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Sociedad|Sábado, 30 de julio de 2011
Aunque la autopsia descartó el crimen de la beba, en Ayacucho

Otra marcha, pese a las dudas

Un grupo de vecinos insiste en que, aunque la beba no haya sido asesinada, hubo un robo a la familia. La policía, en cambio, duda de la versión porque la denunciante se contradijo. Para el intendente, el tema está “politizado”.

Por Pedro Lipcovich
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Anoche, después de la marcha, los manifestantes participaron de una misa.

Un grupo de vecinos realizó anoche una nueva marcha en la localidad bonaerense de Ayacucho, en protesta por la “inseguridad”. El punto de partida fue la muerte de una beba, en circunstancias que su madre denunció como un asalto con propósitos de robo. Según la madre, los asaltantes la habían asfixiado porque lloraba pero, según la autopsia, murió por causas naturales, y la policía pone en duda la versión del robo. Los vecinos que protestan insisten en que, aunque la beba no haya sido asesinada, el asalto existió y se inscribe en “una seguidilla” de robos cuyos autores parecen contar con información sobre retiros de dinero. El intendente afirma que el tema “está politizado” y que “en Ayacucho no hay más inseguridad que en otros lugares”. El fiscal a cargo no dio hasta ahora mayor información sobre la investigación. El conflicto se enmarca en las vicisitudes de una ciudad situada en una de las más ricas zonas agrícolas del país, donde retirar 360.000 pesos de un banco y tenerlos durante muchos días en la casa no llama la atención de nadie, salvo de los ladrones.

El miércoles pasado, Soledad Ibáñez denunció haber sido asaltada por tres encapuchados que la habrían golpeado en el ojo –que tenía morado– y, para evitar que su bebita de tres meses llorara, la habrían asfixiado con una frazada. La autopsia indicó que la beba se ahogó por regurgitación de la leche materna que había ingerido poco antes. Un grupo de vecinos insistió en movilizarse nuevamente ayer. “Si la madre se contradijo, es comprensible por la situación que vivió. Y los vecinos que llegaron encontraron abiertos los cajones de la cómoda, y una ventana semiabierta por donde pudieron entrar los asaltantes”, sostuvo Mabel Santos, periodista de radio La Verdad, de Ayacucho, quien además negó la posibilidad de que la lesión en el ojo de la señora Ibáñez –de no ser cierta la versión del asalto con violencia– pudiera remitir a un hecho de violencia familiar.

María Newton, integrante de una de las familias que participaron en las marchas de protesta, dijo a este diario que “se viven hechos de inseguridad en Ayacucho, y este caso es la gota que rebalsó el vaso”. Dio por seguro que “entraron ladrones, golpearon a la madre en la cabeza, se desmayó y la nena apareció muerta”. “En el vecindario se comentó que ese día habían visto un auto bordó extraño –agregó la vecina–. La policía no investigó la relación que ese auto puede tener con el caso y el intendente niega el robo.”

Darío David, intendente de Ayacucho (Frente para la Victoria), sostuvo que “el caso está politizado” y destacó que “en la vivienda no faltan elementos, no hay violencia y la beba no tuvo ningún traumatismo. En Ayacucho no hay más inseguridad que en otros lugares, y hacemos lo posible para que esté más seguro día a día. Siempre hubo robos, y antes de que yo fuera intendente hubo cinco muertos en ocasión de robo; ahora no estamos hablando de un crimen, sino de una muerte natural”.

La fuerza de seguridad que algunos vecinos cuestionan y que el intendente defiende es la policía comunal de Ayacucho: las policías comunales están a cargo de cuestiones generales de mantenimiento del orden pero no de las investigaciones criminales, que corren por cuenta de los fiscales, bajo supervisión de los jueces de garantía y con la colaboración policial dispuesta en cada caso por la Justicia. El fiscal a cargo del caso es Diego Bensi, con quien este diario intentó en vano comunicarse ayer y anteayer y que caratuló el caso como “Robo y averiguación causal de muerte”.

En cuanto a los casos anteriores que denuncian los vecinos, “hace un mes y medio una persona retiró del banco 360.000 pesos; diez días después los ladrones, que por lo visto sabían que no había hecho ninguna operación con ese dinero, entraron y le robaron 240.000; el resto quedó ahí cuando escaparon. Hace una semana le robaron a un matrimonio que había vendido hacienda. Los vecinos dicen que hacen ‘inteligencia’ como para saber quién tiene dinero en la casa”, contó Santos.

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