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Sociedad|Viernes, 11 de marzo de 2011
EL CHOQUE DE TRENES EN SAN MIGUEL

Maquinistas procesados

Por Pedro Lipcovich
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Los maquinistas del tren de Ferrobaires que embistió a otra formación en San Miguel serán procesados por homicidio culposo y permanecerán en libertad mientras dure el proceso. Así lo dispuso el juez Juan Manuel Yalj, considerando que “fueron negligentes al no estar atentos a las señales”. El magistrado anunció que, a partir de hoy, la investigación hará foco en funcionarios de Ferrobaires: la principal responsabilidad que se les adjudica hasta ahora es la presencia de un candado en el freno de emergencia del acompañante: “Si éste hubiera podido accionar el freno, tal vez el choque habría sido menos violento”, observó el magistrado. Además, la semana que viene deberían completarse los peritajes sobre el estado general de los frenos del tren.

Sergio Balbi y Carlos Raviola –conductores del tren de Ferrobaires que chocó el 16 de febrero– serán procesados por “homicidio culposo y lesiones culposas”. El juez Yalj –a cargo del Juzgado Federal en lo Criminal Nº 2 de San Martín– explicó que “los delitos culposos se deben a negligencia, impericia o inobservancia de las reglas del arte o profesión: los maquinistas, en principio, fueron negligentes y no cumplieron su deber de estar atentos a la señal amarilla, que ordenaba disminuir al mínimo la velocidad, y luego la roja, que ordenaba detenerse”.

El fiscal Paulo Starc (quien hace exactamente un año renunció al cargo de subsecretario de Investigaciones e Inteligencia Criminal bonaerense, en el marco de cuestionamientos a su desempeño profesional) pidió, en cambio, que ambos maquinistas fueran encarcelados por “dolo eventual”.

Un tema con varias aristas es el estado de los frenos. Por una parte se efectúan peritajes sobre el mecanismo en cada vagón: “El perito anunció que los enviará entre el lunes y el martes de la semana que viene –precisó Yalj–; uno de los conductores afirmó que la empresa Ferrobaires, para que las zapatas de freno en los vagones se gastaran menos, las disponía lejos de las ruedas, lo cual disminuía su eficacia”.

Ese sistema de frenos puede a su vez activarse mediante tres dispositivos. El habitual es una palanca accionada por el conductor: en principio frena lentamente pero, accionada a fondo, entra en emergencia y frena con la mayor prontitud. El segundo dispositivo es el freno “de hombre muerto”: un pedal que el conductor debería mantener todo el tiempo apretado y, si lo suelta, el tren frena, pero lentamente. Si bien este dispositivo estaba inactivado –el pedal se hallaba clavado al piso–, esto no tiene por qué haber incidido en el accidente. Lo que sí pudo incidir es la inactivación del tercer dispositivo de frenado: una palanca a cargo del acompañante, quien debería sostenerla todo el tiempo y, si la suelta, se activa el freno de emergencia, ese que frena de golpe. “Como este freno es muy celoso y puede activarse por un roce casual, es habitual y admisible que lo sujeten con un precinto o un piolín, que ceden enseguida: pero éste tenía un candado, era imposible accionarlo –destacó el juez–. Y fue precisamente el acompañante quien primero vio que había un tren detenido: si hubiera podido frenar él mismo, tal vez se hubieran ganado segundos y el impacto habría sido menos violento.”

La responsabilidad por la presencia del candado sería “tanto del conductor que lo aceptó como de los funcionarios de Ferrobaires que despacharon el tren; por lo demás, no se trata de algo que haya sucedido solamente ese día”, señaló Yalj. En cuanto a los semáforos, “constatamos que estaban bien y ninguno de los maquinistas alegó que no funcionaran”.

Horacio Caminos, secretario de Prensa de La Fraternidad, “sostuvo que “sin perjuicio de la posibilidad de que se compruebe irregularidad en la verificación de la señalización por parte de los compañeros, no se le puede acreditar al trabajador toda la responsabilidad en un sistema ferroviario corrompido por múltiples factores, desde las malas concesiones hasta la ineficacia de los sistemas de control estatal”.

El accidente, en que el tren de Ferrobaires embistió a otra formación detenida cerca de la estación San Miguel, causó cuatro muertos y 116 heridos.

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