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Sociedad|Miércoles, 27 de junio de 2012
Según la ONU, 230 millones de personas alguna vez usaron estupefacientes

Las cifras de las drogas

La Oficina contra la Droga de las Naciones Unidas difundió un informe sobre la situación en el mundo. Ban Ki-moon evitó reconocer el fracaso de la guerra contra las drogas. Aquí, militantes reclamaron la despenalización frente al Congreso.

Por Emilio Ruchansky
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Activistas repartieron folletos y pegaron carteles en los alrededores del Congreso Nacional.

En el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el secretario general de las Naciones Unidas instó a llevar “a los criminales a la Justicia, respetando plenamente los derechos humanos y garantizar la proporcionalidad en nuestras respuestas a la aplicación de la ley”. Ban Ki-moon hizo estas declaraciones en la presentación del informe anual de la Oficina de ONU contra la Droga y el Delito (Unodc), donde se afirma, con datos de 2010, que hay 230 millones de personas que alguna vez usaron droga ese año, un nivel que se mantiene estable desde 2005. Los usuarios problemáticos, agrega el informe, “suponen unos 27 millones de personas, el 0,6 por ciento de la población adulta mundial”. En Argentina, activistas y legisladores porteños reclamaron la despenalización de la tenencia de drogas para uso personal y el autocultivo, iniciativas criticadas por la jerarquía de la Iglesia.

“Las drogas ilícitas traen la miseria a millones de personas en todo el mundo, al tiempo que generan miles de millones de dólares para las redes criminales que se alimentan de la desesperación”, comentó ayer Ban Ki-moon, quien aseguró que las drogas y la delincuencia “son una amenaza global”. En ningún momento reconoció el fracaso de la guerra contra las drogas, lanzada hace más de cuarenta años, aunque se acordó de la víctimas. “Centroamérica tiene una de las tasas de homicidio más altas del mundo”, dijo el secretario general de la ONU al respecto.

Durante esa presentación, también disertó Yuri Fedotov, titular de la Unodc, quien explicó: “Las bandas internacionales actúan como empresas internacionales, mueven miles de millones y tienen una enorme influencia en la política”. Luego enumeró las consecuencias que el uso de sustancias, legales e ilegales, tienen sobre los consumidores. “Cada año mueren 200 mil personas en todo el mundo como consecuencia del consumo de drogas ilegales, por alcohol mueren 2,3 millones y 5,1 millones por consumo de tabaco”, informó el especialista ruso.

En el informe de Unodc se destacó el aumento del uso de heroína en China, donde el gobierno estima en un millón la cantidad de usuarios, y la recuperación de la producción de opio en Afganistán en 2011, luego de que una plaga destruyera casi la mitad de la cosecha el año anterior. También se extiende el consumo en Africa central y occidental, según el estudio. Sobre la situación sudamericana, se menciona una caída de la producción de cocaína en Colombia con datos de 2010 y el alza en el consumo de drogas de diseño en el mercado estadounidense.

Mediante un comunicado, ayer la Organización Mundial de la Salud señaló que la mayoría de los usuarios problemáticos no reciben tratamientos efectivos. “La dependencia de esas sustancias no ha sido reconocida como un problema de salud en muchos países, además de que el estigma y la discriminación representan una barrera para que se ofrezcan cuidados especializados”, afirmaron en la OMS, corriéndose de las posturas criminalizadoras sobre los usuarios.

En Perú, luego de dos días de debate a puertas cerradas con delegaciones de 61 países, integradas por cancilleres o secretarios especializados en la lucha contra el narcotráfico, se elaboraba anoche un documento en común. “Intentamos que se reconozca el fracaso del paradigma prohibicionista, pero eso no quedó bien expresado por la resistencia de los representantes de Chile, Perú, Colombia y Estado Unidos”, lamentó ayer un diplomático argentino. Uruguay no llevó su propuesta de regulación del cannabis porque no estaba en la agenda de ese encuentro, planeado el año pasado.

“Es imprescindible el tratamiento inmediato de la reforma de la ley de drogas, para que no se sigan dilapidando recursos judiciales. Una detención o allanamiento es algo que no puede tomarse a la ligera, pues no sólo es una invasión a la intimidad, sino que podría terminar en una desgracia anunciada”, dijo ayer en la Legislatura porteña Julián Peré, de Agrupación Agricultores Cannábicos Argentinos. Allí también disertaron la legisladora María Rachid y el abogado especializado Albino Stefanolo, quienes reclamaron la derogación de las figuras de tenencia simple, para uso personal y de ostentación en la vía pública.

Frente al Anexo del Congreso, un grupo de integrantes de asociaciones de cultivadores pasó toda la mañana repartiendo información a los interesados. “Repartimos manuales de autocultivo y folletos informativos para saber qué hacer cuando te allanan y otros que derriban prejuicios sobre marihuana, además de dar consejos sobre el uso, como mantenerse hidratado y no manejar vehículos”, comentó Matías Faray, referente del movimiento cannábico. La actividad sirvió para exigir a los diputados “que retomen el debate por la ley”, agregó el activista.

El obispo de Gualeguaychú y presidente de la Comisión de Drogadependencia del Episcopado, monseñor Jorge Lozano, aseguró: “En la Iglesia a los adictos nunca los hemos criminalizado ni excluido”. Sin embargo pidió no “legitimar” la conducta de los adictos ni su “derecho a drogarse”, cuando se trata de personas de bajos recursos. “Es necesario contextualizar socioculturalmente la legislación”, recomendó.

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