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Sociedad|Lunes, 29 de diciembre de 2008
Un patovica de un boliche de Ituzaingó mató a golpes a un policía de la Federal

Los golpes de la seguridad

El policía federal estaba franco de servicio. Habría discutido en un boliche de Ituzaingó. Los patovicas lo sacaron a la calle donde uno de ellos, que aparentemente estudia artes marciales, le dio dos golpes fatales. Los vecinos se quejan de las peleas.

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Si se comprueba que el patovica sospechoso estudia artes marciales, la acusación podría agravarse.

Un federal fuera de servicio se topó con un patovica todo servicio a la salida de un boliche en la zona de Villa Ariza, Ituzaingó, el domingo por la mañana. No es mucho lo que se sabe de los argumentos que desataron el conflicto, ya sea por el horario en que se habrían iniciado, ya sea porque los testigos fueron llamados a silencio por sus propios y consuetudinarios temores. Lo cierto es que el encontronazo fue fuerte y tuvo como idea motora la potencia de manos y la energía corporal puesta a funcionar con ideales de confrontación del tipo es él o yo. De 25 años, algunos dicen que el patovica practica artes marciales. A juzgar por los resultados, podría darse crédito a la versión: aplicó dos golpes a Renzo Villán, de 21 años, y lo dejó tendido en la vereda. El federal no uniformado fue trasladado al hospital de Morón donde murió como resultado de los golpes recibidos. Pertenecía a la división que custodia actividades deportivas. Horas después, detuvieron a Juan Pablo Chiarello, de 25, supuesto patovica, posible practicante de artes marciales y presunto homicida.

El escenario, la avenida Santa Rosa –que separa la localidad de Villa Ariza, en Ituzaingó, de la de Castelar, en Morón– recorre desde el Acceso Oeste hasta las vías del tren ex Sarmiento. A juzgar por los reclamos de los vecinos y comerciantes de la zona, las peleas entre los muchachos que salen de los boliches y los patovicas (que también son muchachos) y otros muchachos que también salen de los boliches o pugnan por entrar, son demasiado frecuentes. “Hay botellazos, hay heridos, siempre hay peleas”, describió una vecina. Tanta inquietud generan las peleas que los vecinos han protestado en varias oportunidades por la falta de control policial. “Hay mucha gente y los patrulleros pasan una vez cada tanto”, aseguró un señor.

Curiosamente, el domingo por la mañana había policía y estaba soprendentemente cerca de la acción. En realidad, el único policía que había a cuadras a la redonda no estaba de servicio (no vestía uniforme) y, para colmo, no era Bonaerense sino de la Federal. Se trataba de Renzo Villán, de 21 años, y que según la jerga reportaba –hacía poco tiempo de su ingreso–, en la División de Operaciones Urbanas de Contención y Actividades Deportivas (Doucad) de la Federal.

El enfrentamiento se produjo fuera del boliche-pizzería-restobar Sisex, sobre la calle Venancio Flores 14, casi esquina, al 1000 de la mentada avenida bolichera. En realidad, el boliche está del lado de Villa Ariza, y la pelea se habría desatado en la vereda de enfrente de la avenida Santa Rosa, o sea, en Castelar.

Por motivos de la pelea no pregunte, de todos modos es lo mismo, si se sabe que cuando hay disposición para resolver las cosas a los golpes motivos sobran y pueden ser cualquiera. Casi podría decirse que ni hacen falta. Según parece, Villán habría concurrido a los boliches santarroceños con un grupo de amigos, en algún momento de la madrugada habría entrado en el Sisex, al costado de la avenida (Venancio Flores corta Santa Rosa). Algunas versiones aseguran que por motivos que se desconocen empezó a discutir acremente con un grupo de allí dentro. Lo terminaron sacando los patovicas entre los que, según los investigadores, se supone que estaba el detenido. Al llegar a la vereda del lado de Morón, se agarraron a trompadas. Lo que también sería un decir, ya que el patovica y supuesto estudiante de artes marciales le dio dos golpes inutilizadores.

Villán no reaccionó. Quedó inconsciente en el piso, junto a la puerta de un negocio cerrado a esas horas de la mañana. A partir de allí, Villán sufrió las consecuencias de su propia actividad, por no decir uniforme. Los siguientes policías que aparecieron por el lugar, de servicio, uniformados y de la Bonaerense, habrán demorado unos diez, quince minutos, y pertenecían a la 2ª de Villa Ariza. Los del patrullero llamaron a una ambulancia, que demoró otros cinco. Como en cuestiones de salud la salud está primero y las jurisdicciones después, la ambulancia trasladó a la víctima al Hospital de Morón donde según unas fuentes llegó muerto, y según otras murió en el hospital.

A partir de los datos aportados por testigos, los investigadores individualizaron al principal sospechoso y el domingo por la mañana lo apresaron en su casa, ubicada en avenida Rivadavia, en Morón. Según sostienen los Bonaerenses, el sospechoso apresado fue identificado por la policía como Juan Pablo Chiarello, hijo de un comerciante (una gomería) de la zona y quien se cree que practica artes marciales. El joven quedó aprehendido e incomunicado en la seccional de Villa Ariza y en las próximas horas será indagado por los instructores judiciales de la fiscalía descentralizada de Ituzaingó.

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