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Sociedad|Martes, 22 de febrero de 2011
Lo que dijeron los medios del asalto que denunció

Construcción de la noticia

Por Horacio Cecchi

El 2 de abril del año pasado, una noticia impactaba sobre la sensación de inseguridad desde el sensible costado del cholulaje y el glamour. La información periodística aseguraba que la modelo Nicole Neumann había sido víctima del ataque de un grupito de peligrosos adolescentes cuando se dirigía a desfilar a un local en Quilmes, mientras que luego un empleado del local desmentía la denuncia de la modelo. En aquel momento buena parte de los medios (entre los que, por qué no decirlo, no figuró Página/12) concentraron su interés en la información de un modo curiosamente tendencioso: recortaron la desmentida del empleado del boliche y jerarquizaron la denuncia de Neumann, se apropiaron de una y se apartaron del otro.

Ya desde el mediodía del 1º de abril, cables de agencia circulaban con títulos como “Nicole Neumann sufrió intento de robo en Quilmes y pidió que se haga algo ‘urgente’ por inseguridad”, o del tipo “Custodio de Nicole Neumann evita, a tiros, un asalto a la modelo”. Los cables, vale decirlo, reproducían una entrevista radial en la que la atribulada modelo describía el intento de asalto.

Las ediciones on line de diferentes medios, un par de horas después del mediodía, tomaban el caso y multiplicaban la noticia. La afirmación de que el hecho había ocurrido corría por cuenta de los medios, que se habían apropiado de la versión de la modelo: no decían “Neumann denunció que la asaltaron”, sino que afirmaban “a Nicole Neumann la asaltaron”, dando por hecho que ocurrió.

Al promediar la tarde, otra información empezaba a aparecer tímida y escueta: un título por ejemplo sostenía que “Jefe policial asegura que no hubo denuncia ni llamado al 911”. En términos técnicos la información era difundida, pero era el jefe policial quien se hacía cargo del dato y los medios no se apropiaban de sus dichos. Hasta ese momento, de todos modos, la información del supuesto asalto no tenía contradicción aparente, con lo que en cuestión de credibilidad seguía firme. Tampoco alcanzaba para descreer si la modelo no había realizado la denuncia, ya que una multitud de explicaciones podía justificarla. Pero al anochecer, ya se mencionaba la aparición de un testigo que desmentía la denuncia. A esa hora, en las versiones on line algunos medios ya hablaban del empleado del local, aunque los títulos no favorecían su versión: “Según la policía, un testigo dijo que el intento de robo ‘no existió’”, informaban a las 21.21, citando la fuente, es decir, la policía, como responsable de la versión de un testigo, desconocido, a quien hicieron cargo de la desmentida al citarlo textualmente.

Lo curioso es que al día siguiente, buena parte de las ediciones matutinas dio como cierto el intento de asalto teniendo como única fuente a la que ahora es investigada por presunta falsedad y apenas si mencionaban la desmentida, siempre en boca del testigo.

Para Shila Vilker, secretaria académica de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la UBA, y autora de trabajos sobre los discursos de la inseguridad, “los lectores recortan lo mismo que los medios. En investigaciones que desarrollo para mi tesis de doctorado, surge que de las noticias en las que se mencionan seis o siete protagonistas, los lectores sólo recuerdan dos, víctima y victimario. Ni al hospital, ni al periodista ni nadie más”. La investigadora y docente consideró que “lo que en su momento el lector recogió como sensación de inseguridad, ahora no quedará desmentido. Seguramente el corolario sea que Nicole Neumann mintió, pero no que bajó la inseguridad. La percepción de la gente es caprichosa, está atravesada por intereses, pasiones. El miedo, difícilmente se retraiga por algo que actualice la información”.

http://horaciocecchi.wordpress.com

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