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Sociedad|Domingo, 28 de febrero de 2010
COMO ALICIA DI TULLIO HUNDIO A SU EX PAREJA EN EL JUICIO POR EL BANCO RIO

La furia de una mujer despechada

Tienen un hijo pero él estaba por abandonarla por otra más joven. Ella lo delató, luego se desdijo al reconciliarse y esta semana lo destruyó declarando con todo detalle en el juicio por el robo en Acassuso.

Por Raúl Kollmann
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Di Tullio con su perro. Ahora formó pareja con su custodio policial.

El misterio se develó el jueves. Alicia Di Tullio, la hermana de Pepita la Pistolera, terminó hundiendo a su ex pareja, Rubén Alberto De la Torre. En su momento, ella fue la testigo clave para que los fiscales esclarecieran buena parte del caso: le dijo a la Justicia que Beto De la Torre fue protagonista del robo al Banco Río de Acassuso. Estaba despechada, entre otras cosas porque el Beto estaba a punto de fugarse con una chica mucho más joven, Liliana Fernández. Beto le había comprado una camioneta a Liliana y un auto común a Alicia, un departamento de más de 100.000 dólares a Liliana y uno de la mitad de ese valor a Alicia. Y, para colmo, Liliana era pareja de otro integrante de la banda.

En alguna parte de la historia, la relación dio un vuelco y pareció que el Beto y Alicia se reconciliaban. Ella lo fue a visitar a la cárcel con el hijo que tenían en común, Damián. La reconciliación se vio claramente en la causa. Alicia se presentó ante el juez y dijo que aquello que había dicho no era cierto, que sólo lo declaró por despecho, pero que no era verdad. La Justicia no le creyó mucho y el proceso contra el Beto y el resto de la organización continuó. En los últimos tiempos, los rumores volvieron a circular y, como anticipó Página/12 en exclusiva hace dos semanas, Alicia habría formado nueva pareja con el custodio que le puso la Justicia, con lo que se reinauguró la batalla entre ella y el Beto. El jueves, en el juicio oral, eso se confirmó plenamente. Alicia dio cien detalles que llevaron a muchos a una conclusión: al menos para el Beto, el juicio terminó. Y terminó mal. Los fiscales Eduardo Vaiani y Gastón Garbus sostienen, por el contrario, que las cosas recién empezaron y que las pruebas serán aún más contundentes.

Alicia no se anduvo con rodeos:

- Contó que durante todo el año previo al robo, el Beto venía sucio de barro después de trabajar durante las noches. Es decir que participó de la construcción del túnel que utilizaron los ladrones para escapar.

- Reveló que la escopeta recortada que utilizaba el hombre del guardapolvo blanco en el robo era un arma que el Beto tenía en su casa y que compró en la villa Zabaleta.

- Para colmo, Di Tullio contó que de esa escopeta se había escapado un tiro estando ambos en su vivienda. Eso complica más a la banda, que siempre adujo que no está probado que las armas eran reales y con capacidad de tiro. Es que en el robo no hubo un solo disparo.

- Alicia recordó que el Beto llevó a casa 600.000 dólares con olor a podrido. Se entiende que era parte del botín y que el olor provenía de billetes que se mojaron en las cloacas por las que la banda transitó durante la huida.

- La mujer aportó una carta, supuestamente escrita de puño y letra por el Beto, en la que éste dice “estoy hasta las bolas” en la causa del robo al Banco Río. Si las pericias demuestran que, efectivamente, se trata de la letra de De la Torre, la evidencia sería poderosa.

- Para redondear, Alicia dio detalles de la funda del skate que aparece en las imágenes del robo, los revólveres de juguete que –según dice– eran de Damián, el hijo de once años que tienen con el Beto. El aspecto fuerte de esa parte de la declaración es que Alicia describió las armas antes de que se le exhibieran e incluso mencionó que las de juguete estaban rotas en la parte de abajo, cosa que se verificó cuando se mostraron.

La yapa

Aunque las pruebas ya son lapidarias, terminó declarando el jueves la nuera del Beto, esposa de Gastón, el hijo que tuvo en un matrimonio anterior. Es que el departamento vecino al de Gastón se encontraron 680.000 dólares y, además, una pareja sacó otros 150.000 en un cochecito de bebé.

