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Sociedad|Viernes, 23 de octubre de 2009
REDUCEN EL PRESUPUESTO PORTEÑO DESTINADO A ONG QUE CAPACITAN A DOCENTES Y ALUMNOS SOBRE SEXUALIDAD

De eso no se habla, en eso no se invierte

En el Presupuesto 2010 se destinan sólo 50 mil pesos para ONG especializadas que dan contenidos a docentes y alumnos. Advierten sobre la falta de incentivos a docentes para que se formen en educación sexual. Este año habría dos millones sin ejecutar.

Por Mariana Carbajal
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La ley 2110, sancionada en 2006, establece que la educación sexual es obligatoria en escuelas de todos los niveles.

El gobierno macrista no quiere que se hable de educación sexual en las aulas porteñas. El ministro de Educación, Mariano Narodowski, asignó una irrisoria partida de apenas 50 mil pesos para transferir a las ONG que capacitan a docentes y brindan contenidos a alumnas y alumnos, de acuerdo con el Presupuesto 2010, que se está analizando en la Legislatura porteña, según reveló la legisladora electa María Elena Naddeo. Esta decisión se suma a la falta de incentivo a maestras y profesores para que se formen en la temática y la ausencia de una política clara para promover la enseñanza de forma transversal en las distintas asignaturas y desde el nivel inicial, de acuerdo con la ley 2110 sancionada tres años atrás en la Legislatura.

“En 2008 fueron casi nulas las actividades en las escuelas públicas medias. Este año mantuvieron algunos talleres, mínimos, para decir que están haciendo algo. Pero no se puede decir que se está dando educación sexual integral como indica la ley. El retroceso es enorme”, advirtió a Página/12 la médica Mabel Bianco, presidenta de la Fundación Estudio e Investigación de la Mujer (FEIM). “Es vergonzoso lo que está pasando. Las infecciones de transmisión sexual (ITS), el VIH-sida, los embarazos de adolescentes y niñas y los abusos sexuales siguen incrementándose, mientras los responsables de la implementación de la ley reducen los recursos financieros y con ello las posibilidades de ejecución de programas efectivos para prevenir estas situaciones y mitigar sus consecuencias”, cuestionó Silvia Kurlat, de la Asociación Argentina de Educadore/as Sexuales (AAES).

En el Ministerio de Educación prefirieron el silencio. Página/12 intentó obtener una explicación sobre la reducción presupuestaria y la falta de una política integral en el tema, pero desde el área de comunicación donde se centralizan las consultas no brindaron respuestas. El martes, Narodowski tendrá que dar explicaciones en la Legislatura: está invitado para defender el Presupuesto diagramado para el año próximo para su cartera.

“Una vez más el gobierno de Mauricio Macri muestra que las políticas sociales para la infancia no son prioridad en su gestión”, objetó la legisladora electa por Diálogo por Buenos Aires, María Elena Naddeo. Cuando Naddeo estaba al frente del Consejo de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, durante la gestión de Aníbal Ibarra, promovió que un grupo de ONG especializadas en la temática llegaran a cubrir casi un tercio de las escuelas medias públicas cada año con talleres sobre derechos sexuales y reproductivos dirigidos al alumnado. “En ese momento se contaba con una partida presupuestaria tres veces mayor, para una demanda mucho más reducida en relación con la cobertura que debe brindar actualmente el Ministerio de Educación en cumplimiento de la ley 2110”, indicó Naddeo. Pero el macrismo pulverizó esa estructura. En 2008 la temática de educación sexual fue absorbida por el Ministerio de Educación. Pero las ONG que venían trabajando en capacitación con docentes y con talleres para estudiantes de 1° y 2° año del secundario recién fueron convocadas cuando el año lectivo ya estaba casi finalizado. En 2009, el Ministerio de Educación tiene un presupuesto asignado de alrededor de dos millones de pesos para seguir con los talleres en los secundarios, realizar materiales y jornadas de capacitación a docentes, pero hasta junio el presupuesto ejecutado era cero, denunció Naddeo. “El panorama es muy preocupante”, analizó. La mayoría de las ONG que tienen convenios con el Ministerio de Educación, entre ellas FEIM y AAES, todavía no cobraron ni un peso o recibieron un pago casi simbólico.

“Nos dijeron que teníamos que trabajar sólo con tres escuelas. Con el monto asignado pudimos hacer apenas dos talleres de dos horas cada uno para cada curso de 1° y 2° año. Esto no es educación sexual integral. Es un engendro. Los chicos y las chicas están muy interesados por saber. No tienen espacios de consulta. Saben menos de lo que la gente cree que saben sobre sexualidad. Es evidente que no hay interés del gobierno de la ciudad en dar educación sexual”, observó Kurlat, en diálogo con Página/12.

“Sin un respaldo del ministerio nos encontramos con que al llegar a las escuelas para ofrecer talleres o capacitación, no sabían que podíamos ir y sentimos que tenían mucho recelo para abrirnos las puertas”, contó a este diario Zulma Núñez, sexóloga educativa y trabajadora social, integrante del Centro de Estudio e Investigación Carolina Muzzilli, otra de las ONG conveniadas.

“Lo que más nos preocupa es que habiendo una ley, que era un avance, no se está haciendo prácticamente nada. Quedó librada la educación sexual a la iniciativa de cada escuela, sin ningún respaldo institucional. Se deben modificar las currículas de cada materia para que se cumpla con el espíritu de la ley que dice que la enseñanza debe ser transversal. Estamos cubriendo algunos baches: de pronto, nos llaman de alguna escuela porque están preocupados porque tienen alumnas de 14 años que quedan embarazadas o abortan. Eso no es dar educación sexual integral como marca la ley. Hay que poner el acento en la formación de los docentes”, opinó Diego Cal, coordinador de los talleres que dicta FEIM. Esta ONG está trabajando con cinco escuelas medias públicas y sólo en dos de ellas tuvieron acciones directas con alumnos que consisten en tres encuentros de 80 minutos cada uno.

La ley 2110, sancionada en octubre de 2006, después de varios años de debates por la resistencia de los sectores más conservadores vinculados a la Iglesia Católica, obliga al gobierno de la ciudad a incorporar la enseñanza de contenidos adecuados según la edad de los niños, niñas y adolescentes, desde el nivel inicial en adelante. El Ministerio de Educación debe garantizar la capacitación de maestros y profesores. La Escuela de Capacitación Docente CEPA, del gobierno porteño, tiene un postítulo de Educación Sexual. Pero desde la cartera que encabeza Narodowski no se promueven incentivos para que el personal docente se capacite, coinciden las especialistas consultadas.

En realidad, las resistencias del macrismo a la educación sexual integral no son nuevas. En 2004, las presiones de la Iglesia hicieron naufragar la aprobación en la Legislatura. La paradoja, hoy, es que las escuelas confesionales están recibiendo educación sexual –concebida desde una visión conservadora y católica– y en las escuelas públicas depende de la iniciativa individual del docente y la experiencia demuestra que hasta ahora llega a cuentagotas.

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