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Sociedad|Sábado, 12 de octubre de 2002
CARTELES QUE “ALERTAN” SOBRE SUPUESTOS LADRONES

Un escrache estilo far west

En la Boca y Barracas aparecieron carteles anónimos con listas de chicos y adolescentes presuntamente delincuentes. Los datos incluyen DNI y el domicilio. Sospechan de un origen policial.

Por Carlos Rodríguez
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Los carteles fueron pegados de noche y la mayoría fue arrancada por los vecinos del barrio.
“ALERTA. Vecino: tome conocimiento de los delincuentes que viven en el barrio.” Los carteles, con letras en rojo furioso, aparecieron pegados en las paredes de los barrios de la Boca y Barracas, incluso en las cercanías de la comisaría 30ª. Las autoridades policiales dijeron desconocer la existencia de los notorios avisos públicos, que fueron destruidos por los vecinos. Debajo del título sensacionalista había una lista con 40 nombres y apellidos, más la dirección y el número exacto del DNI. Eran datos precisos, como sólo pueden tener los organismos de seguridad. Los señalados en la “lista negra” son jóvenes cuyas edades, en su mayoría, oscilan entre los 12 y los 16 años. “Es una campaña sucia, intimidatoria, que constituye una grave vulneración a los derechos de todas las personas mencionadas”, dijo a Página/12 María Elena Naddeo, presidenta del Consejo de los Derechos de Niños y Adolescentes del gobierno porteño. El organismo promoverá acciones de amparo para los menores, pero es difícil identificar a los que acusan escondidos en las sombras.
Los carteles, de fabricación casera, estaban impresos en hojas tipo oficio y cerrando el listado de nombres, en lugar de la firma de los denunciantes, sólo aparecía otra advertencia: “Cuídese”. La aparición de los carteles intimidatorios fue denunciada el viernes 4 de octubre ante la defensoría del Consejo en esos barrios. “Se acercaron algunos de los padres de los chicos que aparecen mencionados en los carteles, que habían sido pegados en las cercanías de los comercios y de las escuelas de la zona”, explicó a este diario Mónica Pérez, de la defensoría de la Boca. La mayoría de los carteles estaban pegados sobre las calles Olavarría –desde avenida Patricios hasta Almirante Brown– y Necochea, entre Suárez y Pi y Margall, en toda el área comercial, y también en el complejo Catalinas.
Las manos anónimas habían pegado un segundo cartel, que hacía alusión al asesinato de un joven vecino de la Boca, ocurrido hace unos meses. “A Pablo lo mataron los vecinos. Vaciemos el barrio de delincuentes”, era la consigna que se levantaba por medio del mensaje. “El mensaje es tenebroso, porque están señalando un listado de nombres, junto con el domicilio y el documento de identidad. ¿Y si mañana les pasa algo a cualquiera de esos chicos?” El interrogante planteado por Mónica Pérez provocó la movilización de los padres de los chicos señalados.
Las direcciones citadas en la lista corresponden a varios conventillos de la Boca y al llamado Barrio Chino. Una fuente oficial recordó a Página/12 que en los últimos tiempos “se produjeron varios allanamientos masivos en los conventillos y fueron detenidas personas que ni siquiera estaban mencionadas en el marco de una investigación judicial”. Desde la aparición de los carteles anónimos se produjo una sorda pelea entre vengadores ocultos y chicos incriminados al voleo. Mientras los primeros pegaban los bandos por la noche, los pibes los rompían durante el día.
Uno de los carteles, aseguraron fuentes oficiales, fue pegado a escasos metros de la puerta principal de la comisaría 30ª, en General Hornos al 500. Ayer no había huellas del mensaje y el oficial de turno, de apellido Morel, le aseguró a este diario que en la seccional “nadie había visto ningún cartel de ese tipo ni nada que se le parezca”. Sin embargo, el modelo de cartel fue reconstruido por el Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes.
Naddeo le dijo a este diario que es evidente que “los que hicieron los carteles no son vecinos comunes, como surge de la cantidad de datos que lograron reunir y que permiten identificar a los menores”. Esos datos son precisos, como ha quedado demostrado con el testimonio de los padres que se acercaron hasta la defensoría. “En alguno de los casos –explicó Mónica Pérez–, a los pibes sólo los conocen en el barrio por sus apodos, nunca por los nombres y mucho menos por los apellidos. ¿De dónde sacaron tantos datos?” Nadie puede hacer ninguna imputación directa, pero la sospecha obligada lleva a pensar que los autores del inusual “escrache” contaron con información proveniente de alguna fuerza de seguridad.
Por medio de un comunicado, el Consejo de Niñas, Niños y Adolescentes expresó su “más enérgico repudio” a los que confeccionaron los carteles que contienen “rótulos difamatorios y agraviantes” contra los menores involucrados, cuyos nombres se mantienen en reserva. Con la firma de Naddeo y de María Orsenigo, vicepresidenta del Consejo, el organismo corroboró que la actitud denunciada “sólo puede proceder de mentalidades mafiosas con capacidad de acceder a información de difícil acceso para el ciudadano común”. Además de estudiar la posibilidad de presentar hábeas corpus preventivos ante la Justicia, en representación de los chicos mencionados en los afiches, el Consejo exhortó a los vecinos “a mantener su actitud solidaria frente a todo intento de dividir y enfrentar a la comunidad”.

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