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Sociedad|Martes, 12 de noviembre de 2002
EL JUEZ ALFREDO MEADE DECIDIO APARTARSE DEL CASO TRAS HABER SIDO RECUSADO

Otro poroto para la defensa de Grassi

Es el juez que en el programa de televisión habló de la “suite nupcial” del cura. Ayer se excusó argumentando la “virulencia mediática” que alcanzó el caso. A las pocas horas se conocía el pedido de captura contra el hermano de Grassi, en una causa por presuntas estafas.

Por Alejandra Dandan
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Con la orden de arresto a Juan José Grassi, el cura detenido por presunto abuso sexual pierde a uno de sus defensores públicos.
¿Quién será el próximo caído? La pregunta encierra una hipótesis sobre la estrategia que sigue la defensa del padre Grassi. La semana pasada, una denuncia logró separar de la investigación sobre abuso sexual y corrupción de menores a Adrián Flores, el primer fiscal de la causa. Ayer quien desapareció de escena fue el juez Alfredo Meade, el mismo que frente a las cámaras de televisión había pronunciado aquello de la “suite nupcial”, recordando las características de la habitación del cura. Meade, días atrás, fue recusado por dos abogados de Grassi. El juez ayer se pronunció sobre esas recusaciones, las rechazó e inmediatamente presentó su renuncia. Se excusó y pasó el expediente al Juzgado Nº 1 de Morón. En tanto, anoche los Grassi tuvieron otra sorpresa: un juzgado criminal de Capital dictaba la orden de captura contra uno de los hermanos del cura por una causa sin vinculación, en principio, con la Fundación Felices los Niños. Toda esto ocurre a días de que se cumpla el plazo para que la Justicia decida el cese o no de la prisión preventiva de Grassi.
Hasta la semana sólo existían rumores sobre una presunta separación del juez que hasta ahora llevaba la causa del cura Grassi, acusado y detenido por supuesta corrupción de menores y abuso deshonesto. Alfredo Meade está al frente del Juzgado de Garantías Nº 4 de Morón y fue quien recibió en 2000 los primeros anónimos sobre el supuesto régimen que mantenía el cura en la Fundación Felices los Niños. Su cara, su voz, su lectura sobre el caso fueron apareciendo con los primeros informes de “Telenoche Investiga”. Desde aquel momento, la defensa del cura fue compilando elementos para dejarlo fuera del juego. Jorge Sandro, el abogado de Grassi en la causa principal, el jueves pasado pidió su desvinculación formal de la causa. Para Sandro, el juez había hecho “calificaciones abruptas e improcedentes” cuando se refirió a su estancia de descanso como a una “suite nupcial”. Además, para Sandro, “hizo comentarios sugerentes sobre el comportamiento sexual” del sacerdote.
Ayer temprano Sandro conoció los resultados de la avanzada. Meade decidía apartarse de la investigación y pasarle los expedientes y las futuras decisiones de la causa a la magistrada Mónica Patricia López Osorio, del Juzgado Nº 1 de Morón. A través de dos oficios, el juez Meade resolvió apartarse del proceso y rechazar las recusaciones. La causa central de su alejamiento fue la incidencia de los medios de comunicación en este caso: “Es cierto –dijo el juez en su resolución– que la gran repercusión que en los medios televisivos principalmente, y en los restantes, radiofónicos, gráficos y hasta Internet, ha generado la sola tramitación de estas actuaciones”. Enseguida agregó: “Repercusión, alcance y grado de virulencia que excede y en mucho la normal labor de un magistrado”.
El juez Meade no quiso hablar con los medios sobre su decisión, sin embargo Página/12 tuvo acceso a las declaraciones que dejó sentadas en la causa. Pocas líneas después de aquella crítica, Meade indicó que “no alcanza a explicarse el porqué de tamaña repercusión, ante el hecho cotidiano, común y corriente de que al sospechoso de haber cometido un delito se lo someta a proceso conforme a las normas que rigen el proceso”. Tal vez ése sea el punto esencial de su crítica, la consecuencia de este caso y de las proyecciones que tendrá. Su crítica no es la primera, está en sintonía con las formuladas por Adrián Flores, el fiscal apartado de la causa el viernes pasado. También Flores cree que la puja mediática en torno al caso Grassi terminó influenciando a determinados “agentes judiciales”. “Los medios periodísticos –le dijo ayer a Página/12– surtieron efecto en la opinión pública y los actores que están dentro del Poder Judicial son parte de los posibles influenciados por esa opinión pública”.
Grassi está detenido desde el 24 de octubre. A partir de aquel momento, la fiscalía cuenta con treinta días para recoger las pruebas y decidir liberarlo o mantenerlo en prisión. La nueva fiscal será ahora la encargada de compilarlas y la nueva jueza de decidir la situación del cura. En tanto, Meade deberá enfrentar una nueva prueba. La diputada bonaerense Marta Ferrara, del partido de Luis Patti, pidió el juicio político al magistrado.

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