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Sociedad|Martes, 31 de diciembre de 2002

Penas de hasta 17 años para los secuestradores de Abraham Awada

Dos hombres y una mujer fueron considerados autores materiales e intelectuales del secuestro del empresario textil y recibieron penas de entre 14 y 17 años. También fue condenado el caddie del club de Awada, porque entendieron que fue el entregador.

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Abraham Awada estuvo secuestrado una semana, hasta que su familia pagó el rescate.
Por su estado de salud, no pudo estar presente al conocerse la condena a sus captores.
A casi un año y medio del secuestro del empresario textil Abraham Awada, quien estuvo cautivo por una semana hasta que su familia pago el rescate de 250 mil pesos y 50 mil dólares, la Justicia condenó a los responsables del crimen a penas de entre 14 y 17 años de prisión. La decisión, tomada por el tribunal oral número 3 de San Martín, recayó sobre dos hombres y una mujer, como autores materiales e intelectuales del secuestro. También fue condenado el caddie de Awada, ya que la Justicia entendió que actuó como “entregador” de la víctima. Por su delicado estado de salud, el empresario textil no pudo estar presente en la lectura del fallo.
La Justicia de San Martín dio a conocer ayer por la tarde su sentencia sobre el secuestro del empresario Abraham Awada, producido en agosto del año 2001. En la misma condenó a 17 años de cárcel a José Benito Medina y a Cristian Miguel Bettiga y Ana María Lazo, a 16 y 14 años, respectivamente, por ser considerados coautores del secuestro extorsivo.
A la hora de evaluar el papel que jugó cada uno en el secuestro, los siguientes fueron los elementos que se tuvieron en cuenta:
u José Benito Medina, el “carcelero”: Awada lo reconoció como el que lo custodiaba –”era hincha de Boca y le contó que tenía un hijo”, relató la víctima–. En el segundo lugar de cautiverio, Medina le dio puchero y se movía en la vivienda como si fuera el dueño de la casa. El 20 de agosto del 2001, día del secuestro, comentó que “iba a salvarse con el secuestro de un viejo de 80 años que tomaba remedios y que era pariente de Menem”.
u Cristian Miguel Bettiga, el organizador: Tiene 20 años y ya estaba imputado en otro secuestro. Fue el que hizo buena parte de los llamados extorsivos a la familia Awada. También dio las instrucciones a los familiares en los primeros intentos de pago.
u Ana María Lazo, alias “La china”. Era la dueña de la casa de Yerbal 470, del barrio Santa Rita, el primer lugar a donde fue llevado Awada apenas fue secuestrado, el 20 de agosto del 2001. En su casa se secuestró una peluca, que Awada reconoció en una foto.
Además de los autores del hecho, la Justicia consideró que Carlos Gabriel Caccia, caddie de golf de Club San Andrés, en donde Awada pasó sus últimas horas en libertad jugando al truco con amigos, había actuado como “entregador”, señalándoles a los delincuentes los movimientos del empresario y su relación con Carlos Menem –es el tío del médico personal del ex presidente, Alejandro Tfeli–. Por ello, en una decisión que, a diferencia de las anteriores, fue dividida, dos de las juezas que integran el tribunal consideraron a Caccia como “cómplice necesario” del hecho, por lo que fue condenado a 14 años de prisión, pena mayor a la pedida por la propia fiscal Patricia Kapris.
“Se encuentra probado que, como caddie, Caccia conocía los movimientos de Awada, su aspecto físico, su buena posición económica, su auto, su rutina, su costumbre de quedarse jugando a las cartas y fundamentalmente su relación con el médico de Menem, a raíz de lo cual se generó una creencia de que existía una relación entre ambos”, señaló el tribunal.
Fue esta creencia la que hizo pensar a los secuestradores que se encontraban frente a una persona mucho más pudiente de lo que realmente era la víctima, por lo que le exigieron a la familia una importante suma para liberarlo con vida. “Con éste nos salvamos”, contó que en su momento pensó uno de los actuales condenados.
Sin embargo, pese a estos testimonios, el caddie negó la imputación y se declaró inocente. “Se acusa a Caccia de entregador cuando a Awada lo secuestran a más de 20 cuadras del club. No es un caso donde alguien abre una puerta para que se lleven a la víctima”, dijo el abogado defensor del caddie, Juan Carlos García, luego de escuchar la sentencia. “En estos meses declararon todos los caddies, el ‘master caddie’ –jefe de Caccia–, los socios del club y no hay uno que tenga una mala impresión de mi defendido. Todos lo señalan como una persona honesta y trabajadora”, agregó el letrado. Pero ésa no fue la opinión que prevaleció entre los jueces.

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