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Sociedad|Sábado, 3 de mayo de 2003

Otro caso de abuso sexual en Salta terminó con cinco policías presos

Un comisario y cuatro subalternos fueron acusados por una nena de 12 y su prima de 16 de haber sido manoseadas y violadas.

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El comisario Julio Galeano, de San Antonio de los Cobres.
Con las cinco detenciones, la subcomisaría quedó vacía.
Un nuevo caso de abuso sexual a menores se conoció ayer en la provincia de Salta. El comisario de la localidad de San Antonio de Cobres fue detenido, acusado de violar a una nena de 12 años durante un asado organizado en la casa de un empresario amigo. Cuatro de sus subalternos también fueron alojados en un calabozo bajo el cargo de haber manoseado en la misma “fiestita” a una adolescente de 16. Según el testimonio de las víctimas, las policías las habrían obligado a beber alcohol para luego abusarlas sexualmente. Los cinco uniformados declararon ayer en tribunales y quedaron incomunicados.
Emplazada en medio de la Puna salteña, la localidad de San Antonio de los Cobres ganó fama mundial por ser una de las estaciones de destino del emblemático Tren a las Nubes. De andar pausado y sereno, la vida en este pueblo discurre plácidamente y sólo la llegada del tren y sus cientos de turistas logran quebrar la rutina de sus más de 4500 habitantes. Por eso, sólo existe ahí una subcomisaría, que se ocupa sobre todo de resolver delitos menores.
Sin embargo, desde el miércoles pasado esa seccional está vacía. Casi todos sus ocupantes, incluyendo al comisario, fueron trasladados detenidos a la capital provincial acusados de haber abusado sexualmente de dos chicas menores de edad, luego de emborracharlas. Según los investigadores, todo comenzó el sábado último al mediodía cuando el comisario Julio Galeano decidió organizar un asado en la casa de un empresario amigo –cuando el dueño de casa no estaba– e invitar a cuatro de sus subalternos a la cita. Una vez allí, Galeano comisionó a uno de sus oficiales para que fuera a conseguir “algunas chicas” para matizar la reunión. Sin dudarlo, el agente Calpanchay se acercó hasta la casa donde viven las dos primas de 12 y 16 años, presuntamente amigas suyas, y las convenció para que fueran a comer el asado con ellos.
Según relataron las muchachas, apenas llegaron, los uniformados se desvivieron en atenciones para que se sintieran cómodas, aunque no habría sido por demostrar buenos modales con las invitadas. Las chicas denunciaron que la metodología elegida por los policías para conseguir su objetivo fue obligarlas a tomar un vaso de vino por cada “pedacito” de carne que ellos les convidaban. Así, entre chistes, alcohol y asado fueron pasando las horas hasta que las jóvenes cayeron rendidas por el alcohol, lo que habría sido aprovechado por los uniformados para manosearlas.
Semejante abuso se extendió por varios minutos, antes de que el comisario, embriagado de alcohol y de poder, tomara a la menor de las invitadas del brazo y la llevara al interior de la casa donde, según lo que contó la propia niña, la violó. Luego, devolvieron a las primas a su casa y se retiraron a dormir.
Cuando la mamá de la más pequeña llegó a su vivienda cerca de las nueve de la noche, encontró a las muchachas totalmente ebrias, por lo que decidió asearlas y las mandó a dormir, preguntándose qué les podría haber pasado para que llegaran en ese estado. A la mañana siguiente, cuando las muchachas, ya repuestas, le contaron lo sucedido, la mujer se presentó inmediatamente en el destacamento de Gendarmería y presentó la denuncia. La causa ahora quedó en manos del juez Luis Agüero Molina, el mismo que lleva adelante los casos del empresario Simón Hoyos y del ex concejal Guillermo Capellán, quien ordenó el traslado de los imputados a Salta capital para que pudieran ser interrogados.

Producción: Damián Paikin

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