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Sociedad|Sábado, 7 de abril de 2012
Los daños que provocó el temporal en los espacios verdes de la ciudad

Tierra arrasada en los parques porteños

Hay al menos cinco parques en la ciudad que continúan cerrados, al igual que otras tres plazas. El viento del miércoles produjo la caída de decenas de árboles. El gobierno porteño alertó sobre el peligro de ingresar a parques y plazas.

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En el parque Ameghino, un hombre practica tai-chi sin inmutarse por las ramas caídas.

“Es la naturaleza, cabezón. ¿Vos qué esperás que te diga? Hay una tormenta: llueve mucho. Las ramas vuelan. Todo troncos quebrados. Esquivo un cable, me cuido de los charcos. Estoy todo mojado, esquivo otro cable. ¿Ruido? Mucho, sí. ¿Si tengo miedo? ¿Vos qué nota querés hacer? Decime. ¿Si me complicó el temporal? No, a mí la lluvia no me complica. Yo duermo en este banco, eso me complica.” Jorge habla rápido y frunce el ceño. Hace dos años que aguanta los chaparrones sobre los tirantes de madera de un sillón de plaza en Parque Patricios. El miércoles, el infierno climático lo dejó ileso –“sí, pero al otro día (por el jueves) la moneda con que vivo no apareció, los coches no querían parar”, discrepa–, pero el jardín porteño no la pasó nada bien.

Una pareja de unos 50 frenó sobre la vereda de avenida Caseros para medirse, uno al otro, con una rama del diámetro de una pizza que quedó prendida sobre un enrejado. La valla quedó doblada en medialuna bajo la madera maciza. “A ver, levantá un brazo”, propone el hombre. A su alrededor, casi no queda luz natural y los faroles están a oscuras.

Unos metros más allá, en la parte iluminada, un grupo de jubilados da su habitual espectáculo de folklore. Ignorando la banda que dispuso la Policía Metropolitana en la vereda bajo otra rama que parece a punto de caer, el matrimonio se encamina hacia aquel lado. Atrás quedó la feria, donde Patricia, que vende ropa de bebé, se queja de que tienen que concluir la jornada porque los faroles no funcionan. “Decían que para el sábado (por hoy) ya iba a estar todo en condiciones, pero no creo. Hay mucha demanda, demasiadas calles con árboles caídos.”

El Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad informó que la tormenta generó la caída de 400 árboles y, también, que se cayeron 96 ramas primarias, lo que provocó roturas en varios vehículos. Por los trabajos de remoción de ramas, ayer se encontraban cerrados los parques Pereyra, Rivadavia, Centenario, Indoamericano y Avellaneda y las plazas Vicente López, Irlanda y Martín Fierro.

El ministro de Ambiente, Diego Santilli, recomendó a los vecinos “ser muy cautos y cuidadosos en los movimientos dentro de la Ciudad, ya que todavía, a pesar del sol y el buen tiempo, hay peligros latentes que no han sido descubiertos”. Por ejemplo, apuntó a los “carteles y marquesinas que no cayeron pero que presentan peligro para la población”. El funcionario recordó que ante emergencias los teléfonos habilitados por la comuna son el 103 y el 147 para reclamos.

A la luz de la luna y rodeado de una curiosa formación de árboles caídos, un hombre practica Tai-chi en el Parque Ameghino. La pendiente del terreno logró que, tras las fuertes lluvias, la plaza quedara cubierta de tierra. El arenero es un lodazal y el suelo tiene una capa gruesa de polvo amarronado.

Todo el día de ayer, los usuarios del Hospital Muñiz debieron atravesar las ramas, charcos y barro para arribar a la puerta de entrada desde la parada de colectivos. Vanesa, Richard y su hija, Brianna, eligieron el único banco ubicado en un espacio libre de árboles. “Acá no hicieron ninguna limpieza ni removieron nada”, asegura el hombre.

Viviana vive en la esquina del parque. Una rama le rompió una ventana de su departamento en el cuarto piso. “El miércoles me asomé y era de terror. Estaba volando todo, no se podía distinguir qué era qué.”

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