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Sociedad|Sábado, 11 de abril de 2009
Murió en Córdoba el célebre capomafia François Chiappe

Un corso a contramano

Nació en Córcega hace 88 años. Participó de una organización terrorista de ultraderecha. Fue traficante de armas y de heroína. En Buenos Aires, robó un banco, estuvo preso y se fugó en 1973.

Por Carlos Rodríguez
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Como su amigo, el represor Aníbal Gordon, Chiappe pasó sus últimos años en la provincia de Córdoba.

Fue un hombre acostumbrado al escándalo, a llenar con su nombre miles de crónicas policiales en todo el mundo. Se murió solo, olvidado, en un asilo de ancianos de una localidad serrana de Córdoba. La muerte del célebre capomafia François Chiappe, nacido en la isla de Córcega hace 88 años, el 15 de mayo de 1920, se produjo el 2 de febrero pasado, pero era tan grande el cono de silencio que la noticia recién se supo ayer. Miembro de la mafia corsa, asesino a sueldo –y por convicción ideológica– de la ultraderechista Organisation Armèe Secrète (OAS) que hizo estragos en Argelia, traficante de armas, de opio, hachís y heroína, Chiappe llegó por primera vez a la Argentina en el año 1965, con pasaporte falso. Tres años después fue detenido por el robo de 68 millones de dólares a la sucursal Boedo del Banco Nación. Estuvo preso en Devoto, de donde se fugó –su mujer dice que fue indultado– el 26 de mayo de 1973, el mismo día en que fueron dejados en libertad los presos políticos amnistiados por el ex presidente Héctor Cámpora. Escapó con él uno de sus dos dilectos amigos argentinos: el parapolicial Aníbal Gordon. El otro fue Jorge Eduardo Villarino, alias “el rey de la fuga”.

La muerte de Chiappe se produjo en el hogar de ancianos San Francisco de Asís, que depende del Hospital Italiano, en la tranquila localidad serrana de Santa María de Punilla. Lo habían internado sus familiares el 12 de diciembre del año pasado, con un cuadro de “demencia senil”. Margarita Naval, la esposa de Chiappe, se limitó a decir: “François murió”, al ser consultada por los periodistas. La noticia fue publicada ayer por el diario La Voz del Interior. Chiappe murió solo. Sus familiares retiraron el cuerpo en una ambulancia y el mismo día fue cremado.

La historia de Chiappe dice que se alistó joven en la Legión Extranjera. En Argelia, como miembro del cuerpo militar, se sumó a la OAS, una organización terrorista de derecha que hizo atrocidades en ese país. Tal era su nivel de adhesión a las ideas de la OAS que, se dice, habría participado en un fallido complot para matar al presidente francés Charles De Gaulle, cuando tomó la decisión de darle la independencia a Argelia. En 1948 Chiappe fue uno de los fundadores de la banda corsa “Piedra Fuerte”, dedicada al contrabando de opio en el llamado Triángulo de Oro formado por Birmania, Tailandia y Laos. Eran los tiempos en los cuales Indochina (incluyendo a Vietnam) era colonia francesa. A comienzos de la década de los sesenta, Chia-ppe entró al mercado de la droga en Estados Unidos.

Fue uno de los creadores de la French Connection, que enviaba la droga desde Marsella a países de América latina, pasando por Estados Unidos. Esta parte de su historia inspiró la novela French Connection, escrita por Robin Moore, llevada al cine por el norteamericano William Friedkin. Contacto en Francia, como se la conoció en la Argentina, fue estrenada en 1971 y ganó cinco premios Oscar, incluyendo el de mejor película.

El capomafia fallecido en Córdoba llegó a la Argentina en 1965. Viajó como polizonte en un barco, huyendo de la Justicia francesa y con un documento falso. Chiappe, que se sospecha podría haber trabajado para la Gestapo, se reunió en una confitería de Buenos Aires con ex paramilitares nacidos, como él, en Córcega. El robo al Banco Nación de Boedo fue en 1968. Chia-ppe fue detenido poco después, junto con Lucien Sarti, a quien llegaron a señalar como el supuesto verdadero asesino del presidente John Fitzgerald Kennedy.

Condenado a 20 años de prisión –también tuvo cargos por tráfico de heroína–, Chiappe estuvo preso en el penal de Villa Devoto, donde conoció a Gordon y a Jorge Villarino, “el rey de la fuga”. Se escapó de allí el 26 de mayo de 1973, junto con los presos políticos amnistiados por Héctor J. Cámpora. Ese día escapó, de la misma cárcel, el paramilitar argentino Aníbal Gordon, quien había caído preso en 1971, luego de robar 230 mil dólares en la sucursal Bariloche del Banco de Río Negro.

La fuga de Chiappe y Gordon de Devoto es un misterio. La mujer de Chiappe aseguró que su marido fue “indultado”, pero no fue así. Se cree que Gordon fue incluido en la lista por algún jerarca del Servicio Penitenciario Federal, fuerza para la que trabajó antes de ingresar, en 1968, a la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE). Lo de Chia-ppe pudo haber sido un favor de su amigo argentino.

Tienen mucho en común Gordon y Chiappe. El argentino vivió en Córdoba, en La Serranita, donde fue detenido en 1984. Fue paramilitar, participó en el genocidio y robó bancos. Chiappe murió en Córdoba, fue torturador en Argelia y además de traficar drogas también robó bancos. Cuando salió de la cárcel, en Estados Unidos, donde tenía varias causas, se instaló en Córdoba, en una casa de La Falda. En una entrevista, hace 11 años, dijo que ése era “su lugar en el mundo”.

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