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Sociedad|Lunes, 7 de noviembre de 2011
No encuentran a uno de los vecinos del edificio que se derrumbó en el centro porteño

Nubes de polvo y de incógnitas

Mientras una enorme grúa volteaba los restos de la parte trasera del edificio de Mitre al 1200, el hijo de uno de los habitantes del 3º piso buscaba a su padre sin éxito. Montenegro dijo que no se lo podía buscar entre los escombros hasta finalizar la demolición.

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Esporádicas nubes de polvo salpicaban la calle Mitre al 1200. Los bolazos que una máquina daba en la pared lateral derecha (desde el frente) del edificio que se desplomó el viernes concluían poco a poco la tarea que el derrumbe no acabó. Equipos de trabajo del gobierno de la Ciudad se encargaron de coordinar el despeje de las ruinas del edificio, mientras vecinos del inmueble destruido y de casas aledañas se acercaban al lugar en busca de información sobre su futuro. En medio de las tareas de remoción de mampostería, todas las dudas estaban dirigidas a si Isidoro Madueño, de 74 años, uno de los vecinos del edificio en demolición, había logrado salir, si se había perdido desorientado en las calles, o si había quedado sepultado bajo los escombros. El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, reconoció que "no tenemos absolutamente confirmado" si en el lugar del siniestro se encuentra Madueño ni podía determinar si en ese caso se encontraba o no con vida. Explicó que no podrían determinarlo hasta que no demolieran el edificio que ponía en peligro la vida de los rescatistas.

"Sabés dónde me pueden dar alguna información", preguntaba Vanesa Caliendo (25) a cuanta persona se le cruzaba (periodistas, personal de Desarrollo Social, y curiosos). Eran poco más de las 16, cuando empezaron las tareas de demolición de los restos de la edificación, situada junto a una sospechada obra en construcción. Frente a las vallas montadas en Cerrito y Mitre, Vanesa miraba como su edificio devenía en micropartículas. La joven fue de las primeras en escapar el viernes. Vivía en el 3º C, al lado de Alberto Madueña (74), que ocupaba el 3ºB, y del que hasta hora no hay certezas sobre su paradero. "No lo vi salir", le dijo a este diario. La mujer quería saber cómo seguirá su vida sin su casa, que compartía con su abuela, dueña del inmueble. Por ahora ambas consiguieron hospedarse en viviendas de conocidos, pero la situación "no da para mucho más". Con los ojos lacrimógenos, y una sonrisa que no escondía resignación, soltó: "Lo único que me dijeron es que vaya el miércoles a la Legislatura".

Además de evacuar a las personas del edificio colapsado, los equipos de Defensa Civil liberaron toda la manzana (Libertad, Rivadavia y Talcahuano), y toda la mano impar de Mitre al 1200. Fueron cerca de 220 las personas evacuadas, de las cuales 83 optaron por quedarse, al menos hasta la noche del sábado, en paradores del gobierno porteño.

También hubo otros que optaron por irse a casa de allegados, como las dos chicas jóvenes que entrada la tarde llegaron a la zona, con intenciones de regresar a su departamento, ubicado en Mitre 1221. "Nos fuimos el viernes sin llevarnos nada, y no nos dijeron que iba a ser tanto tiempo." Una empleada del Buenos Aires Presente (BAP) les advirtió: "Garantícense donde pasar esta noche".

Las dos toneladas de la pera de demolición no eran garantes de un trabajo veloz. Una pluma de 32 metros, sostenida sobre la grúa de soporte, se mecía lenta y daba envión a una larga cuerda. En el extremo: la pera, que castigaba la pared, y de a poco hacía volar trozos enteros de mampostería. Muchos impactos daban como premio la caída de alguna fracción considerable, que enseguida llenaba de humo arenoso la manzana. Personal del gobierno porteño explicó que los ingenieros planearon ir derribando la pared lateral desde el contrafrente --la parte que se desplomó íntegra-- para ir aproximándose al frente, que esperaban conservar íntegro.

El ministro de Seguridad, Guillermo Montenegro, apareció en el lugar poco antes de las 18. Luego de explicar los procedimientos, a cargo de la Guardia de Auxilio y Bomberos de la Policía Federal, para desprender los restos de edificio, habló sobre la posible persona atrapada. "No hay absoluta certeza de que esté en lugar", admitió. Montenegro indicó que al lugar donde podría encontrarse Madueño "no hay forma de ingresar". Y aclaró que para poder entrar al área "no hay otra forma" que continuar con los trabajos iniciados ayer, que por ahora "no tienen un plazo determinado".

Mariano Madueña, hijo de Alberto, la persona buscada, apuntó que pidió que antes de que comenzaran las tareas de remoción se revisaran filmaciones de cámaras de seguridad de la cuadra para chequear si su padre había alcanzado a salir. "Buscaban a un hombre en silla de ruedas y mi papá no anda así", se quejó. Madueña dice que ya no espera encontrar a su papá con vida, sino que lo único que le importa es "saber la verdad sobre el paradero de su padre". Al respecto, teme que "truchen información" una vez que se logre despejar la zona para finalmente confirmar o no la presencia de su padre.

En solidaridad con los vecinos afectados por el derrumbe, la Unión Obrera de la Construcción se movilizará hoy a las 15 hacia la sede del gobierno de la Ciudad. Allí presentarán un petitorio para que las autoridades porteñas ejerzan, "de manera responsable y efectiva, los debidos controles respecto del cumplimiento en las medidas de seguridad en las obras en el ámbito de la ciudad".

Informe: Leonardo Rossi

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