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Diecinueve horas, 27 minutos y cero segundo marcaban el domingo los cinco valiosos relojes Rolex cuando una maza destrozó el vidrio y una mano rápida los arrebató, junto con cadenas de oro y alhajas de brillantes que la joyería Santarelli exhibía en el vestíbulo del Alvear Palace Hotel. Sólo 37 segundos avanzaron las agujas y ya los Rolex, las joyas y los ladrones se habían esfumado. El cómputo del tiempo no fue obtenido de los Rolex, que sólo pueden ser consultados por sus flamantes propietarios, sino por las cámaras de seguridad del hotel.
Los ladrones eran cinco y estaban armados. A las 19.27 del domingo irrumpieron en el lujoso hotel, en avenida Alvear 1891. Habían llegado en dos motocicletas hasta la explanada, en un horario de gran movimiento vehicular y peatonal en esa zona. Dos de ellos permanecieron en las motos, haciendo tronar nerviosamente los motores, y los otros tres redujeron al personal de seguridad privada apostado en la explanada y en la puerta de ingreso.
Los asaltantes, ya con las caras cubiertas, ingresaron al lobby y fueron directamente a la vitrina donde se exhibían los relojes y las alhajas de oro, zafiro y brillantes, pertenecientes a la joyería Santarelli. La maza con la que rompieron el vidrio estaba envuelta en trapos para reducir el ruido. Los asaltantes no entraron en contacto con el personal del hotel, ni con los pasajeros: sólo les interesaba esa vitrina. Cargaron el botín en un bolso, volvieron a las motos y escaparon.
Los hechos fueron registrados por las cámaras de seguridad del hotel, lo cual permitió determinar que todo se había consumado en 37 segundos. Según autoridades del Alvear Palace, se trata del primer robo de este tipo efectuado en sus instalaciones.
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