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Sociedad|Domingo, 14 de marzo de 2010
FUE MASIVO EL RECITAL DE SOLIDARIDAD CON LAS VICTIMAS DEL TERREMOTO Y SE REUNIERON CUARENTA TONELADAS DE DONACIONES

Argentina le dio un abrazo realmente fuerte a Chile

Desde modestas cajas de arroz a mochilas llenas de ropa, lo reunido sorprendió a los organizadores. Casi cien mil personas bailaron y cantaron con Gieco, Cerati, D-Mente, los Cadillacs y con un cierre a toda música.

Por Facundo García
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León Gieco abrió el show y cerró a coro con “Sólo le pido a Dios”.

Un encuentro de casi cien mil personas que incluyó a muchas celebridades y una demostración contundente de compromiso colectivo. Ese fue el saldo de “Argentina abraza a Chile”, el concierto en beneficio de los damnificados por el terremoto, que organizó Red Solidaria junto a varios músicos de rock. Sobre el predio ubicado en Avenida Figueroa Alcorta y La Pampa podían verse ayer caravanas cargando bolsas repletas de mercadería, lo que redundó en más de cuarenta toneladas de alimentos, ropa, agua y otros aportes que serán destinados a las zonas afectadas. Para sellar el mensaje estuvieron León Gieco, Gustavo Cerati, Los Fabulosos Cadillacs, Andrés Calamaro y los D-Mente, entre otros artistas. Y es que podrá haber diferencias y eventuales distancias, pero en momentos de catástrofe, los afectos se sinceran.

“Qué bueno ver a tantos. Es genial que se hayan sumado para ayudar a nuestros hermanos”, sonó la voz de Ricardo Darín cuando habían pasado pocos minutos de las cuatro y media de la tarde. “Que los que la están pasando mal sientan que estamos a su lado”, siguió el actor, para luego pasarle la posta a Gieco y Gustavo Santaolalla. A dos guitarras, los amigos calentaron motores con “Pensar en nada” y “Mañanas campestres”. “¡Celebremos que podemos ayudar!”, invitó Santaolalla. Desde temprano, grupos de voluntarios se habían convocado alrededor de camiones en los que se iba cargando el material donado. Hombres y mujeres de todas las edades transportaban cajas frenéticamente, sin prestar demasiada atención al tamaño o el peso; y el público –que en algunos casos viajó desde los rincones más alejados del conurbano– dejó desde los paquetes de arroz de los más pobres hasta las mochilas con camperas y pantalones de los clasemedieros. Por entre la multitud podían rastrearse numerosos carteles de agradecimiento escritos por chilenos que residen en Buenos Aires.

La gente clamaba por Cerati y en minutos se concretó el deseo. El ex Soda Stereo apareció con un sombrero amplio y una muñequera de color azul, rojo y blanco. Fue la apertura de un show que puso a bailar aún a los más indecisos. “Tengo una relación especial con Chile –reflexionó–. Mis hijos nacieron ahí y tengo muchos amigos. Y tenemos que aprender de esta unión, porque nosotros sufrimos nuestros propios terremotos acá.” “No te creo”, “Avenida Alcorta” y “Rapto” sonaron impecables; y cuando un Andrés Calamaro de muy bajo perfil se sumó a “Crimen” y “Trátame suavemente”, el ambiente alcanzó su cenit.

Nadie habló demasiado fuera de escena. En los alrededores del VIP había una mezcla extrañísima de famosos de la tele, vedettes, empresarios –Raúl Moneta fumando un habano– y rockers. Juan Carr, que en su rol de referente de Red Solidaria funcionó como portavoz oficial, señaló a este diario que “esto no tiene que ver con recuperar lazos, sino con reforzar los que siempre han existido”, y subrayó que a partir de la tragedia se había enterado de un dato que da cuenta de esa cercanía que hay con los trasandinos: de este lado de la cordillera, la cantidad de familias “mixtas” –es decir, compuestas por argentinos y chilenos– es de más de cuatrocientas mil. Lo reunido –informó Carr– será destinado a una zona cercana a Concepción, concentrándose especialmente en una escuela a la que asisten ciento ochenta chicos. “Gracias a lo que conseguimos esta tarde, estos niños tienen el alimento garantizado por los próximos veinte meses, y doce mil hermanos más tendrán con qué abrigarse”, puntualizó.

La lista de los que subían a tocar siguió siendo de lujo. Pedro Aznar hizo honor al “vínculo entrañable” que mantiene con la nación vecina y ponderó “la cantidad de cosas impresionantes que los chilenos le han dado a mi vida”. “Chile –enfatizó– es un país rico que se va a recuperar muy pronto. Y no digo que sea rico por el dinero, sino porque tiene la riqueza más importante, que es la de sus habitantes.” Acto seguido entonó “Qué he sacado con quererte” –de Violeta Parra– y “Manifiesto”, de Víctor Jara.

La segunda mitad de la tarde se saturó de energía cuando ingresaron los D-Mente junto con Gieco. El set certificó que la sociedad entre los muchachos y el histórico cantautor está cada vez más aceitada, y que las canciones del León se adaptan fenomenalmente al formato de rock pesado tocado a pura arenga. “La memoria”, “El fantasma de Canterville”, “El país de la libertad” y “El ángel de la bicicleta” fueron preámbulo perfecto para que entrara Raúl Porchetto y se armara abajo, en el césped, una ronda gigantesca con sabor a emociones compartidas.

La fiesta siguió. Los Fabulosos Cadillacs abrieron su juego con “El león”. En “Padre nuestro”, un Flavio desatado se puso una máscara de luchador y se animó a andar en skate. La banda continuó eslabonando hits como “El genio del dub”, “Vos sabés” y “Demasiada presión”. Y cuando llegó “Mal bicho”, Vicentico hizo un alto: “Dejemos un segundo de silencio para estar con el corazón de nuestros amigos. Que el silencio hable”, pidió. El cierre fue con los Cadillacs, D-Mente, Gieco, Hilda Lizarazu y Javier Calamaro, entre otros. A coro entonaron “Sólo le pido a Dios”.

Según Carr, se sextuplicaron las expectativas previas al evento. En efecto, la prensa chilena destacó la concurrencia masiva y la cantidad de figuras que dieron el presente. Quienes lo perdieron todo, no obstante, siguen precisando una mano. Se puede colaborar llamando al (011) 4796-5828 o ingresando a redsolidaria.org.ar.

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