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Sociedad|Martes, 3 de agosto de 2010
Un hombre que ya estaba condenado por amenazar a su ex esposa, ayer la atacó a balazos

La violencia de género siempre es anunciada

El ataque fue premeditado, en la puerta de la escuela adonde la mujer había dejado a las hijas de ambos. La víctima recibió dos balazos, pero está fuera de peligro. El hombre había sido condenado a un año de prisión en suspenso.

Por Carlos Rodríguez
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El ataque produjo conmoción en el colegio Manuela Pedraza, ubicado en Malabia al 2200.

Un hombre de 50 años, que había sido condenado a un año de prisión “en suspenso” –sin aplicación efectiva– por amenazar a su ex esposa, de la que estaba separado de hecho, ayer concretó el ataque que había anunciado y la mujer, sobre la que disparó en tres oportunidades, resultó herida de gravedad y se encuentra internada, aunque fuera de peligro. El agresor, llamado Javier Claudio Weber, “actuó con premeditación, ya que esperó a la víctima en la puerta del colegio, a donde ella había ido a llevar a las dos hijas del matrimonio. Sin mediar palabra, le hizo tres disparos, dos de los cuales la hirieron”, precisó una fuente policial consultada por Página/12. Weber había llegado a la puerta de la escuela, en el barrio de Palermo, torpemente camuflado para evitar ser reconocido: llevaba peluca, una boina, anteojos oscuros, un sobretodo cuyas solapas le cubrían parte del rostro y un bastón, aunque no tendría ninguna dificultad para caminar. Su ex mujer, Carina Nidia Fernández, de 46 años, aunque estaba herida, no perdió el conocimiento y lo identificó de inmediato, lo que posibilitó que horas después fuera detenido por la policía.

La agresión, calificada como “intento de homicidio”, se suma a una estadística que indica que, en lo que va del año, se produjeron en el país 126 femicidios y 80 casos de mujeres heridas de gravedad, lo que marca un crecimiento del 40 por ciento respecto de igual período de 2009, según datos del Observatorio de Femicidios que cordina la ONG La Casa del Encuentro. La detención de Weber se concretó ayer por la tarde en una vivienda de Baldomero Fernández Moreno al 3500, del barrio de Flores, donde vivía el hombre. En esa casa había convivido la pareja, hasta que la mujer se fue y terminó la relación, debido al maltrato y a las amenazas recibidas de parte del que era entonces su marido.

Voceros del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad de Buenos Aires, ante una consulta de este diario, precisaron que el 16 de julio pasado Weber había sido condenado a un año de prisión en suspenso, por las amenazas que le hacía prácticamente a diario a su ex esposa. La pena fue aplicada por la jueza contravencional porteña Gabriela Zangaro, quien no accedió al pedido que había hecho el fiscal Andres Gómez Ríos, quien solicitó una condena a cuatro años de prisión efectiva por la gravedad del caso.

El fiscal había tomado en cuenta que las amenazas también estaban dirigidas a las hijas del matrimonio, de 10 y 11 años. El viernes próximo se iban a conocer los fundamentos de la decisión de la jueza. Gómez Ríos, según adelantaron las fuentes judiciales, tiene previsto apelar esa sentencia e insistir con una condena de prisión efectiva. Las únicas condiciones que la jueza le puso a Weber fue que “se abstuviera de tomar contacto con su ex esposa, que hiciera un tratamiento psicológico y que realizara 80 horas de trabajo comunitario”. La magistrada, incluso, absolvió al hombre de las acusaciones por supuestas intimidaciones a sus dos hijas menores de edad.

La agresión ocurrió ayer, a las 8.15, en la puerta de la escuela pública Manuela Pedraza, en Malabia 2272, a tres cuadras del Jardín Botánico. La mujer llevó a sus dos hijas al colegio, en la reanudación del ciclo lectivo tras el receso de invierno. Cuando se iba del edificio, fue atacada por el hombre, que la había estado esperando en la vereda de enfrente. El hombre tenía un diario bajo el brazo y una bolsa de papel en la que habría tenido escondido el revólver calibre 32 que usó para atacar a su ex esposa.

La víctima, que recibió dos impactos de bala, uno de ellos en el tórax, pudo reincorporarse y pidió ayuda en el colegio. Ella había reconocido a su ex marido. También lo hicieron otras madres, presentes en el lugar, que conocían a Weber. El titular de la Comisaría 23, Víctor Pellegrini, coincidió en que el hombre fue “directamente a agredirla, no hubo ningún diálogo ni discusión previa”.

Pellegrini comentó que la mujer les dijo que “ella había abandonado el hogar cansada de la violencia de su marido. También se quejó porque la Justicia, a pesar de las denuncias realizadas, no había hecho nada para protegerla”. La víctima fue llevada al Hospital Fernández, donde quedó internada. Una de las balas le fracturó una costilla.

El director del SAME, Alberto Crescenti, agregó que la víctima “está compensada y se encuentra internada en una sala común”. Confirmó que “recibió un balazo en una costilla que le provocó una fractura y otro que le atravesó el hemitórax izquierdo. Ahora se encuentra estable”.

Fuentes del Ministerio de Educación porteño informaron que el ataque produjo conmoción en el colegio. Por esa razón, el supervisor escolar de la zona, Julio Ledesma, acompañado por un equipo de orientación escolar, compuesto por psicólogos y trabajadores sociales, concurrió a la escuela “para dar contención a los alumnos y a toda la comunidad educativa”.

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