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Sociedad|Jueves, 6 de octubre de 2011
Se la llevaron del hospital de Chacabuco y la encontró la policía a partir de las llamadas de vecinos

Una beba robada y luego recuperada

Una mujer que se hizo pasar por enfermera se la llevó del hospital local. Hay dos detenidos y cuatro demorados. La secuestradora había simulado un embarazo con un almohadón.

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La madre, con su beba recuperada por la policía.

Fue un susto grande. Luego de permanecer secuestrada siete horas, una beba recién nacida fue recuperada por la Policía Bonaerense, que detuvo a dos personas, en la localidad de Chacabuco. Pía, de 2,900 kilos, fue robada por una mujer que se hizo pasar por enfermera en el hospital municipal Nuestra Señora del Carmen. “El aporte de la comunidad fue esencial, pedí en el canal y las radios locales que dieran cualquier dato de interés y así logramos ubicarla”, contó a Página/12 el comisario Darío Ferrero, a cargo de la búsqueda. La secuestradora y su supuesta pareja fueron arrestados. Ella, al parecer, usaba una almohada para simular que estaba embarazada, según relataron cuatro familiares suyos que fueron demorados más tarde. “Hay que chequear la salud mental de la secuestradora”, dijo el comisario. Guillermo Salas, padre Pía, afirmó: “Me vino toda la alegría del mundo”.

Según pudo reconstruir este diario, Lucía Margarita Graduazzo, la madre, de 26 años y primeriza, pasó las dos últimas semanas con problemas de hipertensión arterial y debió ser internada en el hospital de Chacabuco, donde el martes pasado, a las 18, nació su hija. Ayer, entre las 11.45 y las 12, un mujer vestida de enfermera se acercó a la sala en la que reposaba junto a su beba. Ya había pasado el horario de visita. “Le dijo a la mamá que se la llevaba para hacerle un control en neonatología, le preguntó si había tomado la teta, hizo que le pusiera el gorrito, la tapó con la mantita y se la llevó lo más pancha”, relató una de las abuelas, Fabiana Salas.

Media hora después, la otra abuela de Pía se acercó para verla y cuando su hija le contó que la habían llevado a otra sala fue hasta allí. Le dijeron que no se había solicitado ningún estudio, ni había personal femenino en enfermería en ese turno. Enseguida avisaron a la policía. Según comentó el director del hospital, Mario Villanueva, no hay personal de seguridad, solo un portero y una cámara de seguridad en la esquina. “Las medidas que nosotros tomamos son las adecuadas, aunque en algo hemos fallado a juzgar por esto y el tema merece una autocrítica”, comentó Villanueva.

Los primeros datos de la sospechosa fueron divulgados por los familiares de la beba y la policía en los medios locales: una mujer de entre 25 y 30 años, de alrededor de 1,70 metro de altura, pelo ondulado de color castaño, que vestía campera de lana verde arriba de la camisa hospitalaria color bordó y jeans azules. Desde los pasillos del hospital, la abuela, Fabiana Salas, convocó a una marcha y contó que su hijo, de 20 años, estaba destrozado. “Quién se iba a imaginar una cosa como ésta. Yo estaba por almorzar cuando me avisaron, creía que me estaban cargando, nunca pasó algo así acá. Nunca creí que nos iba pasar algo así”, dijo.

El operativo cerrojo, según informó el comisario Ferrero, incluyó las salidas hacia la ciudad de Buenos Aires, a Junín y varios accesos, aunque no todas las salidas estaban cubiertas. “También avisamos a las policías de jurisdicciones vecinas, Junín, Pergamino, Carmen de Areco”, detalló. Pasadas las primeras horas, se tomó declaración a la madre, quien proporcionó un identikit, y un equipo de psicólogos contuvo a los padres de la beba.

Una enfermera reconoció a la secuestradora: la había visto vagar por los pasillos y cuando la interpeló, la mujer contestó que venía a hacerse un estudio porque creía que estaba embarazada.

Tras la llamada de un informante, la policía local allanó una casa de las afueras de la ciudad y hallaron a una beba que, por las descripciones que tenían, era Pía. La mujer y su supuesta pareja fueron arrestados. “Secuestramos documentación importante para hacer peritajes que nos van a ayudar a esclarecer más lo que pasó”, contó el comisario. La mujer, agregó, es oriunda de la ciudad y se desconoce su oficio. El hombre está siendo investigado. No está claro si pensaban huir en ese momento, “tal vez estaban esperando a que se haga de noche”, dijo Ferrero. La investigación, caratulada “Sustracción de menor”, está a cargo de la UFI 4 de Junín, encabezada por Silvia Ermacora.

Pía fue devuelta de inmediato al hospital y lo primero que hizo, describió el comisario, fue lanzarse a tomar la teta. Lucía, su madre, contó luego que sospechó que había algo raro en esa mujer que se le presentó como enfermera. “Tenía mucho olor a cigarrillo”, dijo. Su pareja agregó: “En un momento dejé a mi señora y salí a hacer un mandado, fue ahí cuando ocurrió todo”. El hecho de que el secuestro ocurriera al mediodía, en un momento de mucho tránsito de personas en el hospital, hace sospechar a los investigadores de que se trató de algo planeado.

“La beba estaba identificada como corresponde”, dijo ayer el director del hospital, institución que en sus 30 años de existencia nunca sufrió un robo de bebés. En la casa de la mujer apresada, según informó un investigador, se encontró un documento que sería un certificado de nacimiento apócrifo. Cuatro familiares suyos fueron demorados anoche por la policía para que aportaran más detalles a la causa. “Al parecer, ella les decía que estaba embarazada y aparentaba estarlo. Los encontramos en la casaquinta donde se detuvo a la apropiadora. Habían ido para conocer al bebé que supuestamente ella había parido”, dijo la fuente.

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