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Sociedad|Martes, 28 de octubre de 2008
Hablan los docentes del chico detenido por el caso Barrenechea

“Con la estigmatización en la piel”

Un grupo de maestros de la escuela de La Matanza donde cursa el chico acusado por el crimen del ingeniero salió en su defensa. “No tiene el perfil de un criminal. Lo detuvieron porque es pobre”, denunciaron. Scioli aseguró que no está detrás de endurecer la ley.

Por Horacio Cecchi
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El frente de la EFB 141, de Gregorio de Laferrère. Los maestros, consternados por una detención “con estigma”.

A cuatro días de la detención del supuesto responsable (según el fiscal Gastón Garbus) del crimen del ingeniero Barrenechea, los docentes del chico detenido salieron públicamente a denunciar que la vara de la Justicia está inclinada y no precisamente sobre la ley sino sobre el lomo del adolescente. Los maestros, además de informar que el perfil del chico no coincide en absoluto con el de un criminal, aseguraron a PáginaI12 que “se está distorsionando su historia, se lo está culpando por su color de piel, por su pobreza y por su extracción social”. Como más dato, aseguraron que “es falso que tenga 18 años, tiene 16”. Ante la consulta de este diario, fuentes judiciales respondieron que “el fiscal tiene la convicción de que tiene 18, pero de todos modos se está investigando por otros canales para chequear lo que denuncian los maestros y los padres”. En síntesis, si los maestros no hablaban la convicción hubiera convencido.

Tema álgido el de la edad, como si por sí solo resolviera algo. “El proyecto se malinterpretó en los medios –susurró ayer, preocupada, una fuente cercana al gobernador bonaerense Daniel Scioli–. Que no se confunda con mano dura. No es bajar la edad de imputabilidad sino debatir la responsabilidad específica para los menores de 18.” Horas antes, la procuradora general bonaerense, María del Carmen Falbo, había señalado su posición: “En 2004 pidieron endurecer las leyes, ¿y qué arreglaron?”.

“El viernes nos enteramos por los compañeros de que a uno de nuestros alumnos lo acusan de ‘asesino’ –dijo una de las maestras de B., el chico acusado–. Por empezar, mienten, porque no tiene 18 años sino 16. Cursa segundo año de la secundaria, la EFB 141 de Laferrère, cursó toda la primaria, viene con sus hermanos.”

–¿Por qué dicen que es inocente?

–No decimos que sea inocente. Pero nos cabe la duda de que sea culpable. Y vemos que se lo está culpabilizando en forma anticipada. El no tiene ese perfil. Su conducta en la escuela es la conducta de un pibe común, que no es violento, que no es rebelde, que no responde mal, siempre cumplió con las consignas. No decimos que sea inocente. Si resulta culpable, que cumpla la sanción que corresponda, pero primero que se lo investigue profundamente, que no se está haciendo.

–¿Y por qué creen que se lo acusa a él?

–Porque es fácil de estigmatizar: vive en una villa, es pobre, su piel no es tan blanca. Y sabemos que nadie está supervisando las pericias que posiblemente sirvieron para incriminarlo porque la familia no dispone de los medios económicos necesarios.

En una carta que enviaron a los medios, una de las maestras sostuvo que “lo que exigimos, como pueblo, a nuestros gobernantes es que se encuentre al asesino. Sin embargo, el sistema, presionado por los medios de comunicación, lo resuelve encontrando ‘a un asesino’, y no ‘al asesino’”.

En La Plata, Scioli dijo a los medios que “la visión que tengo es que la inseguridad se la combate desde el estado de derecho con las armas que puede tener una democracia que es la mejor educación, la mejora del espacio público, ir actualizando las leyes en base a las nuevas formas y tipos de delitos”. Había puesto un cambio y reducido la marcha. Argumentó: “Los medios malinterpretaron la idea –aclaró una fuente gubernamental–. No queremos que se confunda con mano dura. Estamos lejos de eso. Sí queremos que se debata en forma amplia y nacional. La propuesta es trabajar y debatir para una ley de responsabilidad específica para la edad de 14 a 18 años.”

Unas horas antes, la procuradora de la Suprema Corte, María del Carmen Falbo, sostuvo que bajar la edad de imputabilidad “no soluciona demasiado. La mano dura, las penas muy grandes no sirven para nada. Debe haber políticas públicas que realmente tengan en cuenta la inclusión social, la educación, la protección de los desamparados”.

Entre tanto vértigo para resolver el caso, que golpea talones a diestra y siniestra, los investigadores detuvieron a un chico, con una convicción extraña y que ahora requiere de mayor convencimiento.

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