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Sociedad|Viernes, 26 de diciembre de 2008
El Parque Chacabuco será remodelado y las obras arrancarán donde iban la subida y bajada de la autopista

Una nueva cara después de la polémica

En la primera etapa será recuperado el sector del fallido proyecto de AUSA. Se abrirá el acceso por Curapaligüe y se construirá un anfiteatro. No se podrá entrar con autos. La obra total demandará dos años: habrá nuevos pasos bajo la autopista y se recuperará la pista de atletismo.

Por Eduardo Videla
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El sector donde se levantaron la subida y bajada de la autopista es ahora un gran baldío.

El gobierno porteño remodelará el Parque Chacabuco en un plazo de dos años y en cuatro etapas, la primera de las cuales comenzará en marzo: comprende toda la zona que fue afectada por la construcción de las fallidas subida y bajada a la Autopista 25 de Mayo, y que hoy es un virtual terreno baldío de unos 30.000 metros cuadrados. En ese sector, se abrirá por primera vez en 30 años un acceso al parque desde la avenida Curapaligüe, cerrado desde que el intendente de la dictadura, Osvaldo Cacciatore, construyó la autopista que divide en dos al parque. En el lugar está prevista la construcción de un anfiteatro, para lo cual se recuperarán las antiguas gradas de la vieja pista de atletismo destruida por la construcción de la autovía. Sobre las otras tres etapas del proyecto, el ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chaín, dijo a Página/12 que “se buscará el consenso con los vecinos”. “Se va más rápido haciendo una obra por consenso que autoritariamente”, afirmó.

El proyecto fue presentado el viernes último ante un grupo de vecinos, muchos de los cuales participaron en el reclamo contra la construcción de una subida y una bajada en la autopista. “El llamado a licitación para la primera etapa se hará en enero y la obra empezará en marzo. Tiene que estar terminada antes de fin de año”, afirmó Chaín. Esta etapa ya tiene financiamiento: son 12 millones de pesos que destinó AUSA para remediar el daño producido por su frustrada construcción.

En mayo último, cuando la protesta vecinal crecía junto con el avance de la obra, el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, se presentó en el parque, convocó a los vecinos y anunció que la subida y la bajada no se harían. Seguidamente, ordenó la demolición de las columnas que estaban levantadas y la parquización de la zona afectada. La demolición ya concluyó y la idea es iniciar las obras para recuperar ese sector. “Si se demora mucho tiempo se corre el riesgo de una intrusión”, dijo el arquitecto Miguel Ortemberg, director de Proyectos Urbanos y Arquitectura del Ministerio.

“Como los vecinos nos pidieron que la parquización de la zona afectada por la autopista no fuera otro parche sino que formara parte de un proyecto integral, hicimos primero el proyecto para todo el parque”, explica Ortemberg. Sin embargo, el arquitecto prefiere no dar detalles de ese proyecto integral ya que está sujeto a debate con las organizaciones vecinales.

El Parque Chacabuco está constituido por 22 hectáreas delimitadas por las avenidas Asamblea, Curapaligüe y Eva Perón, y la calle Emilio Mitre. Las distintas intervenciones y el desguace a que fue sometido el parque hicieron que solamente hoy sean de uso público 17,5 hectáreas.

Un proyecto en discusión

De todas formas, Página/12 accedió a los lineamientos generales del proyecto, que incluyen los siguientes puntos:

- La veda para los automóviles que hoy circulan y estacionan en las calles internas del parque. Para ello se planea eliminar el asfalto interno y reemplazarlo por pedregullo, y habilitar una calle de acceso desde Emilio Mitre, para el ingreso de vehículos en casos de emergencias (ambulancias o bomberos).

- No habría enrejado perimetral pero sí rejas para proteger áreas internas, como los Jardines de los Perfumes o de los Sonidos o el Paseo de las Esculturas, planeados en el proyecto.

- Se habilitarán dos nuevos pasos bajo la autopista para unificar los sectores norte y sur del parque. La idea es crear dos circuitos de tránsito peatonal y aeróbico, que comuniquen ambos sectores.

- Se propone la creación de un plan de manejo en el que participen las organizaciones vecinales y los distintos organismos públicos que hacen uso del parque, con el fin de organizar sus usos, de acuerdo con el modelo que funciona en Parque Avellaneda.

