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Sociedad|Martes, 12 de junio de 2012
Fue sentenciado a tres años y siete meses de prisión y a seis de inhabilitación

Un ginecólogo condenado por abuso sexual

El profesional fue denunciado por tres pacientes y una médica compañera de trabajo. En los tres primeros casos, el tribunal consideró probado que el médico masturbó a las pacientes, lo que excedía la labor profesional. El condenado apeló la sentencia.

Por Mariana Carbajal
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Pacientes y familiares del médico juzgado hicieron una marcha en su apoyo y desacreditaron a las denunciantes.

Un médico ginecólogo y obstetra fue condenado por abusar sexualmente de tres de sus pacientes y de una colega con la que trabajaba en una clínica privada, en la ciudad de Olavarría, provincia de Buenos Aires. La sentencia conmovió a esa localidad. El médico fue hallado culpable de cuatro hechos de abuso sexual simple y sentenciado a tres años y siete meses de prisión y seis años de inhabilitación por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1 de Azul. El juicio no fue público y se hizo a puertas cerradas para preservar la intimidad de las mujeres que lo denunciaron. Los fundamentos del veredicto se conocieron ayer y son contundentes. Pero un grupo de unas cincuenta personas allegadas al profesional, entre pacientes y familiares, organizaron una marcha en su apoyo, y se están encargando de descalificar a las víctimas a través de las redes sociales e incluso las han identificado por su apellido para hostigarlas, igual que a algunos de los testigos que declararon en las audiencias ante el Tribunal.

Las cuatro mujeres que denunciaron al médico Jorge Lescano no se conocían entre sí. Son todas jóvenes y bonitas. Una se está por graduar como psicóloga, otra es obstetra, otra es enfermera y la cuarta es oficial del Servicio Penitenciario. Las pericias psicológicas realizadas por el TOC Nº 1 a las denunciantes concluyeron que no fabulaban. Los cuatro hechos por los que condenaron a Lescano ocurrieron entre 2008 y 2010. El TOC Nº 1 de Azul estuvo integrado en forma unipersonal por el juez Joaquín Duba. En su fallo, de 104 fojas –cuyos tramos principales fueron publicados ayer por el diario digital de Olavarría infoeme.com–, se identifica a las cuatro denunciantes como víctima 1, 2, 3 y 4. Para el magistrado quedó probado que Lescano abusó de la confianza existente en la relación médico-paciente y, bajo la excusa de la realización de supuestos diagnósticos clínicos o terapias sexuales, tocó las zonas genitales de las pacientes, “aprovechándose de su saber médico” para que las víctimas “no pudieran previamente consentir libremente la acción”. A la médica con la que trabajó Lescano en la clínica María Auxiliadora, de Olavarría, le manoseó un glúteo en un pasillo del centro médico, según quedó probado para el tribunal. El ginecólogo atiende a mujeres de familias de clase media.

Según el fallo, a la denunciante identificada como víctima 1 procedió, “previo apagar la luz del consultorio, a tocarle la zona de la vagina, introducirle el dedo, acariciarle el clítoris y manosearle los pechos, mientras la víctima se hallaba desnuda y recostada en una camilla, bajo la excusa del médico de que debía realizarle una masturbación con la finalidad de determinar si funcionaban bien sus órganos sexuales”, circunstancia que duró aproximadamente cinco minutos, actos “no compatibles con tratamiento médico alguno”, dice la sentencia.

La víctima 1 dijo que le preguntó al médico “temas relativos al acto sexual, y el médico le respondió que tenía que ver si sus genitales funcionaban de manera correcta, por ello iba a hacerle una estimulación para ver si se excitaba; entonces ella se sacó el pantalón y la bombacha y se recostó en la camilla, él estaba parado al lado de la camilla y empezó a tocarle los pechos y la vagina en una especie de masajes y le introdujo el dedo en esta última; era una masturbación a modo de tratamiento, dijo, y tenía que continuar porque después le iba a agregar alguna crema”. La mujer contó al Tribunal “que se sintió muy incómoda y cuando salió del consultorio estaba angustiada, y entonces decidió no ir más”.

El juicio y la condena a Lescano alteraron la tranquilidad de la ciudad. Uno de los diarios principales de Olavarría, El Popular, le dedicó dos páginas de su última edición dominical a una entrevista al médico, donde Lescano se defendió de las acusaciones en su contra, dijo que es inocente, que el juez conocía la sentencia desde antes del juicio y que las denunciantes son mentirosas. Y que seguirá atendiendo en su consultorio, pero que recibirá a las pacientes en compañía de un asistente. El médico habló también para el canal local, que pertenece al mismo grupo mediático que El Popular, acompañado por su hermano Fabián y su esposa, Cecilia Di Pane, ambos también ginecólogos.

Mientras el fallo no esté firme, Lescano seguirá en libertad, señalaron sus abogados defensores, Laura y Néstor Di Giano, que en su alegato pidieron la absolución del ginecólogo. La estrategia de la defensa apuntó a descalificar a las denunciantes: argumentaron que sus acusaciones formaban parte de un supuesto complot organizado por otros ginecólogos de Olavarría contra Lescano, en venganza porque tendría más trabajo que ellos. Y apuntaron en particular contra una tocoginecóloga que declaró como testigo, Gabriela Gallastegui, quien dio cuenta de que había atendido a una de las jóvenes denunciantes –que lo hizo como testigo de identidad reservada–, la víctima 1, y que le había consultado si era correcta la terapia sexual que le había aplicado Lescano.

“Cuando me contó que la había masturbado, yo quedé desencajada. No podía creerlo. Eso claramente no era un tratamiento médico. Otra paciente, que también lo denunció por otras situaciones de abuso sexual, prefirió no seguir adelante por lo que significa exponerse en un juicio”, contó a Página/12 Gallastegui. Tanto ella como las denunciantes están siendo hostigadas y descalificadas por Facebook por parte del hermano de Lescano, contó Gallastegui.

La condena será apelada no sólo por la defensa. Las abogadas Elda Donatelli y Valeria Sansimoni, representantes de las denunciantes como “particulares damnificados”, habían pedido una pena de 12 años de prisión y 10 años de inhabilitación para ejercer la profesión, igual que el fiscal Martín Pizzolo. Consideran que dos de las víctimas sufrieron abuso sexual agravado, dado que denunciaron que hubo penetración –con sus dedos– de parte del médico condenado.

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