. “Es una victoria de los taxistas”, sostuvo el titular de la Asociación de Conductores de Taxis, refiriéndose al hecho de que, salvo de 17 a 20, sus vehículos pudieron circular aun sin pasajeros, a marcha lenta, por esas vías. Incluso en esas horas pico podían verse taxis vacíos en los carriles exclusivos: cierto que la infracción duraba poco, porque enseguida eran ocupados por ansiosos pasajeros; en el carril izquierdo –por donde hubieran debido circular– los taxis eran muy pocos. “Esto va a salir mal”, pronosticó un representante de una cámara que nuclea a empresarios de colectivos y sostuvo que “una medida técnica no se puede fundar en compromisos políticos”, refiriéndose al acuerdo que Mauricio Macri concretó con los taxistas.

“Tenemos más consideración con el taxista, que al fin y al cabo está trabajando, pero menos con el particular”, comentó a este diario, mientras llenaba actas de infracción, uno de los agentes de Control de Tránsito y Transporte del Gobierno de la Ciudad, a cargo de fiscalizar el cumplimiento de la normativa. No eran muchos: en su recorrido desde Congreso, por Callao hasta Córdoba y por ésta hasta Pueyrredón, entre las 17 y las 18.30, PáginaI12 contabilizó cuatro puestos de control, cada uno con dos agentes municipales; en dos casos estaban acompañados por policías federales y en un caso, como se leerá más abajo, por un primo del policía federal.

Alrededor de las 17.30, el tránsito era relativamente escaso en Callao. Es que había menos taxis: por la derecha, sólo algunos se animaban, y –quizá por despecho– casi ninguno lo hacía por donde hubieran debido circular en ese horario, es decir, el carril de la izquierda.

“La tienen reclara; ya están re-avisados”, sostenía una agente de Control de Tránsito, refiriéndose a los autos particulares que, al tomar Córdoba desde Callao, en la mayoría de los casos se abstenían del carril prohibido. Pero, ya en Córdoba profunda, todo se hizo denso. En el trayecto hasta Pueyrredón, el control estaba ausente. Casi no había taxis vacíos sobre la izquierda y sí los había sobre la derecha, contando con que su infracción duraba los escasos segundos que tardaban en ocuparse. “Yo veo más tránsito que otros días”, escupía, frente al Hospital de Clínicas, un inspector de la línea 132.

Cerca de un puesto de control, en un punto del recorrido que no se ha de precisar –porque denuncia periodística no es lo mismo que botoneo–, el cronista vio un taxi, totalmente vacío, estacionado durante largos minutos en el carril exclusivo. “Es del primo del policía que colabora con nosotros”, explicó, con naturalidad, el agente de Control de Tránsito. Efectivamente, al ratito los primos llegaron y se pusieron a charlar, apoyados en el baúl del taxi. PáginaI12 se agregó a la conversación. “El tránsito en Buenos Aires es inmanejable”, dijo el policía, y el primo asintió.

Ya en Córdoba y Pueyrredón, el cronista, para volver al diario a escribir su nota, tomó el taxi conducido por Alejandro Zárate, con licencia 8932, quien, interrogado durante el viaje, dijo algo increíble: “Está bien que no nos dejen ir por los carriles exclusivos en horas pico: vacíos, molestábamos mucho”. Este taxista inaudito (¡al girar, se detenía para dejar pasar a los peatones!) comentó que “nos conviene más ir por los carriles exclusivos porque recogemos muchos pasajeros en las paradas de colectivos, cuando se cansan de esperar”.

En cambio, Luis Fernández, titular de la Asociación de Conductores de Taxis, saludó como “una victoria de los taxistas” la autorización para circular sin pasajeros por los exclusivos, porque “le estaban negando un transporte público a un sector importante”. En contrapartida, Alberto Crespo, presidente de la Cámara Empresaria del Transporte Urbano, sostuvo que “nos habían dicho que los taxis vacíos no ingresaban pero ellos hicieron una movilización y Mauricio Macri cambió todo: un problema técnico no se resuelve con compromisos políticos”.

El Ministerio de Desarrollo Urbano porteño anunció la medición de los tiempos de viaje por transporte público, previo al cambio de ayer, como línea de base para evaluar los resultados. Así, por Entre Ríos-Callao entre San Juan y M. T. de Alvear, en el horario de 6 a 7 se requieren 6:40 minutos; de 9 a 10, casi 21 minutos; de 16 a 17 (cuando los taxistas pueden circular sin pasajeros), 25 minutos; de 19 a 20, algo más de 14 minutos. Por Córdoba, entre L. N. Alem y Pueyrredón, el tiempo supera los 20 minutos casi todo el día; llega a los 30 de 19 a 20 y baja a 17 minutos de 9 a 10 de la mañana.

El Gobierno de la Ciudad precisó que ayer, en las primeras diez horas de vigencia de los carriles exclusivos, se labraron 457 actas de infracción.

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