- Se propone reducir las áreas enrejadas correspondientes a dos escuelas ubicadas sobre el parque. Una de ellas encierra un anfiteatro que hoy forma parte del predio de una de las escuelas y que las autoridades proponen incorporar al parque. Esa decisión debería ser consensuada con el Ministerio de Educación y la comunidad educativa.

- Se propone la recuperación de la pista de atletismo, aunque está en discusión si se hace con un material de alta competición (tartan), como propone la Dirección de Deportes porteña. Ello implicaría habilitar su uso a deportistas y personas que utilicen calzados especiales y no a todos los vecinos, como ocurre actualmente. Por eso, no está decidida la forma en que se recuperará la pista.

- Está en discusión la instalación de caniles y fue descartada la construcción de bicisendas, que fueron rechazadas por los vecinos. Lo que sí se instalarían son apostaderos para bicicletas y motocicletas.

La ejecución de este proyecto está prevista en cuatro etapas “para no cerrar todo el parque durante mucho tiempo”, argumentó Ortemberg. En total, la obra demandaría dos años de trabajo y una inversión de 60 a 70 millones de pesos.

Para elaborar las propuestas, el equipo liderado por Ortemberg realizó un estudio histórico sobre el diseño original del parque y sus modificaciones a través del tiempo; y, por otro lado, a través de un convenio con el Consejo Argentino de Ingenieros realizó un relevamiento topográfico que incluyó un censo de los árboles que hay en el parque.

A partir de ese trabajo se obtuvo el diseño original del parque que proyectó el paisajista francés Carlos Thays, para su inauguración en 1904, y las sucesivas modificaciones: la incorporación del natatorio, la escuela para niños discapacitados y, en la década del ’70, la autopista, la construcción de dos escuelas primarias y un profesorado de educación física, el polideportivo y el centro cultural Adán Buenosayres que funcionan en el bajo-autopista. “Más que un parque, es un conjunto de plazas”, definió Chaín.

Esta situación hace que en el parque convivan distintas jurisdicciones del gobierno porteño: además de Espacios Verdes, los ministerios de Educación y de Cultura y la Subsecretaría de Deportes.

La primera etapa

La obra que comenzaría en marzo comprende el cuadrante noroeste del parque, que da a las avenidas Curapaligüe y Eva Perón. Desde que se construyó la autopista, en el bajo-autopista sobre la calle Curapaligüe funcionó un club deportivo privado. Desde entonces el acceso estuvo cerrado por ese sector. Cuando se iniciaron los trabajos para la subida y la bajada, el club fue demolido y ahora el lugar en un terreno baldío.

Allí, el proyecto contempla la construcción de un patio de baldosas, con juegos para niños y para adultos, “pero no juegos de mesa, sedentarios, sino con un concepto nuevo para los adultos, para desarrollar actividades físicas”, explica Ortemberg.

En el acceso por Eva Perón, el proyecto contempla “el desalojo de una casilla que pertenece al sindicato de trabajadores municipales, Sutecba, que está intrusado por una familia”. En ese lugar se construirá un anfiteatro, para lo cual se recuperará la tribuna de lo que fue la antigua pista de atletismo del parque, destruida cuando se construyó la autopista, cuyos restos aparecen como si fueran restos arqueológicos del antiguo parque.

El resto del lugar –que en total comprende 30.000 metros cuadrados– será parquizado y recorrido por senderos de baldosas, Se instalarán bancos y nueva iluminación.

Al borde de la autopista de plantará una hilera de árboles, con la idea de amortiguar la contaminación sonora producida por la circulación de vehículos. En total, el proyecto prevé plantar unos 200 ejemplares nuevos en la primera etapa.

“Arrancamos sobre la bronca de los vecinos y lo transformamos en un proyecto –dice Chaín–. Me animo a decir que el proyecto va a ser una coproducción.”

Los vecinos, por su parte, toman con reservas las propuestas (ver recuadro): están de acuerdo con la apertura de Curapaligüe y la recuperación del parque en general, pero desconfían del gobierno que quiere concesionar los espacios bajo autopista. Y reclaman una consulta más amplia al barrio.

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