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Cinco médicos deberán enfrentar un juicio oral y público acusados de no haber proporcionado un tratamiento efectivo para solucionar la adicción a la cocaína y posterior muerte del periodista Juan Castro, ocurrida el 2 de marzo de 2004. Según fuentes judiciales, habría “negligencia”, “impericia” e “imprudencia” en el accionar de los imputados, que enfrentarán cargos por un delito que contempla penas de hasta cinco años de prisión.
La decisión provino de la sala VI de la Cámara del Crimen porteña que confirmó el procesamientos por “homicidio culposo” y los embargos de 1.100.000 pesos sobre los bienes de cada uno de los acusados. Se trata de los médicos Rubén Lescano, Carlos González, Alejandra Abbene, Diana Musache y Alexis Mussa. Los camaristas consideraron “inadmisible” que un paciente internado con una “elevada adicción a las drogas” y “peligroso para sí y para terceros” fuera egresado del sanatorio al que se lo había remitido para un control “sin que nadie repare que ningún especialista en psiquiatría lo hubiese evaluado y dado de alta”.
Lescano era médico personal de Castro y es el más comprometido en la causa: se le cuestiona haberse ido de vacaciones en el momento más crítico de su paciente. González era director de la clínica Santa Rosa, donde estuvo internado; Abbene fue quien autorizó el traslado del periodista al sanatorio Otamendi; Musache coordinaba este último centro asistencial y Mussa, supervisor de la prepaga Medicus. Para los camaristas Julio Marcelo Lucini y Mario Filozof hubo “negligencia”, “impericia” e “imprudencia” por parte de los médicos, ya que “no se trataba de cualquier paciente, sino de uno en riesgo cierto y más que probable”.
El único médico que quedará fuera del juicio oral y público es Ricardo Daniel Handlarz. El tribunal le revocó el procesamiento dictado por la jueza de instrucción Fabiana Palmaghini en noviembre pasado y lo sobreseyó. Lucini y Filozof entendieron que no se le podía exigir que anticipara la peligrosidad que presentaba Castro, porque sólo lo entrevistó un par de veces cuando había sido externado del sanatorio Otamendi.
El periodista cayó del balcón de su departamento del barrio porteño de Palermo, víctima, según la Justicia, de un “delirio fatal agitado provocado por consumo de cocaína” y murió tres días después en el hospital Fernández. En aquel momento, la doctora Palmaghini descartó que Castro tuviera la intención suicidarse y al igual que ella, los camaristas coincidieron en la falta de un tratamiento adecuado para la adicción del periodista.
En esta misma causa, el 5 de marzo pasado los abogados de los médicos que ahora irán a juicio y los de la familia del periodista pidieron que la pareja de Castro, Luis Pavesio, también fuera investigado por su presunta responsabilidad en el hecho. El argumento de esta acusación fue que Pavesio se habría colocado como “garante” de la salud de su pareja, cuando Castro recibía tratamiento psiquiátrico. Además afirmaron que fue él quien retiró a Castro de una clínica donde era tratado por psiquiatras para llevarlo a un hospital, pero no regresó con él al lugar donde recibía el tratamiento de aquellos especialistas.
En cambio, nunca prosperó la investigación a los terapeutas del periodista por el delito de “abandono de persona”.
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