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Sociedad|Viernes, 20 de julio de 2012
UN DESTACADO INVESTIGADOR INGLES, PRESO EN DEVOTO POR LLEVAR DOS KILOS DE COCAINA, ASEGURA QUE FUE ENGAÑADO

Cuando la ingenuidad desafía las leyes de la Física

Paul Frampton, de 68 años, vino desde California para concretar un romance vía Internet. No encontró a la mujer, pero una allegada le dio la valija con la que fue sorprendido. En la UBA y la UNLP le buscan trabajo para que pueda ser excarcelado.

Por Carlos Rodríguez
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En la cárcel de Devoto, donde está alojado en el pabellón de extranjeros, participa de un taller de la Facultad de Sociología.

De la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, donde era un reconocido profesor de Física, se vino a Buenos Aires para concretar un romance vía Internet, pero terminó sin novia y en la cárcel de Villa Devoto, donde está detenido desde enero, acusado del delito de “contrabando de cocaína”. Ese fue el doloroso itinerario del físico inglés Paul Howard Frampton (68), de destacada labor científica junto a un Premio Nobel de su especialidad. Para colmo de males, desde marzo dejó de recibir el sueldo que le pagaba la universidad y ahora tiene que trabajar 40 horas semanales, en prisión, para mantener su vínculo a distancia con algunos de sus alumnos o escribir artículos para medios científicos. Eso le permite recibir algún aporte económico que le llega a través del Consulado de Estados Unidos, más la ayuda, consistente en aporte de materiales, que recibe de argentinos que dictan clases en el Centro Universitario de Devoto (CUD). Frampton no tiene una relación formal con el programa UBA-XXII, que lleva la educación a las cárceles, pero el aporte logístico que recibe le permite seguir educando mientras espera la resolución de su caso. Sus problemas con la ley empezaron en Ezeiza el 23 de enero, cuando se aprestaba a viajar en un vuelo de LAN que lo iba llevar a Estados Unidos, previa escala en Perú. En una de sus maletas la Policía de Seguridad Aeronáutica (PSA) encontró dos kilos 80 gramos de cocaína. Sus colegas argentinos creen firmemente en su inocencia.

Frampton, según un estudio que le hicieron en la cárcel, padecería de un “trastorno esquizoide de la personalidad” que le impediría mantener “relaciones sociales normales”, según ha revelado él mismo en reportajes concedidos a medios de Estados Unidos. El problema central sería que, a pesar de su alto coeficiente intelectual, sería “extremadamente crédulo”. Su situación procesal, con prisión preventiva por un delito que tiene una pena máxima de 16 años de prisión, se debe –según sus allegados– a esa credulidad que lo hizo viajar primero a Bolivia y luego a Buenos Aires para concretar un romance con una “bella modelo” cuya representante le dio, según Frampton, la maleta en la que estaba la cocaína, envuelta –una ironía– “en papel de regalo”.

A pesar de la impoluta visión de Frampton que dan sus amigos y sus colegas profesores, e incluso su propia ex esposa, el juez en lo Penal Económico Juan Galván Grenway, la fiscal Carolina Robiglio y los miembros de la Sala B de la Cámara de ese fuero, siguen sin creer la historia que les relató y que tiene algunas lagunas. Dice que viajó a Bolivia para encontrarse con la bella modelo, que al parecer no sería ni modelo ni tendría el nombre con el que Frampton la conoció vía Internet. En suma, nunca se encontró con la mujer, sino con una supuesta representante que en vez de amor le dio la maleta con cocaína para que la llevara a Perú, luego de pasar por la Argentina, donde fue detenido.

Los jueces de la Sala B de la Cámara en lo Penal Económico fueron contundentes al desechar el alegato de inocencia planteado por el físico. “Es improbable y no sería verosímil que una persona de 68 años, con instrucción universitaria sólida, haya viajado al país con el fin de encontrarse con una amiga y que, pese a no haber podido tener contacto con ella, haya aceptado sin reparo alguno llevar consigo una valija supuestamente propiedad de la nombrada”, dijeron los jueces en relación con el alegato que hizo Frampton ante la Justicia.

