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Sociedad|Sábado, 23 de julio de 2011
Es obligatorio el examen auditivo a todos los recién nacidos en el país

Después del llanto, a revisar los oídos

El gobierno nacional puso en marcha la Ley de Hipoacusia, que prevé el estudio auditivo a los bebés al nacer. La detección temprana de esas dificultades aumenta las posibilidades de soluciones. Obras sociales y prepagas deben cubrir los tratamientos.

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Las patologías auditivas constituyen el 18 por ciento de las discapacidades en el país.

En adelante, a todos los recién nacidos en Argentina se les deberá hacer un examen para determinar si sufren alguna alteración auditiva, tal como indica la Ley de Hipoacusia, promulgada ayer por la presidenta Cristina Fernández. El ministro de Salud, Juan Manzur, estimó que la reglamentación de esta norma, la 25.415, “reafirma la voluntad del gobierno nacional de ubicar a la salud como política de Estado, garantizando a las criaturas que nacen con problemas de sordera el tratamiento adecuado”. Si un niño o niña tiene disminución auditiva y no tiene cobertura social, la cartera de Salud que dirige Manzur garantizará el primer par de audífonos e implantes cocleares, si son necesarios, en forma totalmente gratuita. Estas patologías constituyen el 18 por ciento de las discapacidades en el país.

En la ley se sostiene que los estudios exploratorios tempranos son fundamentales, “ya que advertir la deficiencia a tiempo permite iniciar en forma oportuna una rehabilitación temprana y evita los impedimentos que produce la deficiencia auditiva en el desarrollo normal del lenguaje y de las capacidades cognitivas que de él se derivan”. En ese sentido, el ministro Manzur destacó que muchos chicos podrán desarrollar lenguaje “e ir a una escuela común y desarrollar su vida en forma normal”. Las obras sociales y las empresas de medicina prepaga deberán incluir la detección y tratamiento de la hipoacusia infantil entre sus prestaciones obligatorias.

Según explicó a este diario Ricardo Berridi, titular del Comité de Discapacidad de la Sociedad Argentina de Pediatría, en los primeros 14 meses el cerebro de un bebé se triplica en peso a partir del surgimiento de conectores neuronales y a los 3 años se completa el 80 por ciento del desarrollo cerebral. “La respuesta a los tratamientos para la hipoacusia es muchísimo mejor cuando se detecta temprano, si no es difícil revertir ciertos cuadros. Esos años son importantes además porque los chicos construyen su imagen corporal y del mundo”, evaluó este especialista.

En la ley no se específica cuál debe ser el método utilizado para la detección, sólo estipula que debe ser el más indicado. Berridi afirmó que basta con una evaluación hecha por el área de fonoaudiología, a partir de estímulos. “También hay un aparato que se pone en el oído de los chicos, un medidor de otoemisiones acústico”, señaló. Las falencias auditivas son más comunes que todas las enfermedades endocrino-metabólicas juntas, que se analizan con la gotita de sangre que se extrae del talón de los bebés recién nacidos.

A través del Programa Nacional de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia, según explicaron desde el Ministerio de Salud, se coordinarán y administrarán las acciones que garanticen “progresivamente el diagnóstico y el tratamiento de la hipoacusia infantil a todos los recién nacidos” en Argentina. Esta patología afecta entre 700 y 2100 niños al año en el país, el 86,6 por ciento de ellos tiene dificultad auditiva y un 13,4 sordera; puede producirse por causas hereditarias, congénitas, adquiridas desde el nacimiento o desarrollarse durante la vida.

“Este era el sueño de todos los equipos de salud que trabajamos con chicos hipoacúsicos: que la detección temprana sea universal”, resaltó ayer Daniel Orfila, médico especialista en otología y coordinador científico de la Federación Argentina de la Sociedad de Otorrinolaringólogos. Por su parte, Nora Neustadt, representante de la Asociación Argentina de Logopedia, Foniatría y Audiología, consideró “un honor” que después de tantos años se implementen estos cambios que “promueven la inserción del niño hipoacúsico desde pequeño”.

El presidente de la Comisión Nacional de Lucha contra la Sordera, Alfredo Pallante, comentó que “en términos concretos esta reglamentación significa que todos los chicos argentinos tienen, aparte del derecho, la posibilidad de recibir, hacerse un estudio, una evaluación, para ver si tiene audición o no”. Pallante consideró que estas patologías conllevan “una problemática realmente seria porque quienes sufren discapacidad auditiva padecen la marginación en la sociedad”. Con la detección temprana y un buen tratamiento, agregó, “estos chicos se desarrollan en forma normal y desplieguen todo su potencial”.

Cuando se menciona a alguien como “sordomudo”, en general se trata de alguien que no es mudo, sino que tiene limitaciones para emitir sonidos que nunca escuchó, debido a que muchas veces no accedieron a un tratamiento adecuado. Así lo explicó ayer Berridi, del Comité de Discapacidad de la Sociedad Argentina de Pediatría, para quien la ley implica “un gran paso, si se tiene en cuenta que en este país muchas veces detectamos la hipoacusia en grado variable en los chicos recién cuando entran la primaria, a los siete años”.

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