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Sociedad|Sábado, 3 de diciembre de 2011
El fiscal del cuádruple crimen explicó que no hubo indicios previos

Una familia muy normal

Alvaro Garganta aseguró que en la familia de Osvaldo Martínez, el único sospechoso por las muertes de las cuatro mujeres en La Plata, no había hipótesis de que algo así pudiera suceder hasta que todo “explotó como una bomba”.

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Ayer la Justicia allanó la casa de Martínez en busca de pruebas sobre el cuádruple crimen.

A la espera de los peritajes claves que comenzarán a llegar la semana próxima, el fiscal de La Plata Alvaro Garganta, a cargo de la investigación por el cuádruple crimen de La Plata, afirmó que la familia que protagonizó el caso “era normal”, pero todo “explotó” como “una bomba”. La causa se reactivará a partir del lunes, cuando el fiscal comience a recibir los resultados de los primeros peritajes hechos en la escena del crimen y el informe final sobre las autopsias. Es clave saber si las cuchillas y el palo de amasar secuestrados contienen las huellas de Osvaldo Martínez, el karateca de 27 años que está detenido y acusado de la masacre.

Hasta el próximo 12 de diciembre se sucederán las cinco entrevistas con el detenido para establecer su perfil psicológico, aunque por ahora se descartaba que pudiera ser inimputable.

En tanto, el fiscal dispuso ayer un allanamiento en la casa de Martínez en busca de las prendas de vestir que habría usado el sospechoso el día del hecho. Los investigadores revisaron una vivienda de calle 156 entre 525 y 526 de la localidad platense de Melchor Romero, lugar donde en la mañana del pasado domingo habían arrestado a Martínez.

Ayer a la mañana, el titular de la UFI 11 señaló que “lo cierto es que esto sorprendió a todos”, ya que “nadie manejaba una hipótesis familiarmente” de que podía desencadenarse un hecho de estas características. “Al propio imputado (Martínez) le pregunté si la familia había manifestado algún miedo o preocupación y me dijo que no”, indicó. Garganta consideró que “la familia era normal, con los más y con los menos, como toda familia, (pero) esto explotó, es una bomba”.

Por otra parte, sostuvo que “la declaración del remisero” Marcelo Tagliaferro, quien llevó a una de las víctimas a la casa donde sucedió la masacre, dio un testimonio con “una seguridad del 90 por ciento”. Será el miércoles próximo también un día clave, cuando el remisero participe de una rueda de reconocimiento para saber si puede identificar a Martínez como la persona que vio en la escena del crimen.

Mientras tanto, Daniel Martínez, padre del detenido, aseguró que su hijo “no es” el asesino. “No tiene nada que ver” con la masacre y “es un perejil, totalmente inocente”, aseveró. Según dijo, él “estaba muy enamorado” de Bárbara, mientras aseguró que alguien que comete ese tipo de homicidios “lo primero que hace es bañarse” y él “no se bañó siquiera”, como tampoco lavó el auto.

Entre el sábado a la medianoche y las primeras horas del domingo, fueron asesinadas Bárbara Santos (29) –novia de Martínez–, su hija Micaela Galle Santos (11), su madre, Susana De Barttole (63), y su amiga Marisol Pereyra (35), en una casa de la calle 28 del barrio La Loma.

De acuerdo con la imputación, Martínez está sospechado del “homicidio simple” de su novia y de los asesinatos del resto para no dejar testigos, por lo que habría incurrido en “homicidio agravado”. Martínez primero habría matado a su novia en la bañera (a golpes y degollada) y luego a la madre. Inmediatamente después habría asesinado a la nena y en ese momento llegó Marisol, a la que dejó entrar a la casa y también, tras un fuerte golpe, la habría degollado.

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