La noticia de la detención de Frampton provocó conmoción y sorpresa en el ambiente académico argentino. El físico detenido, nacido en Inglaterra el 31 de octubre de 1943, desde hace 13 años es profesor en la Universidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, país donde tiene su residencia. Seldon Glashow, Premio Nobel de Física 1979, entrevistado por la prensa estadounidense, recordó que junto con Frampton escribieron más de una docena de trabajos científicos.

Profesionales de las universidades de La Plata y de Buenos Aires, en contacto con amigos de Frampton, hacen gestiones para que la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA le dé trabajo como profesor, como paso necesario para solicitar su excarcelación hasta el juicio oral. Procuran también un posible lugar de alojamiento, para que al menos aguarde en mejor situación la audiencia en la que se decidirá si es culpable o no del delito que se le imputa.

Jorge Aliaga, decano de Ciencias Exactas, confirmó que existen “gestiones solidarias” para conseguirle a Frampton un empleo fijo, pero su libertad condicional depende exclusivamente de la Justicia. Las autoridades diplomáticas de Estados Unidos le brindan algún apoyo moral, pero se mantienen al margen del proceso legal. En la cárcel de Devoto, donde está alojado en el pabellón de extranjeros, participa de un “taller de reflexión” que brindan docentes de la Facultad de Sociología y mantiene trato con instructores de deportes. Fuentes del Servicio Penitenciario Federal (SPF) le dijeron a Página/12 que Frampton “no trabaja ni estudia”, sólo asiste como oyente al taller de reflexión.

Sin embargo, en entrevistas telefónicas que concedió a medios de los Estados Unidos, el físico aseguró que continúa dando clases a distancia a algunos de sus alumnos y que lleva escritos “cuatro artículos académicos que serán publicados en revistas científicas y en portales de Internet”. En los últimos meses, varios trabajos de Frampton se han publicado en Universitam, The Reference Frame o Journal Server, entre otros blogs de los cuales es colaborador habitual. Esos artículos habrían sido escritos antes de ser llevado a prisión.

Aunque se ha negado hasta hoy a tomar contacto con medios de prensa argentinos, Frampton accedió a entrevistas publicadas en The Charlotte Observer, The Telegraph y The Sacramento Bee. El científico inglés insiste todo el tiempo en que ya ha demostrado que es “totalmente inocente” y por eso confía en que no recibirá “ninguna condena”. Aunque nunca termina de explicar en detalle cómo fue que se hizo de la maleta con cocaína, afirma que “hay suficiente evidencia de que yo no sabía qué había en la bolsa” con la que intentó viajar en el vuelo 4640 de LAN Chile.

David Stallard, amigo de Frampton, declaró ante la prensa de Estados Unidos que el físico “nunca mostró ningún interés por las drogas y es inconcebible que él esté involucrado en contrabando de cocaína. Lo que creo es que fue engañado”. Por eso confía en que “va a ser exonerado (sobreseído) y reintegrado a la Universidad”. John Bird, vecino y amigo de Frampton, coincide en que “no hay nadie en el mundo más improbable de haber participado en un caso de contrabando de cocaína”.

Los diarios y portales de Internet coinciden en que Frampton es, en algunas cuestiones sociales, “inexperto y crédulo”. Su ex mujer Anne-Marie Durham lo definió como una persona que ha dedicado toda su vida “a la Física y a sus alumnos, mientras que en el resto de las cosas de la vida ha sido siempre como un niño”. Amigos del físico inglés han comentado sin dar detalles que en más de una ocasión “ha mantenido contactos con mujeres en Internet”. Su ex esposa dijo que “lo más probable es que la supuesta modelo no haya existido” y que otra persona, a la que nadie ha podido identificar, habría sido la que le entregó la maleta.

A partir del caso Frampton se ha recordado que hubo otros “fraudes” con drogas cometidos por Internet, como el de la ex funcionaria del gobierno de Nueva Zelanda Sharon Mae Armstrong, detenida en Ezeiza con 5 kilos de cocaína (ver nota aparte). A ella la condenaron, a pesar de que quedó demostrado que había sido víctima de un engaño por Internet. A pesar de las voces que se alzan en favor de Frampton, todo indica que deberá esperar al juicio oral para convencer a los jueces de su inocencia.

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