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Sociedad|Sábado, 14 de agosto de 2010
Falleció uno de los cónyuges del primer matrimonio gay en Mar del Plata

Una fiesta con final triste

Uno de los novios sufrió un infarto durante la fiesta, en la noche de bodas. El fallecido es Néstor Berchot. Junto a Adrián García, se habían convertido en la primera pareja de personas del mismo sexo en contraer matrimonio en la ciudad.

Por Emilio Ruchansky
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Néstor y Adrián, en el registro civil, horas antes del desenlace fatal.

La fiesta de la primera pareja del mismo sexo que se casó en Mar del Plata terminó en desgracia. Uno de los novios, Néstor Berchot, sufrió un infarto ayer por la madrugada, en pleno baile. Fue socorrido allí mismo y derivado luego a un hospital, donde falleció tras otro ataque cardíaco. El viudo es Adrián García, peluquero de profesión –como su marido–, quien anoche, durante el velatorio realizado en la casa Sampietro, recibió el pésame de familiares, amigos, activistas, concejales y representantes de distintos partidos políticos. Habían contraído matrimonio el jueves al mediodía. “Pensábamos que la ley no iba a salir; cuando se sancionó, resolvimos pedir rápidamente un turno”, contó Berchot, horas antes de morir.

Los recién casados llegaron por separado al boliche Latino, en el centro de Mar del Plata, y con los ojos vendados con un pañuelo con los colores del arcoiris, símbolo de la lucha por la diversidad sexual. Los esperaban amigos, clientes, familiares y activistas. Querían sorprenderse mutuamente con la ropa que habían elegido para la fiesta. “Pasó algo muy curioso. Se ve que pensaban muy parecido porque los dos fueron a comprar el traje al mismo lugar y eligieron lo mismo. Llevaban un saco largo de color crema, fue muy gracioso”, relató Karina Freire, de la Asociación Marplatense por los Derechos de la Igualdad.

Freire fue la encargada de dar las palabras de bienvenida a los novios e invitados. Recalcó la importancia de la luchar por el respeto a la diversidad en una sociedad tan homofóbica y lo que significaba el reconocimiento de derechos como el matrimonio igualitario. Luego todo sucedió muy protocolarmente. Los invitados comieron, hubo un concurso de baile para las parejas presentes, números musicales y se proyectó el típico video con grabaciones y fotos de la pareja formada un año y medio atrás, con un locutor que contaba cómo se habían conocido.

Resulta que los dos peluqueros iban al mismo supermercado y Adrián, para llamarle la atención a Néstor, le chocaba el carrito. En medio de las risas, el locutor del video contó que fue así que comenzaron a charlar y Adrián logró enamorarlo. Se prendieron las luces. Néstor y su flamante marido volvieron a colocarse los anillos uno al otro, un poco para que tomaran fotos los que no pudieron asistir al registro.

Luego compartieron el micrófono para agradecer a sus madres, ambas presentes, y también a la señora que les alquila la casa en la que viven juntos desde hace un año. Le agradecieron “el aguante”, el no discriminarlos. Adrián le recordó a Néstor, más bien le pasó factura, por todo lo que tardó en decirle “te amo” y habló de los desencantos amorosos que sufrió a lo largo de su vida. Néstor se reía. Enseguida tomó el micrófono y contó la cara que había puesto su marido el día que cayó en la casa que habían alquilado munido de ocho valijas.

“Nos vemos mañana en el casamiento de Sonia y Andrea”, le dijo Néstor a Freire, que debía partir para organizar la boda de esas dos activistas, que conviven hace muchos años, en el registro civil del puerto marplatense. Ella se llevó, como el resto de los invitados, un souvenir: un pequeño corazón rojo y gris con el nombre de los recién casados. Un rato después, como a las tres, Néstor sintió un dolor en pecho. Logró sentarse en un sillón antes de descompensarse. Su marido se acercó para hacerle unas caricias y al ver que la situación era grave pidió que llamaran una ambulancia.

Mientras venía la ayuda, una de las testigos del casamiento le practicó una reanimación cardiovascular básica. Le hizo las compresiones rápidas en el pecho, como indican los manuales, y le dio respiración boca a boca. Néstor reaccionó. Había tenido un infarto por una suba repentina de la presión sanguínea. Lo subieron a la ambulancia, que lo trasladó hasta el Hospital Interzonal de Agudos. Allí tuvo otro infarto, que le causó la muerte. “Había estado bailando toda la noche, alegre, de buen humor. No tenía antecedentes médicos, sólo una afección asmática”, dijo Freire.

Néstor tenía 45 años, había nacido en Miramar y estaba divorciado. El jueves pasado, frente al registro civil de la avenida Independencia al 2800, contó que él y Adrián habían decidido casarse el mismo 15 de julio, cuando se aprobó el matrimonio igualitario en el Senado. No esperaban ser los primeros en casarse en Mar del Plata, fue la fecha que les dieron en el registro. Hay otras diez parejas del mismo sexo que ya tienen turno para casarse en esa ciudad balnearia, cabecera del partido de General Pueyrredón.

Los familiares del Negrito, como se lo conocía, pidieron que se lo recuerde por ser un tipo alegre y divertido, que aunque asegurara ante cámaras que no pensaba compartir el negocio de la peluquería con su marido, ya estaba averiguando por un local grande para los dos. Le gustaban las sorpresas.

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