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Sociedad|Sábado, 21 de mayo de 2011
El gremio de los aeronavegantes denunció ante el juez que la empresa Sol no respeta pautas de “seguridad operacional”

Las denuncias previas a la tragedia de la Patagonia

Cuatro azafatas revelaron irregularidades que vivieron en los vuelos y fallas que no fueron atendidas por la aerolínea. El gremio ya había enviado cartas documento a Sol y a la ANAC. La empresa negó las acusaciones y sostuvo que cumple todas las reglas.

Por Soledad Vallejos
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El gremio explicó que su denuncia ante el juez Leónidas Moldes aborda temas que “son mucho más que gremiales, son de seguridad”.

Para la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), la empresa Sol no respetaba pautas de “seguridad operacional” ni tampoco los tiempos de descanso reglamentarios, al menos en lo referido a sus tripulantes de cabina. Eso denunció ayer la entidad sindical al juez Leónidas Moldes, al acercarle los testimonios de cuatro trabajadoras de la aerolínea que manifestaron sentir “miedo” a reincorporarse de inmediato a sus puestos. Por eso mismo, AAA elevó también un recurso de amparo ante el Juzgado Laboral Nº 57 para solicitar “la revisión técnica de la totalidad de su flota”, y que autorice a las azafatas a no reintegrarse hasta tanto ello no suceda. “No incumplimos las normas”, señaló en diálogo con este diario Juan Nyffenegger, vicepresidente de Sol. “Y respetamos la situación psicológica, el momento de impacto, pero necesitamos retomar la actividad a pleno para superar la instancia y superar el momento que se vivió.”

“Nosotros le damos cumplimiento total al decreto (de Fuerza Aérea) 262, a las normas relacionadas a seguridad, y cuando nos han traído denuncias por casos de incumplimiento de descanso hemos procurado saber detalles de los casos, pero la AAA no nos los dio. Como empresa, estamos bajo monitoreo permanente de la ANAC. Es más: en Aeronavegantes presuponen que no cumplimos con las normas, pero hoy (por ayer) los comandantes están volando”, agregó el empresario. Los detalles y las fechas de las denuncias trascendieron al fin de la tarde, por lo que al cierre de esta edición la ANAC no había podido responder cuál había sido el destino o el estado de las dos notas elevadas al organismo por la AAA, una en diciembre de 2010 y otra en enero de 2011.

“Es un problema de seguridad en vuelo. Como el juez Moldes tiene en sus manos el accidente del vuelo Sol 5428, le acercamos esta información para que la empresa responda sobre estas denuncias”, explicó la dirigente Silvia Morales. La presentación, dijo, “apunta a evitar tragedias como la de LAPA” y aborda temas que “son mucho más que gremiales, son de seguridad”, para que el juez “conozca y verifique qué tipo de cultura de seguridad tiene Sol”.

Los testimonios de las cuatro azafatas, tres de ellas afiliadas a AAA y en todos los casos de identidad reservada, que la entidad gremial presentó al juez refieren tanto incumplimientos técnicos como condiciones laborales no ajustadas a los reglamentos. Todas las declaraciones siguieron un formulario cuya pregunta nodal era: “¿Cuál es el estado de situación en cuanto a la seguridad en vuelo que vive ella y el resto de las compañeras trabajadoras?”. Fuentes de la empresa señalaron a este diario que en Sol la tripulación se compone de 29 azafatas, cinco de ellas sindicalizadas (un número que incluía a Jésica Fontán, la azafata fallecida), además de un jefe y un instructor.

“Las novedades de cabina”, señaló la Testigo 1, única no afiliada del grupo, debían ser registradas “solamente cuando la aeronave terminaba el vuelo en Rosario, porque es el único lugar donde hay mantenimiento con la capacidad de solucionar todas las novedades. Si hay novedades en Buenos Aires, no se pueden informar, porque si no no saldría el avión, y la empresa quiere que salga sí o sí”. “Todas, me incluyo, tenemos miedo”, aseguró. “Lo que pasó no fue un accidente. Creo que con mayores precauciones se pudo evitar.”

