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Sociedad|Jueves, 2 de octubre de 2008
Hubo menos autos en las vías rápidas y muchas quejas de los conductores por la suba del peaje

A los bocinazos en las autopistas

Los automovilistas protestaron tocando bocina al pasar por los puestos de cobro. Hubo discusiones y conductores que se negaban a pagar. Y menos autos en las autopistas. Así fue el primer día del aumento dispuesto por el gobierno de Macri.

Por Emilio Ruchansky
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Mauricio Macri dispuso aumentos de hasta el 300 por ciento en las tarifas de los peajes porteños.

“Me explota la cabeza, no puedo más”, admitió Fernando por lo bajo, a pocos metros del peaje Dellepiane sobre la autopista 25 de Mayo. “Estuvieron todo el día tocando bocina, nos volvieron locos.” Fue lo último que alcanzó a decir este cajero durante el relevo, segundos antes de que varios agentes de la Policía Federal intervinieran la conversación y expulsaran a PáginaI12 del puesto de seguridad vial. Así estaban los ánimos de automovilistas y empleados de AUSA ayer, luego de las subas exponenciales de tarifas que impuso el gobierno porteño para circular por las autopistas de la ciudad.

“Se avisó por todos los medios de comunicación, es vergonzoso lo que están haciendo”, dijo uno de los policías, en medio del concierto de bocinas. La presencia de dos motos, un patrullero y una combi policial hablaban por sí misma. “No estamos por lo de las subas”, aclaró un jerarca vestido de civil que no perdía de vista al fotógrafo de este diario. La decisión del gobierno de Mauricio Macri ya estaba en marcha y en las cabinas de peaje pusieron la mejor cara posible. El aumento oscila entre 50 y 300 por ciento y se eliminaron las exenciones para camiones.

“Y... me dijeron de todo. El más zarpado fue uno que directamente me dijo ‘andate a la concha de tu madre’ cuando le estaba dando el vuelto, así, de la nada. Todos sabían lo del aumento, pero igual te puteaban”, aseguró Jonathan, el cajero que atendió al remís que transportaba a PáginaI12. Minutos antes, desde la ventanilla de una vieja camioneta Ford, un plomero de Laferrère protestaba por los dos pesos de aumento del peaje de Dellepiane. “Viajo todos los días y la verdad es que mucho no me cierran las cuentas, voy a tener que venir en bondi”, se lamentó.

En otras autopistas de AUSA, como la Presidente Illia, hubo una merma importante en la cantidad de vehículos por la mañana. Según explicó Ernesto Arriaga, vocero de Vialidad Nacional, el tránsito sobre esta autopista era “normal, ya que muchos autos derivaron por avenida Lugones y tomaron Avenida del Libertador, para evitar el peaje”. Por esta huida se intensificó el tránsito para llegar a Retiro por la avenida Costanera, “evitando el peaje, donde hay solamente seis o siete autos por cada cabina”. Los camiones y micros que venían desde el norte bajaron por Castillo, eludiendo el peaje y luego tomaron Sarmiento y Avenida del Libertador, precisó Arriaga.

En la Illia el aumento trepó al 300 por ciento y hubo conductores que se enfrascaron en una discusión con la policía, ya que pretendían regresar a contramano para salir de la autopista. No tuvieron éxito. Por la noche, el Ministerio de Desarrollo Urbano porteño distribuyó las cifras del miércoles de la semana pasada y las de ayer: hubo dos mil autos menos en los peajes de Illia y Avellaneda, en Dellepiane esta cifra trepó a los tres mil (aunque allí los agentes de seguridad vial atribuían el descenso al paro docente).

En el informe se difundieron los datos correspondientes a la franja horaria considerada pico (de 7 a 10), aunque el gobierno porteño reconoció que para un correcto análisis sobre el impacto del nuevo cuadro tarifario hay que evaluar el comportamiento vehicular de, al menos, una semana. Según las autoridades de AUSA, “no se reportaron demoras excepcionales en los puestos de peaje tras la puesta en marcha de las nuevas tarifas, ya que la nueva disposición fue difundida oportunamente por los canales masivos habituales de comunicación”.

Sin embargo, anoche el informe del tránsito vehicular mencionaba largas demoras en las autopistas 9 de Julio Sur, 25 de Mayo, Acceso Oeste y Buenos Aires-La Plata, en todos los casos hacia el Gran Buenos Aires. También hubo congestionamiento en la autopista Illia, desde el peaje hasta la bajada hacia la avenida 9 de Julio, en la mano hacia el centro porteño, aunque se debieron a los trabajos de repavimentación sobre la calzada.

Sobre el final del recorrido hecho por este matutino, un joven empleado de AUSA apostado en la subida a la 25 de Mayo sobre la calle Alberti comentaba lo que había sido su “día de furia”. En su puesto, el peaje había pasado de 40 centavos a un peso y varios conductores se negaron a pagar el aumento, por lo que dieron marcha atrás y generaron bronca entre los conductores que los sucedían en la fila.

“En general, la gente se la bancó bastante bien porque no fue algo sorpresivo. De hecho hace años que no aumentan el precio”, reflexionó el joven que se negó a dar su nombre. “Hubo algunas puteadas y bocinazos, pero también hubo gente que se lo tomó con humor. Uno me dijo: ‘Mandale saludos a Macri’”, contó el empleado, que rogó incluir este saludo para “quedar bien con los clientes”.

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