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Sociedad|Martes, 9 de diciembre de 2008
Una multitud se reunió en el Coliseo en reclamo por el aborto legal

Un festival por la libertad femenina

Artistas, legisladoras y actrices reclamaron por los derechos de las mujeres. Fuertes críticas al lobby de la Iglesia Católica.

Por Mariana Carbajal
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Liliana Felipe, radicada en México desde la desaparición de una hermana, despertó el fervor de sus seguidoras.

“Desde aquí le exigimos a Cristina Kirchner la legalización inmediata del aborto”, clamó la actriz y directora mexicana de teatro Jesusa Rodríguez. El teatro Coliseo se unió en un fuerte aplauso y a continuación surgió desde las butacas el clásico estribillo: “¡Anticonceptivos para decidir, aborto legal para no morir!”. Fue al filo de la medianoche del domingo, ya en el cierre del Primer Festival Latinoamericano por los Derechos, la Salud y la Vida de las Mujeres, convocado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, en el que participaron la artista argen-mex Liliana Felipe y su compañera de la vida Jesusa Rodríguez, con un provocador show anticlerical. En las primeras filas estuvieron las diputadas del Frente para la Victoria Juliana Di Tulio y de la Coalición Cívica Marcela Rodríguez, la titular del Inadi María José Lubertino, la legisladora porteña (CC) Diana Maffía, Nora Cortiñas y Laura Bonaparte, de Madre de Plaza de Mayo, Línea Fundadora, y la actriz Mirta Busnelli, entre otras personalidades.

El reclamo por la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo en el país atravesó las casi cuatro horas que duró el festival. El Coliseo se tiñó de verde, el color que identifica a la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito: pañuelos y remeras de ese color se repetían entre el abundante público, mayoritariamente femenino –pero también se dejaban ver varones–, que colmó con entusiasmo y alegría el teatro. Todas las localidades estaban ocupadas. Más de 1700 personas, según el cálculo de las organizadoras. “Es un encuentro de arte y de lucha”, abrió la periodista Liliana Daunes, que ofició de conductora del festival. Mujeres de distintos puntos del país se sumaron a la convocatoria: de Neuquén, Catamarca, Jujuy, La Rioja, Santa Fe, Córdoba, Tucumán y Entre Ríos dijeron presente. Y también feministas de otros países: de Brasil, México, Nicaragua, Colombia, Uruguay, Ecuador, Chile y España. Desde el escenario, Daunes anunció una llamada a una apostasía masiva para marzo de 2009, en rechazo a la intervención de la Iglesia Católica en las políticas públicas del país. “Saquen sus sermones de nuestros colchones; saquen sus misales de nuestros hospitales, saquen sus rosarios de nuestros ovarios”, coronó la exhortación a renunciar a la religión católica –que se hace a través de un trámite–, y que se ha convertido en otros países como España en una forma de protesta promovida por feministas. Hubo duras críticas a la jerarquía eclesiástica: por su complicidad con la represión y la muerte durante la última dictadura militar, por su condena al amor entre parejas del mismo sexo y por su constante activismo contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. “Aquí estamos para luchar contra todas las opresiones”, reafirmó. La folklorista Chiqui Ledesma y Cosecha de Agosto, Teresa Parodi, Mariana Baraj, la tanguera Lidia Borda y el grupo de hip hop Actitud María Marta fueron parte del programa del festival.

Pero el momento más esperado de la noche fue la actuación de la irreverente y desprejuiciada dupla Felipe-Rodríguez. De severo uniforme azul marino, con gorra cuasi militar de la que colgaba una cruz dorada, Jesusa subió al escenario personificando a una docente. Con una vara en la mano marcó su perfil autoritario. Llegó con un pizarrón. Y se presentó como la maestra “Elba Estéril de la Concepción Abortolini del Sagrado Corazón de Jesús” pero pidió que la llamen “Concha, a secas”. El Coliseo estalló en carcajadas. La maestra se dedicó a dar una disparatada clase sobre “el oscuro y maloliente tema del sexo”. “El sexo, como su nombre lo indica, es asqueroso”, empezó. Y prefirió llamarlo “malvavisco”. “Puede ser masculino, femenino o malformación genética”, agregó y otra vez las risas se multiplicaron por el auditorio. Con su labia provocadora, Jesusa se refirió al aborto y al goce sexual. De pronto, se abrió su pollera y de entre sus piernas sacó un celular: “Lo uso en modo vibrador, para aprovechar al máximo la tecnología”, dijo. Y contestó una llamada de “Susan, Su Santidad”, aclaró.

Una ovación la despidió. Y apareció Liliana Felipe, con sus cabellos canosos sueltos. La compositora y cantante cordobesa –radicada en México desde la desaparición de una hermana suya durante la última dictadura militar– se sentó frente a un piano de cola negro y despertó el fervor de sus seguidoras. Primero con “Soy una mujer inconveniente” y luego con “No te lo puedo decir” y “Mala”. “Somos malas, podemos ser peores”, le contestaron desde las butacas, integrantes de colectivos feministas. Después, Felipe anunció que dedicaría tres temas –que tuvieron un marcado sello anticlerical– al encuentro reciente de monseñor Jorge Bergoglio y la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, en la Casa Rosada. “Hereje, próximamente apóstata, por ahora atea, gracias a Dios”, se definió al terminar ese tramo. A continuación presentó un tema nuevo, “La mayonesa”, dedicado “a las cuarentonas o cincuentonas como yo” y que es un irónico himno sobre los sinsabores de la menopausia. Y cerró con “Las Histéricas”. Los pasillos del teatro se abarrotaron de algarabía: el público se paró, bailó y cantó con La Felipe, como un rato antes lo había hecho con el trío de hip hop comprometido con luchas sociales Actitud María Marta, incluso, hasta arriba del escenario. No se pudieron escuchar, por cuestiones técnicas, pero estaban grabados, mensajes de adhesión a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto del cantautor catalán Joan Manuel Serrat, de Lito Vitale, de las actrices Marta Bianchi y Cristina Banegas, de las periodistas Fanny Mandelbaum y Liliana Hendel, la conductora Carla Czudnowsky y del multifacético Mex Urtizberea, entre otros. La fiesta terminó a la medianoche. Al final, integrantes de colectivos feministas volvieron a subir al escenario y con la música del Himno Nacional, primero, y de la marcha peronista, a continuación, entonaron canciones en las que reclamaron a la presidenta CFK la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo. El proyecto de ley, elaborado por la Campaña, establece la legalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación: fue presentado en el Parlamento con la firma de 22 diputados y diputadas de un amplio arco político, entre ellas Di Tulio y Marcela Rodríguez. Pero todavía no se empezó, siquiera, a discutir.

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