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Los tonelajes de los dos bólidos del transporte público se encontraron, cada uno siguiendo su propio derrotero, en el mismo punto geográfico y temporal. El encuentro tuvo como resultado un choque con seis heridos, uno de ellos de cierta gravedad. Choque, no accidente, igual tuvo la participación de la mano divina, de los hados, y de milagro no se registraron muertes en el momento. Todo sucedió en Salguero y Potosí, donde dos colectivos se embistieron.
Los bólidos, dos colectivos de las líneas 151 y 146, se embistieron a las 10.30, un horario de domingo poco propicio para un choque, si es que hubiera alguno propicio. Las causas, por el momento, están en manos de los peritos judiciales (porque hubo seis heridos) y de los investigadores del seguro. Según Alberto Crescenti, director del servicio de emergencias SAME, cuatro de los heridos fueron trasladados al Hospital Durand y los dos restantes al Hospital Rivadavia. Entre los trasladados al Durand, un pasajero de 45 años era el que estaba en estado más delicado.
Según los expertos, las causas principales de colisiones, vuelcos y demás con colectivos de por medio ocurren por distracción, cansancio, la alta velocidad y el incumplimiento de las señales de tránsito.
En términos generales, y aunque parezca un contrasentido, los domingos junto con los sábados son los días en los que ocurre la mayor cantidad de siniestros de tránsito (el 50 por ciento de los casos). Casi obviamente, entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia ocurre más del 60 por ciento de los casos. Todo indicaba que el encuentro de Salguero y Potosí era casi previsible, lo que impide considerarlo un “accidente”.
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