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“No hay que criminalizar la pobreza porque delincuentes hay en todas las clases sociales”, dijo ayer la presidenta Cristina Fernández al inaugurar, en la quinta presidencial, un sistema que unifica datos judiciales para mejorar en el país la búsqueda de personas con pedidos de captura. En el acto, la mandataria destacó que la inseguridad “tiene que ver con la brecha de la desigualdad”, pidió terminar “con la dicotomía de garantismo y mano dura” y reclamó “no usar políticamente la muerte y el dolor”.
“Si todos los que tenemos responsabilidades institucionales cumplimos el rol que nos ha fijado la Constitución, y aquellas instituciones que no son del estado, sino de la sociedad, como los medios de comunicación, cumplen el rol de informar y comunicar y no de asustar y complejizar más la situación, podremos dar una respuesta más fuerte a este problema”, expresó Fernández.
En el acto fue presentado el sistema denominado Consulta Nacional de Rebeldías y Capturas, que consiste en la informatización de bases de datos sobre antecedentes penales. Se trata de un “instrumento indispensable” para que el Poder Judicial pueda “enfrentar a la inseguridad”, explicó la Presidenta. “Parece mentira que no se haya creado antes –agregó–. No es razonable que un trámite de antecedentes penales demande burocracia y obstaculice a la justicia” y señaló que el programa se complementará con la reforma del Código Procesal de la Nación en el Parlamento.
La Presidenta consideró que abordar el problema de la inseguridad “requiere una actitud de gran institucionalidad, de fuerte compromiso con los derechos y garantías de toda la sociedad, de saber que es necesario sostener un modelo económico que no genere exclusión y desempleo”. “Yo les puedo asegurar que si volvemos a un modelo económico donde vuelvan a reinar dos dígitos de desocupación y donde los salarios sean la variable de ajuste de una economía, los índices de criminalidad se van a disparar”, advirtió.
En este sentido, agregó que “a lo mejor, si pasa eso no lo vamos a ver por televisión, porque entonces se habrán cubierto otros intereses, que son los que quieren presentar a la inseguridad como el gran problema de los argentinos”. “Es notable que en otras épocas, donde los índices se disparaban, no aparecía esto por la televisión y aparecían permanentemente temas como ajustes, huelgas”, remarcó.
La Presidenta llamó a los tres poderes del Estado y a otras instituciones a “combatir el flagelo de la delincuencia sin criminalizar la pobreza” y a “construir un concepto de seguridad que no tenga que ver con la justicia por mano propia ni que la gente se arme”.
Entonces, criticó “a aquellos (medios de comunicación) que quieren presentar la inseguridad como el gran problema de los argentinos”. Así, sostuvo que “es necesario enfrentar la inseguridad con responsabilidad y madurez, sin usar el dolor y la tragedia para capturar una voluntad o una opinión favorable”.
“Sin minimizar el problema que uno tiene –continuó Fernández–, hay que ver que (la inseguridad) es algo de características universales.” Recordó el fracaso de los escuadrones de la muerte ante la delincuencia y rechazó la alternativa de agregar “más violencia a la violencia”, destacando que la presencia de armas en la comunidad amenaza la propia vida de quien busca defenderse. En ese sentido, destacó el éxito del programa nacional de recuperación de armas, que logró sacar de la sociedad 104.500 armas. “Esto es clave, la sociedad debe entender que el problema requiere de gobernabilidad democrática y de las instituciones. No todo se resuelve mágicamente con más violencia, sino que demanda el esfuerzo permanente de las instituciones de los tres poderes”, afirmó.
Dijo que en el país “hay leyes, muchas y muy severas” y que “hay que aplicarlas a fondo, a rajatabla”, y condenó la construcción de “muros que avergüenzan a la dignidad y a la inteligencia de las personas” y dijo que promoverlos es “ignorar la historia”.
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