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Sociedad|Sábado, 4 de octubre de 2008
El Papa insistió en condenar los métodos anticonceptivos

A 40 años de la primera vez

Por Miguel Mora *

Desde Roma

“Los anticonceptivos que impiden la procreación desnaturalizan el sentido último del matrimonio.” Lo dijo ayer el Papa, en un mensaje enviado a un congreso sobre el 40º aniversario de Humanae Vitae, la encíclica en la que Pablo VI prohibió el uso de la píldora a los católicos. Con poco éxito, porque según asume Benedicto XVI, “el mundo, y también muchos fieles, tienen dificultades” para comprender el mensaje de la Iglesia, que ilustra y defiende “la belleza del amor conyugal en su manifestación natural”. Ese amor entre esposos, abundó ayer el Papa, tiene un modo propio de comunicarse: “generar hijos”. Y “excluir esa dimensión comunicativa mediante una acción que intente impedir la procreación significa negar” la “verdad íntima de ese amor”.

Benedicto XVI admite, sin embargo, que en “el camino de la pareja puedan verificarse circunstancias graves que hagan prudente distanciar los nacimientos de hijos o incluso suspenderlos”. Y es ahí, subraya el Papa, “donde el conocimiento de los ritmos naturales de la fertilidad de la mujer se convierte en importante para la vida de los cónyuges”. En otras palabras, el único contraceptivo autorizado por la Iglesia es el popularmente conocido como el método de las fechas, que el Papa define, de forma mucho más culta, como “métodos de observación”. De cada cien mujeres que lo utilizan, entre 14 y 24 quedan embarazadas.

“Es cierto –reflexiona– que la solución técnica aparece a menudo como la más fácil también en las grandes cuestiones humanas, pero en realidad esconde la cuestión de fondo, que tiene que ver con el sentido de la sexualidad humana y con la paternidad responsable, para que su ejercicio pueda ser la expresión de amor personal.” Y concluye: “La técnica no puede sustituir la maduración de la libertad, cuando está en juego el amor”. Para acabar, el Papa exhorta a los curas a predicar a las parejas un mensaje “que las oriente a entender con el corazón el maravilloso diseño que Dios ha inscrito en el cuerpo humano”. Las palabras del Papa son un aperitivo para el XII Sínodo de la Iglesia Católica, que arranca mañana en la Iglesia de San Pablo Extramuros. La asamblea de los obispos, que sirve como think tank de carácter consultivo para debatir las cuestiones candentes de la Iglesia, reunirá hasta el 26 en Roma a 253 padres sinodales y a un centenar de expertos y auditores, para debatir sobre el tema “La palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia”.

La ausencia más destacada será la de los obispos de China continental porque el régimen de ese país no les ha permitido acudir.

* De El País, de Madrid. Especial para PáginaI12.

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