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Sociedad|Sábado, 6 de diciembre de 2008
Matan en un asalto a un dirigente de la Organización Macabi

Muerte y conmoción en San Miguel

Por Raúl Kollmann

El asesinato del ingeniero Claudio Rosujovsky, vocal de la Comisión Directiva de la Organización Hebrea Argentina Macabi, provocó una fuerte conmoción en San Miguel y en toda la comunidad judía. Según la reconstrucción que hizo la Justicia y la policía, todo indica que a Rosujovsky lo estaban esperando para robarle unos 20.000 pesos que llevaba para pagarles a los trabajadores de varias obras de construcción en la sede de Macabi en San Miguel. Cuando su auto, un Volkswagen Vento, se detuvo en un semáforo, dos delincuentes de entre 35 y 40 años le cruzaron un Ford Fiesta y se le metieron en el auto. Rosujovsky alcanzó a abrir la puerta, empezó a correr, y uno de los sujetos le disparó con una pistola 9 milímetros por la espalda. El Vento apareció horas más tarde en Morón.

El asalto y asesinato ocurrió en San Miguel, a muy pocas cuadras del campo de deportes de Macabi. De acuerdo con el análisis judicial-policial, parece cantado que el robo y asesinato tuvo un entregador, ya que las 9.40 de la mañana no suele ser un horario ni para robar un auto ni para abordar a alguien en busca de dinero, pues a esa hora todavía ni abrieron los bancos. Por lo tanto, la hipótesis casi única es que los dos ladrones sabían que Rosujovsky iba para Macabi con el dinero para pagarles a los trabajadores la semana que se completaba justamente ayer, viernes. En la mira quedó, como posible entregador, algún obrero que hace un tiempo fue despedido.

Todo ocurrió en segundos: el ingeniero abrió la puerta, salió corriendo y lo mataron con un tiro que le entró por la espalda y salió por el pecho. Según trascendió, el dinero que traía Rosujovsky quedó en el auto y por lo tanto se lo llevaron los delincuentes. “No nos parece que haya existido un tono de venganza en el hecho –le explicó a Página/12 uno de los hombres a cargo de la pesquisa–. Fueron a robar el dinero que sabían que traía el ingeniero y cuando éste, inesperadamente para los delincuentes, se lanzó a correr, le dispararon. Si hubieran querido vengarse en serio, se acercaban y lo remataban. Acá el objetivo claro, nítido, fue el robo.”

Los dirigentes de Macabi resaltaban ayer que se trata del primer hecho grave que afecta a un socio o allegado al club en San Miguel. “Tenemos una extraordinaria relación con el barrio y el vecindario. Las escuelas de la zona vienen al club a hacer educación física sin costo alguno. Nuestros socios nunca tuvieron un inconveniente. Estamos consternados”, afirmó uno de los integrantes de la mesa directiva.

Entre los familiares y amigos de Rosujovsky e incluso entre varios de los testigos, había ayer un fuerte enojo por el tiempo que tardó la ambulancia en llegar al lugar en el que el ingeniero aún estaba con vida. “Se demoraron casi 20 minutos. No sabemos si podría haberse salvado, pero está claro que estuvo con vida buena parte de ese tiempo”, señaló Lucas, quien vio el asalto y el momento en que el ingeniero cayó contra el cordón de la vereda.

El Vento fue abandonado en William Morris. El jefe de la Departamental Conurbano Norte, Salvador Baratta, reveló que dentro del auto no se encontró la pistola “pero sí huellas digitales y una palmar que habrá que verificar si no pertenecen a la propia familia de Rosujovsky, a alguno de sus amigos o a los delincuentes”. Por la edad y por la forma de moverse, tiene lógica que los sujetos tengan antecedentes, por lo cual se tratará de establecer si las huellas pertenecen a personas que ya han estado presas por un delito similar.

En un comunicado, Macabi señaló que “éste es un hecho más de inseguridad en nuestro país. Por respeto a la familia de la víctima y acompañándola en su dolor, confiamos en que se esclarezca lo antes posible”.

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