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El test de alcoholemia de Rodrigo “La Hiena” Barrios dio ayer negativo. Es una buena noticia para el boxeador, pero hoy tendrá que esperar los resultados del análisis toxicológico, en los que se verificará si consumió algún estupefaciente. En su argumentación ante la Justicia, La Hiena dijo que la conductora del Fiat 147 que estaba delante de él frenó bruscamente porque cambió el semáforo y que él se la llevó por delante. El 147 atropelló a Yamila González, la joven embarazada que falleció en aquel accidente. Si la alcoholemia hubiera dado positivo, las cosas se hubieran puesto peor para el boxeador, porque se le caía parte de la explicación. Lo mismo ocurrirá si aparece alguna droga en el análisis de orina que culmina hoy. Más allá de estos estudios, La Hiena está a la expectativa: en los próximos días la Cámara de Apelaciones de Mar del Plata define si le concede o no la excarcelación.
La procuradora bonaerense, María del Carmen Falbo, tomó ayer todas las precauciones y envió dos especialistas de la Procuración para que vigile los estudios. Es que, como se sabe, La Hiena se entregó seis horas después de lo ocurrido y está la sospecha de que en ese tiempo se dedicó a limpiar su cuerpo de los rastros de alcohol o cualquier otra sustancia. “Como boxeador, sabe manejarse muy bien con esas cuestiones. Tienen experiencia en tomar mucho líquido, orinar todo lo posible y otras técnicas de ese estilo. Incluso desconocemos si utilizan alguna medicación que pueda tapar rastros”, dijeron desde la fiscalía. Anoche, este diario se comunicó con algunos de los que supervisaron los estudios y coincidieron en que no hubo objeciones a lo hecho: “No sabemos si hubo alguna maniobra en esas seis horas, pero está claro que la alcoholemia dio negativa”, le dijeron a Página/12. Por las dudas, los abogados de la víctima pidieron un estudio de ADN de las muestras para asegurarse que tanto la sangre y la orina pertenecen a La Hiena y que no fueron cambiadas.
La fiscal María Teresa Martínez Ruiz citó a declarar a varias de las personas que participaron de una fiesta en la que Barrios estuvo la noche anterior a lo sucedido. El boxeador dice que en esa fiesta, organizada por Alejo Clérici, amigo de Diego Armando Maradona, estuvo con su esposa, pero que se fue de allí a las siete de la mañana. Ante la Justicia, el boxeador contó que durmió desde esa hora hasta las dos de la tarde, que comió un sandwich y bebió agua saborizada y se fue con su camioneta a reunirse con un intermediario que le conseguía dos presencias en paradores por las que le iban a pagar mil pesos en cada una. La fiscal citó ya a varios de los que estuvieron en la fiesta –ya declararon cuatro– y las citaciones continuarán.
Para el abogado de La Hiena, José Vera, los estudios de alcoholemia y toxicología son importantes. Si todo da negativo, La Hiena quedará como alguien que manejó torpemente y mató a una persona por accidente. Juega en su contra el hecho de que haya huido e incluso que lo hizo de contramano, embistiendo después a otro vehículo. Pero si, además, la toxicología le da positiva, su nivel de responsabilidad sería mayor porque indicaría que estaba conduciendo con los reflejos afectados por el estupefaciente.
A lo largo del martes se hizo el peritaje de la camioneta BMW de La Hiena y del 147 que manejaba Guillermina Molina. El resultado del estudio indicó que la camioneta no tuvo ningún desperfecto en los frenos, es decir que el choque no fue producto de un mal funcionamiento. Pero para la defensa de Barrios surgió otro elemento adicional: el peritaje habría demostrado que el choque contra el 147 no fue tan fuerte. La idea de Vera es alegar que incluso existió la posibilidad de que con un volantazo de la conductora se hubiera podido evitar la muerte de González. Esto no le quitaría responsabilidad a La Hiena, pero jugaría más a favor de la teoría del accidente.
En forma paralela, la fiscalía ordenó la realización de estudios psiquiátricos del boxeador. Se trata de pericias de rutina que –todo indica– concluirán en que La Hiena tenía plena conciencia de sus actos. Mañana y durante toda la semana que viene, Barrios será trasladado desde la cárcel de Batán a los gabinetes psiquiátricos y psicológicos para completar esos análisis.
A corto plazo, lo que le interesa a La Hiena es conseguir la excarcelación. La fiscal Martínez Ruiz calificó los hechos como homicidio culposo, un delito que es excarcelable, porque el mínimo de la pena es de dos años de prisión. Sin embargo, la fiscal hizo pesar el hecho de que La Hiena se fugó. La defensa alega que Barrios, con los contactos que tiene, pudo haberse ido al exterior, pero se presentó a la Justicia y, además, es una persona conocida con escasas posibilidades de estar prófugo. Ahora la resolución está en manos de la Sala III de la Cámara Penal de Mar del Plata. Lo más probable es que ese tribunal decida la semana que viene. Por supuesto que para Barrios la pelea de fondo será el juicio oral y allí pesará todo lo que se está haciendo ahora: alcoholemia, toxicología, estudios psicológicos, planimetría, pericias mecánicas y los testimonios de todos los que vieron lo que pasó.
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