Imprimir|Regresar a la nota
Sociedad|Sábado, 14 de febrero de 2009
Cincuenta muertos por un avión que cayó en Estados Unidos

Vuelo en picada sobre una casa

La nave impactó sobre una vivienda en el norte del estado de Nueva York. Se desconocen las causas de la tragedia, aunque se descarta un atentado. En el vuelo viajaba una mujer cuyo esposo murió en uno de los aviones estrellados contra las Torres Gemelas.

/fotos/20090214/notas/NA15FO01.jpg
En la nave viajaban 49 personas, la otra víctima fue el dueño de la casa sobre la que cayó el aparato.

El avión de la compañía Continental Airlines sobrevolaba el estado de Nueva York en condiciones meteorológicas adversas. De pronto, perdió el rumbo y se precipitó a tierra. Fue a parar sobre una casa, explotó y provocó un incendio enorme. Las 49 personas que viajaban en el Bombardier Dash 8-400 murieron en el acto, al igual que el dueño de la vivienda. Una mujer y su hijo que también estaban en el lugar lograron salir, heridos. Ayer mismo fue encontrada la caja negra, aunque las autoridades anunciaron que recién en semanas se conocerá el posible origen del accidente. La hipótesis inicial es que la caída se debió a la acumulación de hielo en las alas. El FBI rápidamente descartó que se tratara de un atentado.

La nave cayó en una casa de la localidad rural de Clarence, cerca de Buffalo, a unos diez kilómetros del aeropuerto. En el avión viajaban 44 pasajeros, cuatro tripulantes y un piloto que estaba fuera de servicio, de quien en un primer momento no se reportó información porque se desconocía que viajaba en el aparato. Por eso inicialmente se habló de 49 víctimas.

Una de las personas que viajaba en el avión era una mujer que perdió a su marido en los atentados contra las torres del World Trade Center en 2001. Beverly Eckert viajaba a Buffalo para conmemorar el que sería el cumpleaños 58 de su marido, Sean Rooney. “Sabemos que ella estaba en ese avión –dijo su hermana Sue Bourque, que la esperaba en el aeropuerto– y ahora ella está con él.” Eckert iba a la presentación de una beca escolar que llevaría el nombre de su esposo en el colegio donde ambos se habían conocido. La mujer integró el grupo denominado “Voces del 11 de septiembre”, que exigió una mejor investigación de los ataques e impulsó la construcción de un memorial.

Según los testigos oculares, la aeronave explotó inmediatamente después de estrellarse, por lo que se formó una enorme bola de fuego que provocó un gran incendio. Un hombre que pasaba con su auto por el lugar narró que el avión cayó “en picada” hacia su vehículo. “El ala izquierda estaba ligeramente inclinada hacia abajo. Fue una trayectoria directa hacia abajo”, contó. Según el gobernador de Nueva York, David Paterson, el hecho de que el avión no haya caído con una trayectoria más horizontal evitó una catástrofe aún mayor en las inmediaciones.

Por el incendio, avivado el combustible de la aeronave, se vieron afectadas doce viviendas cercanas, y sus habitantes debieron ser evacuados.

En el momento del accidente había nieve en la zona, una situación normal en la región en esta época del año. Los investigadores aseguran que los tripulantes advirtieron, antes del accidente, que había una cantidad “significativa” de hielo en las alas.

El avión había despegado del aeropuerto de Newark, en el estado de Nueva Jersey, con destino al Aeropuerto Internacional Buffalo Niagara. La nave se estrelló a las 22.17 del jueves (las 2.17 de ayer en Buenos Aires), poco antes de aterrizar.

El modelo Dash 8-400 es un avión turbohélice de transporte regional que ya fue protagonista de varios incidentes.

La grabación de la conversación entre el piloto del avión estrellado y las torres de control de los aeropuertos vecinos no demuestra la existencia de problemas antes de que la nave desapareciera de las pantallas de radar. La cinta comienza con la voz de uno de los pilotos del vuelo 3407 que sigue las instrucciones dadas por la torre de control. “Giro a la izquierda a 310, Colgan 3407”, dice el piloto antes de hacerse silencio. “Colgan 3407, se aproxima”, dice un controlador aéreo. “Colgan 3407, Buffalo”, se escucha a otro controlador. “Colgan 3407 se aproxima”, repite el controlador. Las comunicaciones entre el aparato y la torre se detienen y el avión desaparece de las pantallas de radar.

Después de desesperantes consultas con otras naves que volaban cerca y otros interlocutores en tierra, el controlador dice:

–Todo lo que le puedo decir es que había un avión en la pantalla y que no podemos hablar más. Estoy obligado a dejarlo, señor, aparentemente tenemos una emergencia.

Y concluye: “A todos los aviones en esta frecuencia, tenemos un Dash-8 que no llegó al aeropuerto”.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.