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Sociedad|Sábado, 10 de septiembre de 2011
La madre de la chica no reconoció ropa hallada en la casa de Bermúdez

Más dudas en el caso Candela

La mamá de Candela participó de un peritaje, aunque no identificó como de su hija las prendas encontradas en la casa del principal sospechoso del crimen. Tampoco hay evidencia genética concluyente en su contra ni sobre el carpintero Ramón Altamirano.

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La madre de Candela se reunió ayer con el segundo jefe de la Policía Bonaerense y el fiscal.

Carola Labrador, la madre de Candela Sol Rodríguez, la niña de 11 años asesinada en la localidad bonaerense de Villa Tesei tras permanecer nueve días desaparecida, no reconoció como de su hija una campera de abrigo que fue secuestrada en la casa de Hugo Bermúdez Rodríguez, detenido como presunto autor material del crimen. La mamá de Candela participó ayer de un peritaje de reconocimiento en el Comité de Operaciones instalado por la Policía Bonaerense cerca de la comisaría de Villa Tesei. El trámite fue conducido por el fiscal del caso, Marcelo Tavolaro. Se supo que, por el momento, no hay “evidencia genética” concluyente que sirva para incriminar a Bermúdez Rodríguez y lo mismo ocurre en el caso del carpintero Ramón Altamirano. Lo que se está haciendo ahora es un entrecruzamiento de llamados telefónicos, para tratar de establecer cuál era la relación entre los seis detenidos y el vínculo, si lo había, con la familia de Candela. La madre de Candela se reunió ayer con el segundo jefe de la Policía Bonaerense, Hugo Matzkin, y con el fiscal Tavolaro. Media hora después se retiró acompañada de otra mujer sin hacer declaraciones. La mujer fue citada para reconocer el abrigo encontrado en la casa de Bermúdez Rodríguez, que no es peruano –como se había dicho–, según aclaró ayer el cónsul de ese país en Buenos Aires, Carlos Amezaga.

En el mismo operativo donde se secuestró la campera, fue incautada una camioneta Peugeot Partner de color bordó, que está siendo peritada en busca de rastros de la niña. Por su parte, el carpintero Ramón Altamirano, detenido como presunto “partícipe necesario” del homicidio de Candela, pidió declarar ante el juez, por primera vez, el lunes próximo. La esposa de Altamirano se presentó ante el juez de la causa y le aseguró que ellos “no tienen nada que ver con el hecho y que no conocían a la chica”, según señaló una fuente cercana a la investigación.

“Es un engaño terrible, no conocíamos a Candela”, expresó Nélida Eloísa Pistán, esposa de Altamirano, al cabo de su declaración testimonial ante el juez de Garantías de Morón Alfredo Meade. Consultada sobre la comida que cocinó, compatible con la que fue alimentada Candela en cautiverio, dijo que ella solía prepararla para el perro de la dueña de la casa de la calle Kiernan 992, donde se cree estuvo secuestrada la niña.

“La hacía en mi casa a veces y a veces en la casa de ella, y se la dejaba en la heladera”, explicó Pistán, quien además le exhibió al juez comprobantes de compra y pasajes a Tucumán que indicarían que estuvo en esa provincia entre el 23 y 31 de agosto. La presentación de la mujer de Altamirano ante el juez Meade había sido solicitada por el abogado de la familia, Matías Morla, luego de que un testigo de identidad reservada aseguró haberla visto en la casa donde estuvo cautiva Candela.

El testigo aseguró, además, que el matrimonio había llevado a la niña a su propia vivienda, en la calle Charrúas 1081, a una cuadra y media de la vivienda de color rosa ubicada en Kiernan 992.

“Tengo pruebas contundentes, como una tarjeta de crédito firmada por su puño y letra en Tucumán y los pasajes. La están acusando de que estaba acá cuando estaba en Tucumán, es un disparate”, aseguró el abogado. “¿Por qué está mintiendo este testigo?”, se preguntó el defensor, quien consideró que si “miente con lo de haber visto a Nelly en Buenos Aires cuando estuvo en Tucumán, ¿qué se le puede creer de lo que diga sobre otro imputado?”. Adelantó que denunciará al testigo por “falso testimonio” porque “lo que hizo es muy grave y la causa se está basando en esto”.

Al ser consultado sobre los motivos por los cuales cree que Altamirano está preso, Morla expresó: “Porque hace falta gente culpable y porque es un perejil”. De todos modos señaló que el juez Meade “es una persona inteligente y no va a comer pescado podrido”. En tal sentido, aclaró que una evidencia que lo involucra en el lugar donde habría estado cautiva Candela es su ADN hallado en una colilla de cigarrillo. “Lo extraño es que Altamirano no fuma”, resaltó Morla.

Según el testigo de identidad reservada que declaró en la causa y provocó las detenciones de los seis sospechosos del hecho, Altamirano fue quien “cuidó” de la niña durante su cautiverio en la casa de Kiernan y también la mantuvo retenida en su propia vivienda. Esos dichos, más el hecho de que se hallara ADN de Candela en un bol con arroz con pollo cocinado por Pistán, que a su vez corresponde con lo comido por la niña durante su cautiverio, son las pruebas con las que se justificó la detención del carpintero. Morla dijo que lo único que hizo su defendido fue construir “un cerco para un perro”, en la casa de la calle Kiernan, a pedido de la dueña del inmueble, Gladys Cabrera, detenida en la causa.

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