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Sociedad|Martes, 23 de marzo de 2010
Carl Djerassi, uno de los creadores de la píldora anticonceptiva, en Buenos Aires

“La Iglesia tiene una posición absurda”

El científico austríaco, que además es escritor y coleccionista de arte, cuestiona la posición de la Iglesia Católica en materia de anticoncepción. Vaticina que en un futuro las parejas concebirán en una probeta, lo que reducirá los embarazos no deseados.

Por Mariana Carbajal
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Carl Djerassi llegó a Buenos Aires para presentar su último libro, Cuatro judíos en el Parnaso.

@“La posición oficial de la Iglesia Católica en materia de anticoncepción es absurda.” La frase le pertenece a alguien que sabe y bastante de contraceptivos, el científico Carl Djerassi, considerado uno de los padres de la píldora anticonceptiva, un invento que revolucionó la vida de la Humanidad, y especialmente de las mujeres. Djerassi llegó ayer a Buenos Aires para dar una serie de conferencias y presentar su último libro. Multifacético, adicto al trabajo, feminista y liberal por definición, a los 87 años, este químico orgánico, profesor emérito de la Universidad de Stanford, divide su tiempo entre la ciencia, la literatura, el teatro y el arte. Es uno de los mayores coleccionistas del mundo de obras del pintor Paul Klee –donó 67 piezas al Museo Albertina de su Viena natal– y financia un programa de becas para artistas en California. “Uno de los efectos más negativos de la píldora es la secularización de la Iglesia Católica. Tengo mucho respeto sobre la posición individual de cada uno en relación con la anticoncepción, pero la Iglesia no permite ninguna opción”, cuestionó, durante un encuentro con periodistas.

Nació en Viena en 1923. Tenía 15 años cuando Hitler invadió la capital austríaca. Para escapar del nazismo su familia primero emigró a Bulgaria y un año después a los Estados Unidos. Djerassi se doctoró a los 21 años. Y siete años después dio el gran salto en su carrera: tenía 28 años, en 1951, cuando junto a otros dos científicos participó en un pequeño laboratorio de México de la síntesis del compuesto activo que fue la base del primer anticonceptivo oral, que llegaría recién al mercado norteamericano a comienzos de la década del ’60. En mayo de este año se cumplen 50 años del lanzamiento de la píldora anticonceptiva. Djerassi recordó que nadie esperaba que tuviera tan buena aceptación. “En apenas dos años ya la usaban dos millones de mujeres en Estados Unidos”, precisó. Los sesenta, reseñó, eran tiempos de la cultura hippie, el rock and roll, y la liberación feminista que tenían “una cosa en común: la libertad sexual”.

Recién llegado al país, Djerassi compartió un almuerzo con un grupo reducido de periodistas, donde se explayó sobre el impacto de la píldora, el futuro de la contracepción, su interés por difundir a través del teatro el backstage de la ciencia, y su último libro, Cuatro judíos en el Parnaso, que se presentó ayer en una librería porteña. Hoy en la Universidad de Quilmes le entregarán un Doctorado Honoris Causa.

Djerassi cree que en poco tiempo más, en este siglo, las personas, mujeres y varones, congelarán sus gametos –óvulos y espermatozoides– y los usarán cuando quieran tener hijos. El proceso de la gestación continuará en el cuerpo femenino. Lo que cambiará, adelantó, será la forma de entrada del esperma: “En lugar de que sea a través del pene, será con una pipeta”, sostuvo. “Entonces podrán esterilizarse a los 20 años y cuando decidan tener un hijo irán juntos a buscar sus gametos y así se tendrán sólo hijos deseados, no por accidente, y no habrá más abortos”, analizó. En China, más del 50 por ciento de las parejas –dijo– utiliza ya la anticoncepción quirúrgica como método de planificación familiar y en Estados Unidos también es “muy popular”. “En alrededor del 30 por ciento de las parejas casadas uno de los integrantes está esterilizado”, apuntó.

Se define como feminista. De hecho, su tercera y última esposa –fallecida hace dos años– era profesora de Literatura y directora del Programa Feminista en la Universidad de Stanford, donde él es profesor emérito de Química. “Yo aprendí mucho del feminismo en la cama”, bromeó. “La separación del sexo de la reproducción va a cambiar la relación de poder entre los hombres y las mujeres y va a empezar a ser más igualitaria, y eso es muy importante”, opinó.

Se casó tres veces –la primera a los 19 años– y tuvo dos hijos, un varón y una mujer, que era artista y se suicidó hace casi 30 años, cuando tenía 28, contó. En homenaje a ella fundó una residencia en California, en las montañas de Santa Cruz, que ofrece becas para artistas.

–¿Ganó mucho dinero con la invención de la síntesis de la progesterona que dio origen a la píldora anticonceptiva? –le preguntó este diario.

–No y sí. Como la patente le correspondía al laboratorio, apenas me dieron un dólar. Pero como fui muy optimista y compré muy temprano acciones de la compañía, que luego subieron en la Bolsa, pude convertirme en un coleccionista de Paul Klee.

–A pesar de que la píldora tiene casi 50 años, todavía muchas mujeres en la Argentina y en otros países de Latinoamérica no tienen acceso a métodos anticonceptivos que les permitan planificar la cantidad de hijos. ¿Qué opina al respecto? –le preguntó Página/12.

–Uno de los efectos más negativos de la píldora es la secularización de la Iglesia Católica. La posición oficial de la Iglesia Católica en materia de anticoncepción es absurda. Tengo mucho respeto sobre la posición individual de cada uno en relación con la anticoncepción. No tengo objeción en que alguien no esté de acuerdo con la contracepción. (La elección del método) depende de cada individuo. Pero la Iglesia no permite ninguna opción.

Hoy a las 16 en la Universidad de Quilmes brindará la conferencia “Ciencia en la ficción no es ciencia ficción”. Y el jueves a las 11 en el INTI (Avenida General Paz 5445, partido de San Martín), hablará sobre “Biotecnología: Hechos a través de la ficción”.

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