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“La Argentina ha logrado ser hoy uno de los diez países con mayor desarrollo nuclear y nos caracterizamos por su uso exclusivamente pacífico”, dijo ayer Norma Boero, presidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), durante la celebración del Día de la Energía Atómica, fecha que conmemora el aniversario de la creación de la Comisión, durante el primer gobierno peronista, el 31 de mayo de 1950. A tono con la modalidad del gobierno nacional de utilizar el sistema de videoconferencias para efectuar múltiples anuncios en distintos lugares, la CNEA ayer hizo su propia “cadena nacional”, enlazando el salón de actos de la sede central, en el barrio porteño de Núñez, con sedes regionales y centros atómicos ubicados en distintos puntos del mapa nuclear argentino: San Rafael (Mendoza), Arroyito (Neuquén), Córdoba, Ezeiza, Constituyentes, Bariloche, Chubut y Salta.
“La actividad nuclear ha ganado una década, la perdida en los ’90. El organismo recibió incremento presupuestario, mejoras edilicias, recuperó laboratorios y repatrió científicos”, destacó Mauricio Bisauta, vicepresidente de la CNEA, durante su contacto con los técnicos y profesionales nucleares de todo el país. Norma Boero expresó que esta nueva celebración “transcurre en el marco de la sostenida reactivación de la actividad nuclear con fuerte respaldo del gobierno nacional. El plan nuclear continúa avanzando, con la CNEA consolidando la capacidad tecnológica nuclear autónoma argentina”.
Tras décadas de desinversión, amenazas de privatización y desmantelamiento el sector nuclear, la CNEA recibió desde el año 2003 un fuerte impulso. Su presupuesto pasó de 98 millones de pesos a 2220 millones para este año. Su relanzamiento fue en 2006, a partir del Plan Nuclear Argentino, que fijó un rumbo: generación masiva de energía nucleoeléctrica y aplicar la tecnología nuclear a la salud pública y en la industria.
“Gracias a una eficiente articulación entre ciencia básica, aplicada, desarrollo tecnológico e ingeniería, estamos avanzando en temas estratégicos, como el enriquecimiento de uranio por láser, la tecnología de aceleradores y la robótica”, señaló la titular.
También se refirió al impacto del accidente nuclear de Japón ocurrido en la central nuclear de Fukushima, tras el tsunami de marzo de 2011. Boero dijo que “la mayoría de los países, luego de evaluar y aplicar las enseñanzas de lo ocurrido, están ratificando su decisión de continuar utilizando esta fuente de energía masiva insustituible, por su seguridad tecnológica y su limpieza ambiental”.
“Estamos innovando y transfiriendo tecnología como nunca en la historia”, dijo Boero. La CNEA tiene un campo de acción amplio que va desde la asistencia a los sectores productivos más diversos a la transferencia de tecnología al sector aeroespacial, como la construcción del satélite de telecomunicaciones Arsat 1 junto a la empresa AR-Sat y la Conae.
La actividad de la CNEA se extiende en todo el país. Para Atucha II, un símbolo de la reactivación del sector, la CNEA proveyó sistemas y desarrollos tecnológicos “sin precedentes en el país”. “El 1º de marzo presenciamos, con gran emoción, la colocación del último combustible, completando así su carga”, relató Boero. Está previsto que provea electricidad al sistema eléctrico nacional antes de fin de año. A su lado, ubicada en la localidad bonaerense de Lima, comenzó la construcción del Carem, el prototipo del primer reactor íntegramente diseñado y construido por argentinos, “que estará listo para el año 2018”. También se completaron los estudios de localización de una central nuclear Carem en la provincia de Formosa.
En Córdoba se trabaja con empresas tecnológicas nacionales en la “extensión de vida” de la central nuclear Embalse. También se destacaron los avances en el diseño y construcción de un nuevo reactor de investigación y producción de radioisótopos, el RA-10, en el marco de la integración nuclear con Brasil. “Este acuerdo es considerado por ambos países estratégico e indicador de que se puede trabajar conjuntamente en temas tan sensitivos como los nucleares”, dijo.
Respecto del enriquecimiento de uranio, clave para la autonomía de combustible nuclear, que se desa-rrollará en el complejo tecnológico Pilcaniyeu, cerca de Bariloche, se anunció que está previsto que comience a funcionar este mes.
No todos son “fierros” en el mundo de la energía nuclear. En el organismo, prácticamente se duplicó el plantel de personal y disminuyó en casi una decena de años su promedio de edad. “La incorporación de nuevo personal a todos los sectores de la CNEA tiene el firme propósito de superar el vacío generacional en su plantel de científicos, investigadores y técnicos”, dijo Boero.
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