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Sociedad|Martes, 18 de mayo de 2010
Desarrollos para uso civil del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa

No sólo de misiles viven los militares

La institución, donde confluyen las investigaciones realizadas por las tres fuerzas, impulsa desde la construcción de una turbina eólica que funciona en la Antártida hasta un cohete para impulsar sondas o misiles.

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Uno de los cuatro lanzadores múltiples, capaces de arrojar 27 cohetes en 19 segundos.

Misiles, lanzadores múltiples de cohetes, proyectiles de artillería y cargas explosivas especiales, pero también sistemas informáticos de control de crisis, láseres para el estudio de la atmósfera, sensores de gases y detectores de radiación G e infrarrojos son algunos de los desarrollos en las que trabaja el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef), dependiente del Ministerio de Defensa, que en los últimos años ha generado conocimientos para aplicar en el plano militar y también en el civil.

Uno de los desarrollos más importantes del instituto es un prototipo de turbina eólica con eje de giro vertical, que soporta vientos de entre 150 y 200 kilómetros por hora y permite generar energía eléctrica. Una de estas turbinas fue instalada en la base argentina de Marambio, en la Antártida, a modo de prueba, ya que “uno de los compromisos es trabajar en un continente antártico limpio de monóxido de carbono”, indicó el titular de Citedef, Eduardo Fabre. También se desarrolló un láser con el que se mide la contaminación de la atmósfera.

A cargo de los científicos y tecnólogos de Citedef también estuvo el desarrollo de un cohete propulsado por el motor denominado Gradicom, que fue lanzado el 17 de diciembre de 2009 en el Polígono Serrezuela, en Córdoba. El desarrollo de este motor tiene como objetivo satisfacer requerimientos de motores de grandes dimensiones para ser utilizado como vector para diversos usos, como cohetes sonda, misiles y artillería de largo alcance, y diversas aplicaciones militares y civiles.

“Queremos que la comunidad conozca lo que hacemos, ya que la defensa nacional no es sólo patrimonio de las Fuerzas Armadas, sino de toda la sociedad argentina”, apuntó Fabre, luego de exhibir la larga lista de proyectos de distinta índole en el predio del instituto.

La recorrida por las iniciativas científicas y tecnológicas incluyó distintos puntos de las 19 hectáreas en las que se extienden las instalaciones del Citedef, en Villa Martelli: sus laboratorios, talleres, salas de ensayo y oficinas. Uno de los aspectos centrales es que en este organismo confluyen las tareas de investigación de las tres fuerzas: la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea, que anteriormente realizaban sus proyectos por separado y en forma autónoma, explicaron desde el organismo.

Para Fabre, “el 2005 se convirtió en un punto de inflexión en la defensa del territorio argentino, ya que a partir de ese año se ha destinado un importante presupuesto para el Ministerio de Defensa”.

Uno de los proyectos en los que se ha avanzado es en el desarme de misiles que no funcionan, para su recuperación a través de la ingeniería reversible, que permite reponteciarlos. Según Carlos Oscar Vázquez, jefe del Departamento de Química Aplicada, este procedimiento llevado a cabo por ingenieros y técnicos argentinos “es mucho más difícil que armar un misil nuevo, ya que no se cuenta con los planos ni con los manuales de instrucción” para su reconstrucción.

El sistema informático Crisis, para el control de emergencias y catástrofes, es otra de las investigaciones en las que se trabaja para su consolidación. Este software “permite tomar decisiones en un momento crítico”, ya sea en catástrofes naturales o desórdenes causados por el hombre, y en base a la información suministrada por este sistema coordinar a los distintos organismos públicos, civiles y ONG intervinientes para que planifiquen y tomen el control de la situación, explicó Alejandro Acquesta, jefe de la División de Modelado y Manejo de Crisis. En ese contexto caótico que puede ser producido por inundaciones, terremotos, incendios, derrumbes, atentados o una epidemia, “se vuelve complicado obtener y coordinar información, como también se vuelven difusos los marcos legales”, indicó. Así que “el sistema, flexible a la coyuntura, centraliza y actualiza los datos”, permitiendo que cada organismo que accede a esa base tenga las últimas novedades y tome sus decisiones en base a ellas, afirmó.

El lanzamiento de este sistema se realizó en 2009 durante el brote de la epidemia de la Gripe A, a pedido del Ministerio de Salud, y permitió integrar en esa base de datos a la Jefatura de Gabinete, los ministerios de Defensa, Educación, Desarrollo Social, Economía, Justicia, Interior y al Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos. Así, cada parte podía conocer los últimos datos sobre la pandemia H1N1 y tomar las decisiones pertinentes. Esta asistencia se prestó en Chile para hacer frente a las secuelas del terremoto que azotó al país a fines de febrero.

La vasta lista de investigaciones y desarrollos del Citedef rozan todos los ámbitos de la defensa de un país, pero también llegan a ser aplicados en la más cercana cotidianidad. Simuladores de tiro de salón sirven para el entrenamiento de las fuerzas de seguridad. Esta tecnología está formada por una enorme pantalla en donde a través de una secuencia se muestran los blancos de ataque, que son combatidos con distintas armas con láser.

También se construyeron cuatro lanzadores múltiples montados respectivamente sobre camiones, donde cada uno lanza 27 cohetes en 19 segundos a través de una cadena de disparos.

Informe: Rocío Ilama.

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