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Sociedad|Miércoles, 1 de diciembre de 2010
Consultoría sobre salud sexual y reproductiva en el Colegio Avellaneda

Un lugar para esas preguntas

La experiencia funciona desde septiembre en esa escuela secundaria del barrio de Palermo. Se trata de un espacio donde los estudiantes reciben información sobre salud sexual y también pueden hablar sobre sus dudas con docentes especializados.

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“Los chicos indagan por anticoncepción de emergencia, embarazo, violencia de género, noviazgos violentos...”

“Quiero hablar de eso sin que me miren raro. Se me pinchó el forro o no lo usé. Estoy embarazada o creo estarlo. Me mandé una cagada, ¿qué hago?” Las inquietudes adolescentes sobre la sexualidad, cuando superan el pudor y la timidez, suelen transformarse en preguntas incómodas para los docentes. Estos interrogantes florecen en los años de la secundaria y, muchas veces, buscan respuestas en las aulas. Por eso, los derechos sexuales y reproductivos de los jóvenes tienen un espacio de intercambio y discusión en el Colegio Nº 4 Nicolás Avellaneda, del barrio porteño de Palermo. Como parte de una serie de proyectos sobre el tema, abrió sus puertas la Consultoría sobre Salud Sexual y Reproductiva. Allí se habilita la palabra de los estudiantes, se interpelan los mitos sobre lo femenino y lo masculino, se acepta la diversidad y se educa por el pleno derecho de los jóvenes a una sexualidad integral.

En el segundo piso del edificio funciona la consultoría donde los adolescentes reciben información sobre sus derechos sexuales y reproductivos: métodos anticonceptivos, test de VIH, prevención de maltrato, discriminación, noviazgos violentos, como también pueden conversar sobre sus dudas. Está abierta en horarios determinados, en los que los chicos asisten para consultar con los docentes que están a cargo de la consultoría.

“Es un lugar de escucha y de intercambio para los chicos, de asesoramiento y derivación a los centros de atención, según lo que les esté pasando”, contó Marta Busca, docente y referente de la consultoría. Cuando se habilita la palabra a los estudiantes aparecen las dudas: solos o en grupos, suelen comenzar con un chiste que después se convierte en interrogante.

“Las preguntas de los chicos son variadas, indagan por anticoncepción de emergencia, embarazo, violencia de género, noviazgos violentos. La mayoría de las chicas vienen con la preocupación de que el hombre no quiere usar preservativo”, precisó la docente.

A partir de la consulta tienen un rol fundamental las redes con otras organizaciones o centros de atención para una posible derivación. Como en el consultorio médico, los jóvenes tienen derecho a la privacidad: el problema queda entre él y el docente. En cambio, si lo que les está pasando es algo que vulnera sus derechos, como un caso de abuso, entonces “hay que notificar a un especialista para que se ocupe del tema”, explicó Busca.

La principal preocupación de los adolescentes es el embarazo, no una enfermedad de transmisión sexual. “Notamos que no está toda la información en las nuevas generaciones. Algunos creen que una pastilla anticonceptiva puede prevenir el VIH”, contó. Otro eje de la consultoría es la discriminación ante la diversidad y los mitos sobre género: la edad del debut del hombre, la mujer que tiene preservativos es una “rápida”, los varones siempre tienen que estar dispuestos a un encuentro sexual, entre otros. Se trata de “perder preconceptos y prejuicios”, aseguró Alejandro Fatouh, también docente de la consultoría. La iniciativa pretende “romper mitos que aparecen como verdades incuestionables. Cuando uno los interpela se caen a pedazos”, explican.

La consultoría surgió en septiembre pasado como un paso más en los proyectos sobre sexualidad que lleva adelante el colegio, como talleres que tienen como eje el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, la discriminación, salud sexual y la prevención de violencia de género. En el colegio, además, funciona una consultoría móvil del Centro de Salud y Acción Comunitaria Nº 33 y los docentes pueden acceder a capacitaciones sobre salud sexual.

Más allá de las paredes de la consultoría, la sexualidad puede repasarse en todas las áreas del conocimiento: “La perspectiva de género y de derechos puede aparecer en cualquier materia. Se trata de no reducir la sexualidad a lo anatómico, fisiológico y médico”, aclaró Busca. Es un enfoque integral de la sexualidad que abre la posibilidad para que todos los docentes sean “agentes multiplicadores”, contó Fatouh.

“La potencialidad de la escuela es increíble. Hay chicos que han estado con problemas todo un fin de semana y –contó Busca– esperan a que abra la escuela para hablar con un profesor.” Los adolescentes antes esperaban en el pasillo que el docente estuviera solo para acercarse con una inquietud. La creación de la consultoría y su espacio propio saca a la sexualidad de la clandestinidad: “Al hacerla visible, hace que se desmitifique el hecho de que hablar del tema es algo prohibido”, subrayó Fatouh.

Informe: Soledad Arréguez Manozzo.

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