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Sociedad|Sábado, 25 de abril de 2009
Toma de viviendas, pelea entre vecinos, represión policial y detenidos

La batalla de Villa Soldati

Un grupo ingresó primero en unas viviendas de un plan del barrio Fátima. Luego, vecinos que dicen ser adjudicatarios intentaron sacarlos. Entonces llegó la policía y reprimió a todos, incluidos los curiosos que miraban. Cinco detenidos y cuatro agentes heridos.

Por Carlos Rodríguez
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“Reprimieron a todo el mundo y después nos echaron la culpa a nosotros, como siempre”, dicen los vecinos.

Anoche, cerca de las 21, los vecinos del barrio Fátima, en Villa Soldati, seguían indignados. “Nosotros no provocamos ningún disturbio. Un grupo de jóvenes, en forma legítima, fue a sacar a personas que llegaron de otros lugares a ocupar veinte viviendas que fueron hechas para los que vivimos en este barrio. Después vino la policía y allí se complicó: reprimieron a todo el mundo y después nos echaron la culpa a nosotros, como siempre.” Rosa Ortega tiene siete hijos y forma parte de una organización llamada Mujeres en Acción, que desde hace años viene luchando contra la violencia de género, el paco y por viviendas dignas. En la esquina de Laguna y Ordóñez, los vecinos se arremolinan en torno de Página/12 para mostrar techos de chapa y paredes rotas por el accionar policial y vecinos heridos. Uno de ellos, Omar Duarte, tiene nueve impactos de bala de goma en sus piernas y en el cuerpo. La información oficial de la comisaría 36ª sólo mencionó la existencia de “cuatro policías heridos por los vecinos, que arrojaron piedras durante los disturbios”. Hubo cinco detenidos y los que habían ocupado las veinte casas, fueron desalojados.

“No vayan para esa esquina (aluden a Laguna y Ordóñez) porque hay pibes armados y es peligroso.” La advertencia de algunos periodistas y policías, nunca pudo ser confirmada por este diario, que llegó hasta el lugar y sólo recibió una andanada de denuncias. “Hace 24 años que vivimos en este barrio. No somos delincuentes, peleamos por viviendas y también contra los narcotraficantes. Estas casas eran para los que vivimos acá, pero se las entregaron a otras personas tan pobres como nosotros. Ellos tampoco tienen la culpa. No queremos una guerra entre pobres”, sostuvo Rosa Ortega.

Convertida en vocera del grupo de más de cuarenta personas que protestó ante los jefes policiales y ante funcionarios del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC), Rosa enumeró a los que considera responsables de lo ocurrido: “Esto es culpa de la comisaría 36ª, que vino a reprimirnos a todos, de las autoridades del IVC, que nos vienen haciendo promesas que nunca cumplen, y de (Mauricio) Macri, que está por encima de todos y no hace nada por nosotros”. Luis Alvarez, otro vecino, corroboró: “Algunos pibes fueron a sacar a los que se habían metido en las casas. A los pocos minutos apareció la policía y reprimió a todos, incluso a personas que llegaban de trabajar y a vecinos que estaban en sus casas”.

María Albarenga, que vive en la esquina que fue epicentro de los enfrentamientos, afirmó que “la policía se metió en la casa y tiró gases”. Los hijos de Omar Duarte aseguraron que a su padre “le tiraron balas de goma sólo porque había salido a ver qué pasaba”. Alvarez agregó que “la mayoría de los que tenemos hijos chicos los tuvimos que llevar a otras casas, porque el aire estaba lleno de gases”. La policía reportó que un patrullero policial fue “destrozado por los vecinos” y que “cuatro policías tuvieron que ser internados con politraumatismos”.

El parte oficial dijo que la policía intervino “por una denuncia del IVC”, pero los vecinos aseguraron que los uniformados llegaron “para reprimir a los vecinos que estaban tratando de sacar a personas que no tenían que estar en esas casas”. Se dijo que las puertas de acceso a las viviendas “no fueron forzadas, porque alguien les había entregado las llaves”. Las casas forman parte de un complejo de cuatro torres, de tres pisos cada una, que todavía está sin terminar.

La policía utilizó carros hidrantes y contó con el aporte de la Guardia de Infantería, helicópteros y motociclistas. La batalla campal fue a partir de las cuatro de la tarde y terminó cerca de las 20. En el lugar se hizo presente el comisario inspector Sebastián Seggio, quien dijo ante las cámaras de TV que la situación estaba “controlada”. Los vecinos le pidieron explicaciones por la represión. “Yo llegué más tarde, no vi nada”, fue su única respuesta. Otro interpelado fue el comisario González, segundo jefe de la 36ª. “Vamos a tomar las medidas necesarias”, fue su única respuesta, mientras seguía con el bastón de “abollar ideologías” –diría Mafalda– debajo de su brazo derecho.

El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que “es difícil buscar canales de diálogo con gente que tira piedras”, en alusión a los vecinos. De todos modos, el IVC los citó el lunes, para una reunión destinada a determinar quiénes son los dueños de las viviendas.

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