María de los Angeles Gutiérrez confirmó que los bolsos en los que estaba el dinero fueron dejados por el Beto y que ella los trasladó a ese departamento. Gastón De la Torre tendrá que ser juzgado también por su vínculo con el robo al Banco Río, entre otras cosas porque en una caja de seguridad a su nombre en el Banco Provincia también se encontraron dólares, euros y pesos.

Viaje de ida

En su momento, Alicia Di Tullio fue decisiva para el rumbo de la investigación. Ella había conocido al Beto en la cárcel, durante alguna de las visitas en la que acompañó a su hermana, Margarita, la famosa Pepita La Pistolera. En una visita higiénica concibieron a Damián.

Se dice que otro de los sospechados de ser jefe de la banda, el uruguayo Mario Vitette Sellanes, le pidió al Beto que le diera una mano a una amante. Supuestamente, ése fue el punto de partida del romance entre De la Torre y aquella chica de 27 años, Liliana Fernández. El Beto compró una camioneta Hyundai Galloper para compartir con Liliana y un Volkswagen Gol para tenerlo con Alicia. Es más, se decía que la camioneta estaba en reparación porque el Beto y Liliana se escapaban a Paraguay. En ese momento fue que Alicia contó lo que sabía y provocó todas las detenciones. Pepita La Pistolera, la fallecida, puso el grito en el cielo y acusó de buchona a su propia hermana.

Viaje de vuelta

Nadie sabe cómo, pero lo cierto es que la relación entre el Beto y Alicia se rehizo. Ella lo fue a visitar a la cárcel y, sorpresivamente, se presentó en la causa judicial sosteniendo que la habían coaccionado los fiscales. Intentó entonces dar marcha atrás. Argumentó que inventó todo y que lo hizo por despecho, por celos, pero fundamentalmente porque fue amenazada y le falsearon la declaración. Denunció entonces a los fiscales, pero ni siquiera el juez Rafael Sal Lari le creyó.

Sin duda, el gran interrogante del caso del robo al Banco Río es dónde está la mayor parte del botín. Se recuperaron algo más de dos millones de dólares, pero todo indica que eso era apenas un diez por ciento de lo robado. No faltan quienes vinculan el secuestro del hijo de Alicia y Beto, Damián, con la pelea por el botín. El mito dice que una parte de la banda, enojada con el reparto del dinero, secuestró a Damián, para conseguir que el Beto entregara lo que supuestamente les correspondía. Cerca de Alicia Di Tullio niegan esa versión. Afirman que tal vez alguien de la cárcel tramó el secuestro y que el rescate fue relativamente chico: 50.000 pesos. Lo cierto es que a los pocos días, Damián fue liberado. Todo el cuadro de situación, más el hecho de que Alicia hubiera declarado contra De la Torre, llevaron a que le pusieran una custodia. Los allegados a la testigo clave afirman que ella terminó en pareja con uno de los integrantes de la custodia y eso derivó en una nueva guerra con el Beto.

Uno de los síntomas más firmes de ese conflicto es que De la Torre denunció a Di Tullio porque ella, supuestamente, se quería –y quiere– quedar con propiedades de los dos. A algunos les parece un enfrentamiento extraño: entre los dos, sólo tienen un Volkswagen Gol y un departamento de poco valor en la calle Rincón, cerca de Constitución.

Ventaja prematura

Lo cierto es que la declaración en el juicio de Alicia era una incógnita. Muchos apostaban a que no se iba a despachar contra el Beto. Y lo cierto es que su testimonio fue lapidario. Para los fiscales, el partido recién comienza. Todavía faltan las evidencias que surgen de los entrecruzamientos telefónicos y de los movimientos de vehículos que se constataron a través del rastreador satelital puesto por una empresa de seguros. En ese marco, es muy probable que aparezcan muchas más evidencias, pero no sólo contra los que hoy están sentados en el banquillo de los acusados, sino también contra Vitette Sellanes, señalado como el hombre del traje gris que dirigió la entrada al banco y, tal vez, contra un abogado que sería el verdadero cerebro del golpe. Están quienes dicen que la explicación sobre el botín que no aparece puede estar en que falta encontrar a jefes de la banda y a policías que pactaron y se quedaron con parte de la plata.

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