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La Legislatura porteña aprobó ayer el acuerdo firmado entre la ciudad de Buenos Aires y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, cuyo objetivo es convertir el edificio del ex Padelai, en el barrio de San Telmo, en un megacentro cultural.
El gobierno de Mauricio Macri firmó el año pasado un acuerdo marco con la Agencia Española para reciclar ese edificio, abandonado desde que fue desalojado, hace sies años. Ese acuerdo prevé que la ciudad les ceda en comodato a los españoles, por 30 años, esa construcción histórica.
El diputado Enzo Pagani (PRO), miembro informante del proyecto, destacó que “esta ley fue aprobada por gran parte de la oposición, ya que requería 40 votos sobre los 60 legisladores que integran el cuerpo”. “Esto indica no sólo la vocación constante de diálogo, sino que se destaca como una ley consensuada, con la convicción de que su aprobación les brindará beneficios a los vecinos de la ciudad”, agregó.
El 19 de marzo último, el cuerpo había aprobado la ley 3024, de expropiación de ese inmueble, con el fin de transformarlo en un polo cultural. Es que el 70 por ciento de la propiedad estaba en manos de una cooperativa de vivienda, producto de un acuerdo entre el gobierno municipal de Carlos Grosso y un grupo de familias que vivían en ese predio. Una serie de incumplimientos cruzados derivó en conflicto: según el Estado porteño, la cooperativa nunca pagó las cuotas de la hipoteca ni los impuestos municipales; para la cooperativa, fue la ciudad la que no cumplió con lo que tenía que aportar para avanzar con la construcción de viviendas. El conflicto concluyó con el desalojo violento de los ocupantes, unas setenta familias que quedaban en el edificio, en 2003. Otro grupo había aceptado el subsidio que le entregó el gobierno porteño. Desde entonces, el inmueble está deshabitado, aunque parte de sus instalaciones se utilizan para el funcionamiento de la Escuela Taller del Casco Histórico, que hacen en el derruido edificio sus prácticas de restauración de mampostería. Aquella ley incluyó un artículo que obliga al Ejecutivo a brindar una solución habitacional a las 239 familias que fueron alcanzadas por el desalojo de 2003.
Mediante el acuerdo, los españoles se comprometieron ante el Ministerio de Cultura a restaurar todo el complejo: el edificio antiguo, ubicado sobre Humberto Primo, el no tan viejo, sobre San Juan, y los jardines. La construcción más antigua fue edificada por el arquitecto italiano Juan Antonio Buschiazzo, en 1895.
El proyecto incluye un centro de interpretación del casco histórico de 400 metros cuadrados y un cine.
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