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Sociedad|Martes, 15 de junio de 2010
Analizan si el proyectil que mató a un rehén durante un asalto era policial

Esas balas que has de prevenir

Durante un asalto, Emiliano Martino fue tomado como rehén y obligado a conducir su auto. Se inició la persecución policial a los tiros. La fiscal dice que Martino murió bajo fuego cruzado. La familia de la víctima sostiene que lo mató la policía.

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La camioneta Peugeot Partner de la víctima, agujereada por las balas policiales.

Emiliano Martino.

“Murió en un fuego cruzado”, dijo la fiscal del caso. “Lo mató la policía”, dijo la hermana de Emiliano Martino, el hombre que cayó alcanzado por un tiro en la espalda cuando se tiró del auto en que tres hombres y una mujer, que habían asaltado su casa, lo llevaban como rehén. El homicidio se produjo en la madrugada de ayer en Ramos Mejía. La víctima, de 33 años, había llegado a su casa desde una de las pizzerías de las que era dueño. Un vecino vio que lo asaltaban y llamó a la policía. Los asaltantes, rodeados, huyeron en el auto de Martino, a quien obligaron a manejar. La policía los persiguió varias cuadras. Eventualmente Martino dejó el volante, abrió la puerta y se arrojó al pavimento. Los delincuentes también se tiraron del auto sin control. En ese marco se produjo el “fuego cruzado”, o el asesinato policial. Uno de los delincuentes fue abatido también, y los otros tres fueron apresados. La fiscal anunció peritajes sobre las armas secuestradas, tanto de los asaltantes como de los catorce policías que intervinieron.

A la 0.30 de ayer, Emiliano Martino, propietario de dos pizzerías en la localidad de Ciudadela, después de cerrar uno de los comercios volvió a su casa en su camioneta Peugeot Partner, con su esposa y su hija de nueve meses. Al llegar a su domicilio, en Beruti 98, Ramos Mejía, los interceptaron tres hombres y una mujer, con armas de fuego. “Aparentemente, estaban esperando a la víctima”, según Silvina Cano, fiscal a cargo de la UFI Nº 5 de La Matanza. Obligaron a la familia a entrar en la casa y empezaron a buscar qué robar. Pero un vecino los había visto entrar y había llamado a la policía, que llegó antes de que los asaltantes tuvieran tiempo de irse. Estos decidieron escapar en la camioneta de Martino y cometieron el error de exigirle que condujera.

La camioneta fue perseguida por patrulleros. A unas cinco cuadras de la casa –según fuentes policiales—, Martino abrió la portezuela y se arrojó. De inmediato recibió un tiro en la espalda, a la altura del omóplato izquierdo; murió minutos después. Los asaltantes también se tiraron del vehículo, que había quedado sin control y que se estrelló contra un poste. Según la fiscal, “los imputados y la víctima se tiran a ambos lados del vehículo, y ahí es cuando la víctima queda en un fuego cruzado, porque los imputados seguían disparando al personal policial”.

Según reconoció la fiscal Cano, los policías sabían que en el auto había un rehén: “Tenían conocimiento porque él hacía señas cuando salió y lo pudo ver personal policial perfectamente”. Por eso, al principio los policías “no dispararon”, pero después “empezó disparando el imputado que iba de acompañante y que presionaba a la víctima para que acelerara. En principio, los policías dispararon cuando todas las personas que iban en la camioneta se habían tirado, o sea que repelen la agresión de uno de ellos y se hace un fuego cruzado”. La fiscal señaló que “hay un patrullero con una impronta de arma de fuego de grueso calibre” y sostuvo que los policías “respondieron a la agresión” y que “no fue un procedimiento inusual”.

En cambio, según Melina Martino, hermana de la víctima, “la policía disparó; empezaron desde la puerta, aunque mi cuñada les pedía por favor que no dispararan, que mi hermano estaba manejando”. La hermana de Martino señaló que, en la casa, los asaltantes “estaban tranquilos” y que “decían que se quedaran tranquilos, que no pasaba nada. Mi cuñada estaba en la planta baja con la beba. Mi hermano fue a la planta alta, agarró la plata y la entregó”. Pero “cuando vieron que la policía estaba en la puerta, se asustaron y entonces lo agarraron de rehén”.

En el tiroteo murió uno de los imputados, llamado Pablo, de 24 años. Fueron detenidos Gonzalo Preli, de 27 años, Nicolás Fochi, de 34, y Claudia Marcela Pérez, de 34. Esta última, según fuentes policiales, tiene antecedentes por robo calificado a partir de 1996 y podría ser la líder de la banda.

Personal del Cuerpo Médico Forense de Lomas de Zamora efectuó ayer la autopsia del cuerpo de Martino. Según su informe, se encontró un proyectil 9 milímetros de punta hueca (no permitido en las armas policiales) y el balazo fue efectuado a más de 50 centímetros de distancia, con trayectoria descendente y hacia la izquierda.

En la escena se encontraron cinco armas de fuego que habrían portado los delincuentes: tres pistolas 9 milímetros, una 45 y un revólver 38; en el interior de la camioneta, según fuentes policiales, había vainas servidas. La policía secuestró también una mochila con 20.000 dólares y 6000 pesos que habrían sido robados en la casa de Martino.

La fiscal Cano anunció peritajes sobre “todas las armas”, tanto las de los asaltantes como las de los catorce policías que intervinieron en el procedimiento. Los exámenes también serán efectuados por el Cuerpo Médico Forense de Lomas de Zamora, repartición judicial y no policial.

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