La Testigo 2 recordó una anécdota que involucró a Adriano Bolatti, el copiloto fallecido en la tragedia de Río Negro. “Nos dejaron el avión en Comodoro Rivadavia con una novedad, la alarma de fuego en bodega permanecía encendida, con lo cual no deberíamos haber salido sin antes solucionarlo. (...) Bolatti, como era mecánico también, lo solucionó parcialmente, pero seguía encendida. Despegamos con los equipajes dentro de la cabina y los pasajeros también, lo cual es una incomodidad y un peligro.”

No es extraño que, en ocasiones los problemas que una tripulación detecta en una nave “no se arreglen”, señala la Testigo 3. “Por ejemplo, los carros no frenan (...) y los respaldos de los asientos no mantienen su posición vertical por estar vencidos. Por ejemplo, yo he hecho un vuelo sin piloto automático porque no funcionaba, por días, y las novedades eran conocidas por todos y esto es muy grave.” Esta misma tripulante señaló que la empresa “considera importante cumplimentar con los vuelos, no importa cómo ni en qué condiciones, no dándole la importancia que respecta al factor humano” (sic).

La última de las testigos, a diferencia de las anteriores, no declaró haber vivido en carne propia situaciones con fallas técnicas. Sí dijo estar “al tanto de compañeras (a quienes) les ha pasado tener que abortar despegue por falla de motor, se han caído las ventanillas de emergencia por estar puestas en forma invertida”. Pero, a diferencia de sus otras colegas, enumeró presuntas infracciones a las normativas sobre descanso y calidad de trabajo. “La empresa no nos permite comer, no existen condiciones sanitarias aptas porque sacamos la basura, hacemos limpieza en el reacondicionamiento del avión, no hay agua a bordo, etcétera.”

Algunas denuncias similares habían sido realizadas entre fines de 2010 y principios de este año. Con fecha 23 de diciembre último, la AAA envió dos cartas: la primera, al gerente de Recursos Humanos de Sol; la segunda, a la ANAC. En ambas se refería el incumplimiento de “la Disposición Nº 26/2000, que norma los ‘Tiempos Máximos de Servicio, Vuelo y Mínimos de Descanso de las Tripulaciones en la República Argentina’”. Mientras que ante la empresa la entidad gremial pedía “arbitrar los medios necesarios para que cesen” esos incumplimientos, al organismo nacional le reclamaba “efectuar las constataciones” de que ello sucedía. El 29 de diciembre, en una carta documento enviada a Sol, la entidad señaló su “profunda preocupación” por “la seguridad operacional y las relaciones laborales con sus tripulantes de cabina”, una “política que pone en riesgo la operación aérea”. El reclamo fue, nuevamente, por los descansos estipulados en la Disposición 26. Finalmente, el 3 de enero, en carta a la ANAC, la AAA amplió la denuncia de fines de diciembre, señalando incumplimientos en los descansos.

En diálogo con este diario, el vicepresidente de Sol, Juan Nyffenegger, negó las acusaciones y señaló, además, que de los cuatro gremios que integran la actividad, sólo con AAA no han podido aún “firmar convenios colectivos ni solucionar temas de la mesa de trabajo en común”. En relación con la presunta falta de controles de las naves en Buenos Aires, Nyffenegger señaló que “hay fallas que un avión tiene permitido tener y sin embargo volar igual. Eso está normado, hay una línea de responsables del mantenimiento y el Estado autoriza la salida del avión. No va a despegar si no está en condiciones”. Por lo demás, “cumplimos las disposiciones de descanso. En su momento, pedimos que nos dijeran en qué casos no había pasado. Tuvimos dos reuniones con AAA y nunca, hasta ahora, hemos recibido detalles de esos temas”.

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