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Sociedad|Martes, 7 de mayo de 2013
“El abuelo mató a la abuela”

Testigo infantil

“Mamá, el abuelo mató a la abuela.” Esa fue la frase que una nena de 4 años le dijo a su madre unas horas después de haber presenciado el crimen de su abuela, cometido el domingo a la madrugada en la localidad bonaerense de Villa Adelina. La nena, que había sido dejada al cuidado de sus abuelos, se convirtió en la testigo clave que permitió descubrir y esclarecer el femicidio. El cadáver de María Clotilde Dourián, de 50 años, fue encontrado el domingo a la mañana en el baúl de un auto estacionado dentro de su casa. El marido de Dourián y abuelo de la nena, Carlos Romualdo Altamiranda, de 51 años, fue detenido e indagado ayer por el fiscal de la causa.

La nena de 4 años, hija de una mujer policía, estaba al resguardo de sus abuelos mientras su madre cumplía horas adicionales de servicio en la comisaría de Villa Adelina donde trabaja. En la casa de los abuelos, ubicada en la calle Los Ceibos al 500, en el partido de San Isidro, la nena se transformó en la testigo presencial de la golpiza con la que su abuelo mató a su abuela. Tras la revelación de la nena, su madre fue quien, alrededor de las once de la mañana del domingo, llamó al 911 y alertó que había encontrado a su madre muerta en su casa. Cuando los efectivos llegaron al lugar se encontraron con la denunciante que los acompañó hasta donde se hallaba el cadáver de su madre. En el lugar también estaba presente su padre, quien terminó preso por el crimen. El cuerpo fue encontrado en el interior del baúl de un viejo Fiat –patente UHM555–, estacionado en el garaje de la vivienda. El cadáver de Dourián estaba envuelto en una bolsa y con otra bolsa similar en la cabeza, y su rostro estaba ensangrentado y desfigurado por los golpes que había recibido.

Por el femicidio quedó detenido el marido de Dourián y abuelo de la niña, Carlos Romualdo Altamiranda, quien ayer a la tarde fue indagado por el fiscal a cargo de la causa, Marcelo Fuenzalida, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Trata de Personas y Delitos Conexos de San Isidro. Sin embargo, Altamiranda se negó a declarar y quedó imputado acusado de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por violencia de género”, un delito que prevé una pena de prisión o reclusión perpetua.

En cuanto a la niña que fue testigo del crimen de su abuela, el fiscal Fuenzalida solicitó una asistencia psicológica especial, primero para contenerla y luego para determinar si a través de los especialistas, y con alguna técnica como la cámara Gesell, puede aportar algo como testigo.

“La nena fue el inicio de la investigación. Si ella no le decía a su madre policía que su abuelo había matado a la abuela, quizás el asesino se hubiera desecho del cadáver y todavía estaríamos buscando a la víctima como una mujer desaparecida”, dijo un investigador judicial.

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